Filo-Peda-Dida

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1. Película seleccionada: (4) Luis Sandrini ( El Profesor Hippie ) pelicula.1969 - YouTube

Dirigida por Fernando Ayala protagonizada por Luis Sandrini, Roberto Escalada, Soledad Silveyra, Pablo Alarcón y otros. También se recurre a la participación de grupos de música juvenil de moda en la década del setenta: La Joven Guardia, Los Náufragos y El Grupo de Gastón.

Sinopsis: Un profesor de un colegio nacional de ideas renovadoras, se enfrenta con los directivos para que los alumnos puedan realizar un festival artístico en el salón de la escuela.

1.  ANALISIS:

        Podemos decir desde una perspectiva filosófica, que las emociones y discursos de la película muestran una caracterización de la juventud de la época, signada como lo “otro”, considerado como lo rebelde, lo malo, lo antisocial o antisistema, estereotipos por como visten y escuchan la música de moda, viven los primeros amores y tienen conflictos con quienes quieren imponer su autoridad, sean estos profesores, padres e incluso la policía (por usar el pelo largo).

        Es aquí que esta película se desarrolla en un contexto educativo donde se organiza y se ve a sí misma como una Institución encargada de “homogenizar”, de “transmitir” ideas, valores, saberes validados por las autoridades del gobierno (esto se ve en discusión entre el profesor y el rector). Es decir, estamos ante un paradigma “tradicional” perteneciente al siglo XIX,en el cual se persigue “universalizar” el conocimiento a través del discurso del método y socializar a los alumnos para reforzar el pacto social, que claramente responde a intereses más allá de los planteados al inicio de la Modernidad (orden y progreso), ya que evidentemente resultaron funcionales al sistema capitalista que se propuso instalar una razón instrumental y legitimarese sistema en la representatividad democrática, homogenizar y formar buenos ciudadanos.

        Esto se puede ver en la uniformidad del atuendo escolar (masculino -blazer y corbata- y femenino, guardapolvo y pelo recogido), otro de los momentos que podemos notar la intencionalidad de las políticas educativas ocurre durante la discusión de Montesano con el Rector y luego con la junta disciplinaria (cuando se habla de la verdad, los próceres e intenciones políticas). La escuela esta jerarquizada (Inspector, Rector, profesores, preceptores), la presencia de un preceptor (celador) que se ocupa de “vigilar” a los estudiantes, que como decía Foucault en “Vigilar y Castigar”, la panóptica, la disposición de las aulas y pupitres, la formas de los cuerpos de los alumnos, los horarios y alarmas y modos en que los estudiantes se comportan ante el ingreso o egreso de profesores, señalan un régimen de conducta al cual deben adecuarse y nos ayudan a entender la posición de autoridad que posee el docente.

        Es clara la importancia de los mismos (docente) dentro de la “triada educativa”, donde la enseñanza se “impartía” (concepción de enseñanza) y los estudiantes estaban limitados a escuchar y obedecer posicionándose en un rol pasivo (concepción de alumno); para garantizar una coherencia con el contexto social en el que imperaban las rígidas normas morales y de respeto hacia los “mayores”, donde estos últimos jamás eran cuestionados, ni las temáticas que se trataban podían ser debatidas.

        La actitud del protagonista, desde una perspectiva didáctica, quiebra la asimetría de autoridad y distancia al empatizar con sus alumnos, acorta la brecha generacional entre “los mayores” y los intereses y motivaciones de los jóvenes estudiantes. El protagonista se acerca a los jóvenes no solo físicamente dentro del contexto áulico, sino mediante una forma peculiar de captar su genuina atención, tocando temas de su interés (ejemplo: al dar sarcásticos “consejos” sobre formas de copiarse).

        Este docente, a pesar de las críticas de directivos y padres, rompe con el modelo de profesor tradicional de aquella época y logra ganarse el “respeto” de los jóvenes acercándose a ellos por afinidad (se muestra querible, fresco y compinche de los jóvenes, utiliza términos coloquiales de los chicos: “se largó…una fechita…le dieron con un hacha, etc) contrario a como se muestra su antítesis (Salvatierra) el rígido, estructurado y distante profesor.

        La confianza que desarrolla este con los chicos, implica que le pidan su consejo a la hora de actuar con algunos profesores, opiniones sobre determinados temas extraescolares (por ejemplo: fútbol, amor) e incluso que vayan a ensayar en su casa para el festival del día del estudiante. El cariño de los chicos hacia el  profesor va de la mano con el respeto que le tienen, el acercamiento con los estudiantes y su forma desestructurada de ejercer la docencia también le juegan una mala pasada cuando el rector le informa de la queja de los padres por estimular la rebeldía.

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