FINANZAS PÚBLICAS
Enviado por Susyfour • 11 de Junio de 2013 • 15.001 Palabras (61 Páginas) • 312 Visitas
I. INTRODUCCIÓN
II. DEFINICIÓN DE FINANZAS PÚBLICAS
III. ADMINISTRACIÓN PÚBLICA
IV. GASTO PÚBLICO
V. HACIENDA PÚBLICA
VI. MINISTERIO DE FINANZAS
VII. RECAUDACI’ON FISCAL
VIII.MARCO MACROECONÓMICO MULTIANUAL
2012 DE LA ECONOMIA NACIONAL.
IX. ANEXO
X. RESUMEN
XI. CONCLUSIÓNES
XII. PROPUESTA
XIII.BIBLIOGRAFÍA
I. INTRODUCCIÓN
Si hablamos de finanzas públicas en el Perú, debemos remontarnos a los albores de nuestro Tahuantinsuyo, pues ellos ya demostraban haber desarrollado un conocimiento de la economía sobre la base de una sociedad agraria, la construcción de complejas obras de riego y la aplicación de técnicas agropecuarias lo que favoreció el crecimiento constante de la producción agrícola y de la población. El inca, guerreros y sacerdotes conformaban los grupos privilegiados que ejercían el gobierno, y la mayoría de la población, compuesta por campesinos y trabajadores urbanos, debía entregar fuertes tributos en productos trabajo. Estas sociedades estaban organizadas y gobernadas por fuertes estados teocráticos.
Las primeras ciudades se organizaron alrededor del centro ceremonial o templo. Y los templos tenían funciones religiosas y también económicas, dado que almacenaban y distribuían los productos tributados por los campesinos. La organización jerárquica de la sociedad. La sociedad inca fue una sociedad urbana que tuvo una organización económica, políticas social del mismo tipo que las sociedades .urbanas que existieron en el Cercano Oriente desde el 3000 a. C. los chinos alrededor del 3000 A.C ya tenían tesoreros reales y personas especializadas para llevar las cuentas de los tributos; en Egipto vemos por referencia bíblica a JOSE que era el gobernador de Egipto, y era el encargado de administrar los recursos del imperio para el sostenimiento de todos.
Los americanos también desarrollaron sistemas de escritura y de numeración; la religión fue la manifestación espiritual más importante y regía la mayor parte de los actos de la vida cotidiana de la población; y el arte alcanzó una elaborada complejidad.
El Cuzco ocupa un valle situado a 3.400 metros sobre el nivel del mar. Se atribuye al Inca Pachacutti (1438-1471) la reconstrucción del Cuzco como una ciudad monumental En ella se instalaron grandes almacenes de granos, barrios, un complejo sistema de riego y depósitos de todo tipo. Los templos y los pucarás (construcciones militares) ocuparon un lugar preponderante en la ciudad. La construcción de Machu Pichu fue un claro ejemplo de ello. Fue construida en el Cuzco a alturas casi inaccesibles, con fines religiosos y militares.
La producción era muy variada y los cultivos más importantes eran el maíz y la papa. Los incas aplicaron diferentes técnicas agrícolas que mejoraron el rendimiento de los cultivos. En la zona árida de la costa usaron el guano -excremento de aves marinas- como fertilizante de las tierras y construyeron canales de riego. En el interior, sobre las laderas de las sierras, cultivaban en terrazas. Además, el dominio de pueblos que habitaban diferentes zonas les permitió obtener, mediante el pago de tributos, productos que no había en su propio hábitat.
En la sociedad incaica se podían diferenciar varios grupos sociales.
La nobleza real incaica estaba formada por los sacerdotes, los guerreros y los funcionarios. Controlaban el Estado y vivían de los tributos que entregaban los campesinos. A este grupo social pertenecía el Inca. Los curacas, o nobles de provincia, eran los nobles que gobernaban a los campesinos organizados en comunidades (ayllus). Su instrucción se realizaba en el Cuzco. Eran los responsables de recibir los tributos de los ayllus, que luego entregaban al Estado incaico.
El ayllu era la comunidad de campesinos unidos por vínculos familiares, que tenían antepasados en común y habitaban un mismo territorio. El Estado entregaba tierras a cada comunidad para su subsistencia. Anualmente, un funcionario local asignaba parcelas a cada familia según el número de sus componentes. Pero los campesinos no eran propietarios de las tierras y estas parcelas eran trabajadas colectivamente por todos los miembros de la comunidad. El ayllu debía entregar fuertes tributos en productos y en trabajo al Estado y a los curacas.
En las laderas de la sierras, el cultivo en terrazas permitió un mejor aprovechamiento de la tierra fértil y facilitó el riego. Como técnica de labranza el palo cavador y una maza de cabeza de piedra, no conocían la rueda.
La cría de llamas y de alpacas fue una actividad importante en la economía incaica. De ella obtenían lanas, carne y se usaban como animales de trabajo. La llama aunque no soporta más de 45 Kg. de peso soporta las grandes alturas.
Entre los incas las tierras se dividían en tres zonas: las tierras de las comunidades, cuya producción alimentaba a las familias campesinas, la del Inca que mantenían al Inca, a los sacerdotes y el ejército, y las del Sol, con las que se mantenía el culto a los dioses. Los campesinos debían obligatoriamente trabajar en todas.
Todos los pueblos que pertenecían al imperio tenían la obligación de entregar al Estado una determinada cantidad de alguna materia prima o de productos manufacturados, según la producción característica de cada zona.
Además, la población estaba obligada a realizar trabajos individuales en beneficio del Estado, los curacas o los sacerdotes. Por esto, personas y productos recorrían también permanentemente el Camino del Inca.
LA RECIPROCIDAD Y LA REDISTRIBUCIÓN
La sociedad incaica funcionaba sobre la base de la reciprocidad y la redistribución.
La reciprocidad era común entre las comunidades de campesinos de la región andina.
Consistía en la práctica entre todos los miembros de una comunidad. Por ejemplo, los habitantes de un ayllu se ayudaban entre sí a sembrar y a cosechar en las parcelas de subsistencia; y, en ocasión de un matrimonio, toda la comunidad ayudaba a levantar la casa de los recién casados. Los incas incorporaron el principio de reciprocidad de los ayllus como una de las bases del funcionamiento económico y social de su imperio.
La redistribución suponía el reconocimiento por parte de los campesinos de los diferentes niveles de autoridad que existían en la sociedad. Los ayllus entregaban los tributos a los curacas, y los bienes tributados se acumulaban en depósitos reales que estaban en aldeas, caminos y ciudades. Allí eran contabilizados por funcionarios
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