Estado De Bienestar

INTRODUCCIÓN

El Estado de Bienestar surgió como nueva forma de organización política en el continente Europeo, tras la II Guerra Mundial. Ha servido de cimiento a los partidos socialdemócratas con el ambicioso objetivo de erradicar la pobreza y asegurar el pleno empleo, pero ni en su etapa más próspera ha podido alcanzarlos. A estos dos objetivos se añade la de proporcionar una vida digna a los ciudadanos centrándose en tres necesidades fundamentales, como son, la sanidad, la educación y la vivienda.

Su origen y su primera etapa fructífera fue posible por el crecimiento económico que experimentaron las sociedades industriales, que permitió un fuerte crecimiento del empleo, proporcionó una renta suficiente para la población y, pudo mejorar las condiciones de protección social y extenderlas hacia incuestionables necesidades que se iban poniendo en evidencias.

Así, si en un principio nació para favorecer a los más necesitados, ha ido evolucionando cubriendo cada vez más servicios a la sociedad para proporcionar una determinada calidad de vida, con lo que la ayuda otorgada por el Estado para cubrir una serie de necesidades básicas, se ha ido encauzando hasta llegar a ser demandadas por los ciudadanos como elementos primordiales para legitimar su existencia.

Actualmente el Estado de Bienestar no disfruta precisamente de una floreciente economía por la crisis en la que nos encontramos a nivel internacional, y que está provocando un gran número de parados, escasas inversiones, baja productividad, bajo consumo, unido a cada una vez mayor globalización promovido por los avances tecnológicos de la información. De igual modo también se hace patente las consecuencias de la disminución de la natalidad y otros factores que en mayor o menor medida están dificultando que el Estado de Bienestar alcance sus objetivos. Comprobamos, por tanto, la incapacidad del Estado para dar cobertura a sus servicios y para dar una respuesta eficaz a los problemas que se le plantean.

Por ello, vemos que el Estado de Bienestar está asociado a una favorable economía nacional, que se ve ahora perjudicada por los efectos de la globalización existente en nuestros días. ¿Es posible mantener un Estado de Bienestar como el actual?, ¿nos encaminamos hacia su fin o, simplemente hacia una variación del mismo?

Son estas preguntas a las que intentaré dar respuestas, posibles soluciones y hacia qué tipo Estado nos podemos dirigir, como alternativa al Estado de Bienestar, al querer emerger de su crisis.

PACTOS EN EL ESTADO DE BIENESTAR

Podemos considerar al Estado de Bienestar como el fruto de un pacto a nivel político con el objetivo de frenar la ideología comunista en un momento determinado, que fue posible por la voluntad política de los actores, fomentado por el clima de la postguerra.

Al desarrollo del Estado de Bienestar contribuye la “teoría económica de Keynes”, que sustentaba el ajuste de la oferta y el consumo como motor de la economía y, otorgaba la suficiente capacidad al Estado para intervenir en ella (con la premisa de mantener la propiedad privada), a través de políticas de inversión, de regulación de salarios, precios y mercado laboral.

El modelo Keynesiano, otorga al Estado la función de intervenir, tanto en la Política Económica (para mantener la actividad, impulsar la producción, orientar la política de gasto y de inversión y corregir los desajustes que se producen en el mercado), como en la Política Social (distribución de la renta con un sistema de servicios sociales asistencial, promover el pleno empleo y fomentar el consumo interno). Ambas políticas, requieren una política fiscal que permita financiarlas.

Esta intervención del Estado se justifica por tres razones:

- para hacer compatible el modo de producción capitalista con el sistema democrático.

- para fomentar la actividad económica y lograr la consecución del pleno empleo.

- para evitar el conflicto social que se dio de forma tan intensa en el período anterior a la II Guerra Mundial, evitando las revoluciones y proporcionando bienestar y seguridad para todos los sectores sociales.

Más tarde también fue influyente la “curva de Philips”, según la cual la inflación es inversamente proporcional al desempleo, lo cual sugiere que una política que mantenga los precios estáticos promueve el paro. Así, justificaba una moderada inflación como necesaria. Aunque comprobado con hechos acontecidos posteriormente, sobre todo en EEUU, la aplicación de esta teoría ha resultado negativa.

Otro dato a tener en cuenta que ayudó a establecer la base del Estado de Bienestar, es la redacción del informe Beveridge, bautizado con el nombre de su creador y donde plasmó su criterio en relación al modo en que el Estado, debía hacer frente su responsabilidad de ofrecer bienestar a la sociedad. En él indica que todo empleado debe pagar una serie de tasas que servirán para conceder prestaciones en caso de enfermedad, paro y jubilación entre otras. Es así como nace la seguridad social.

El Estado de Bienestar empieza a entrar en crisis por varios factores:

En un descenso de la tasa del crecimiento, siendo mínimo o incluso negativo para algunas naciones capitalistas, un aumento de la inflación y un rápido crecimiento en las tasas de desempleo. La industria reduce los costes laborales, disminuyendo los salarios e intensificando su explotación para aumentar la plusvalía de su capital.

Con esto, renace de nuevo las luchas de clases en muchos lugares, motivado por los bajos salarios, el control de la producción, el medio ambiente, la comunicación, la educación y la libertad de todo tipo, apostando por un modo de vida que aporte más calidad frente al modernismo sin fin.

El Estado de bienestar tiene que ser renovado, cambiado o reformulado, pues sus defectos les lleva a dirigirse a caminos contrarios al interés general y a una pérdida de legitimidad.

MODELOS DEL ESTADO DE BIENESTAR

El Estado de Bienestar como tal, nunca ha sido cuestionado. Lo que sí es motivo de discusión es la cantidad de servicios que ha de cubrir a la sociedad y el peso que ello tiene para la economía, más acusado en tiempos de crisis.

Aún cuando el Estado de Bienestar nació para cubrir unas necesidades mínimas e impulsar la igualdad efectiva de oportunidades, ha ido ampliando su esfera en muchos ámbitos que como consecuencia ha provocado la exigencia de la sociedad hacia el Estado para cubrir necesidades secundarias.

Podemos definir los siguientes modelos:

a) Universalista,

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