Gastronomia
Enviado por dulcemile68 • 2 de Febrero de 2014 • 5.214 Palabras (21 Páginas) • 157 Visitas
rte y Gastronomía
I)
Cocina, cultura y filosofía
Independientemente de la concepción que se te
nga de la filosofía, es claro que para
que cualquier caracterización que de ella se
ofrezca resulte aceptable ésta deberá ser
lo suficientemente amplia y elástica como pa
ra incluir la idea de que la filosofía es
también (o inclusive básicamente) una refl
exión sobre la cultura. Los enfoques que
se propongan, los métodos de
investigación y debate que
se adopten, las clases de
especulaciones que se promuevan, las estrat
egias que se apliquen, etc., pueden ser de
lo más variado, pero es relativamente cl
aro que cualquier filosofía que se respete
debe poder generar y justificar
puntos de vista sustanciales en
torno a la cultura de la
cual emerge y forma parte. Una filosofí
a que no tuviera nada que decir a este
respecto sería excesivamente
escuálida, de una pobreza temática superlativa. Así,
pues, como no puede negarse que las in
stituciones, las prácticas humanas, los
tecnicismos lingüísticos propi
os de las diversas formas
de vida son una fuente
inagotable de estimulantes enredos filosó
ficos e invitan a una meditación compartida
y dado que la reflexión filosófica no es
reducible a consid
eraciones de orden
histórico o social (mucho menos personal o
autobiográfico), resulta que la reflexión
filosófica sobre las múltiples facetas de
la vida cultural no sólo es sumamente
enriquecedora, sino inclusive indispensable.
Sería de un filisteísmo filosófico y de
un fanatismo intelectual inaceptables pretender
reducir la filosofía al análisis lógico
del lenguaje y a discusiones en torno a,
e.g.
, el realismo científico.
Afortunadamente, podemos estar de e
llo seguros, hay más temas dignos de
especulación racional de los que se sueñan
en filosofías de horizontes estrechos.
Si lo anterior es acertado, no deja de
ser sorprendente el que los filósofos (de
todos las épocas y de todas las jera
rquías) hayan dedica
do tan poco tiempo y
esfuerzo a reflexionar sobre ese peculiar
ámbito de la cultura humana que es el
constituido por la comida, la nutrición, lo
s sabores, las técnicas culinarias, las
experiencias gastronómicas, el lenguaje de los
chefs
, etc. Es factible encontrar,
desde luego, multitud de reflexiones interesa
ntes y sugerentes aquí y allá, pero las
más de las veces éstas se encuentran dispersa
s en libros de historia de la cocina o en
introducciones a libros de recetas, es decir, en
trabajos que no son de filosofía. De
ahí que, por no estar sistemáticamente c
oncatenadas ni encuadradas en un marco
explicativo claro, pensamient
os así quedan como flotando
en el aire y no pasan en
general (y en el mejor de
los casos) de ser brillantes
aperçus
, metáforas afortunadas,
aforismos originales. Es, pue
s, un hecho que son muy pocos
los textos estrictamente
filosóficos consagrados a esta
peculiar área de la cultura
que es todo lo que tiene que
ver con la cocina. Entre ellos está, es menest
er señalarlo, el erud
ito y fascinante libro
2
de Jean-François Revel,
Un Festin en Paroles
.
1
Se trata con mucho de un libro de
historia y evolución de
la cocina (en un sentido amplio
de la expresión), pero en él
se trazan también ciertas distinciones, se
proponen ciertos princi
pios, se defienden
diversas tesis y contiene al
gunas discusiones de un carácter más general o abstracto
que hacen ver que es tambié
n una obra que amerita el calificativo de “filosófica”.
Sobre algunas de las ideas centrales de dic
ho pionero libro me ocuparé en la última
sección de este ensayo.
Podemos dar expresión a nuestro extrañ
amiento inicial como sigue: ¿cómo es
posible que un “sector” de la
vida tan importante y tan interesante como lo es el
relacionado con el mundo de la
comida haya dejado tan i
ndiferentes a legiones de
filósofos? ¿Acaso no proporciona la comida
y todo lo que la rodea (instituciones,
técnicas, evolución, gustos, etc.) temas de
reflexión para la filosofía y sólo para
alguna que otra ciencia empírica (la nutriologí
a, la dietética, la sociología, etc.)?
Pensar así me parecería un lamentable y
grave error, pues se estaría excluyendo con
base en prejuicios toda un
área de temas realmente apasionantes y que ciertamente
merecen nuestra atención. En este ensayo me
ocuparé por lo menos de dos temas de
los que si hubiera a toda costa que clasific
arlos yo sostendría que caen en el terreno
de eso que llamamos ‘estética’. Es justamen
te de dichos temas que pasaré ahora a
ocuparme.
II)
Sentidos y Arte
Uno de los hechos que más llaman la atenci
ón en relación con el
arte es que lo que
normalmente pasa por producción artística
tiene que ver fundamentalmente con la
vista y el oído. Pero ¿cómo justificar es
ta discriminación sens
orial? ¿Por qué ni
siquiera en principio se podría hablar de ar
te y de obras de arte en relación con los
sentidos del gusto y del olfa
to? Así como hay obras de ar
te que se “degustan” por
medio de la vista o de
l oído ¿no hay acaso obras de arte
que se disfruten vía el gusto
(y el olfato)? ¿Es acaso por razones intrín
secas a las facultades humanas mismas que
prevalecería semejante orden de cosas?
¿O fue más bien por consideraciones
meramente contingentes y externas al ar
te mismo (morales, religiosas) que se
estableció dicha clasificación?
Me propongo aquí defender la
idea de que si bien
la jerarquización de los
sentidos en relación con la producción ar
tística tuvo quizá en
algún periodo de la
historia una razón de ser, en
...