Evaluación en Educación Física

LA EVALUACIÓN EN LA EDUCACIÓN FÍSICA

En el área de la educación, resulta de vital importancia establecer mecanismos de evaluación que permitan obtener los suficientes datos para conocer el nivel de aprendizaje en el que se encuentran los alumnos, y también para verificar que el proceso de enseñanza que lleva a cabo el docente sea de una manera correcta, de acuerdo a las características del grupo de educandos en cuestión. Pero, ¿Cuál es la importancia de evaluar en el proceso de enseñanza-aprendizaje? La importancia radica en que a partir de una evaluación se puede hacer una mejor toma de decisiones, contando con información relevante del proceso, se pueden hacer ajustes para mejorar las condiciones de aprendizaje, y sea más factible el hecho de que los alumnos adquieran los aprendizajes buscados. Así como en el campo empresarial la evaluación resulta ser necesaria para realizar ajustes, tales como en la productividad, los presupuestos o en la consecución de objetivos, trasladándose al sector educativo, la evaluación (en sus diferentes tipos) se convierte en una herramienta imprescindible para medir el desempeño del proceso didáctico y mejorar la calidad de la educación.

Algunas de las principales características de la evaluación que considero indispensables para que el docente pueda llevar de una mejor manera su proceso de enseñanza, es que esta debe ser contextualizada e individualizada, ya que si no se consideran las particularidades de los alumnos, no se podrá alcanzar un buen nivel de desempeño, ya que no todos los alumnos tienen las mismas bases de conocimientos, o los mismos intereses, y mucho menos aprenden de la misma forma, habrá quienes sean más visuales, otros más auditivos, otros kinestésicos, y así cada quien con su propio estilo de aprendizaje. Otra característica relevante de la evaluación es que debe ser procesual, y estoy de acuerdo con ello, ya que, si se deja la evaluación solo al inicio y al final del ciclo escolar, se pierde mucho progreso en el medio del proceso, además de que se debe prestar atención a la manera en la que los alumnos van avanzando académicamente de acuerdo a las estrategias didácticas utilizadas, y concluir cuál método resulta más práctico para un conjunto de alumnos o un grupo total. Y, finalmente, la otra característica de la evaluación que no se puede dejar de lado es la que debe ser integral, porque no solo se debe considerar el aprendizaje conceptual de los alumnos, o su desarrollo puramente cognitivo, sino que entran más elementos en cuestión, tales como los actitudinales o el desarrollo de su proceso emocional. Y, hablando tanto de la evaluación formativa como de la evaluación auténtica, me resulta interesante que ambos tipos de evaluación se centren en el mejoramiento de los alumnos, ya sea buscando un mejor desempeño de los mismos o de los maestros, y con ello eliminar las barreras que obstaculizan el logro de los propósitos educativos (evaluación formativa); o buscando un mejoramiento de la calidad del proceso de aprendizaje a través de diversas estrategias (evaluación auténtica). Por ejemplo, se ha llegado a observar que constantemente se buscan actividades de aprendizaje, como cuestionarios o presentaciones, en las cuales los alumnos tengan que utilizar solamente ciertas capacidades, como la memorización, pero también se pueden generar otro tipo de actividades, como los experimentos o proyectos, para que los alumnos desarrollen otras capacidades, tales como el pensamiento crítico o la capacidad de análisis y síntesis, un razonamiento en general.      

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