Habilidades Motrices
Enviado por andreamina • 28 de Enero de 2015 • 1.369 Palabras (6 Páginas) • 481 Visitas
CAPACIDADES MOTORAS Y HABILIDADES MOTRICES
Es necesario fomentar el desarrollo y dominio correcto de las habilidades básicas como saltar, correr, caminar etc. Ya que constituyen la parte esencial y básica de nuestra motricidad general, y así poder llevar a cabo las más específicas, esto permitirá en el desarrollo del niño la adquisición de los objetivos de la educación física.
habilidades que requieren el uso de los grandes grupos musculares que coordinan los movimientos corporales necesarios para la vida normal, como caminar, correr, saltar, tirar y equilibrarse.
El desarrollo motor, se refiere a los cambios producidos con el tiempo en la conducta motora que reflejan la interacción del organismo humano con el medio. Éste forma parte del proceso total del desarrollo humano. Tiene una gran influencia en el desarrollo general del niño (a) sobre todo en el período inicial de su vida.
Durante “la edad de bebé” (primer año y medio de vida, aproximadamente), los movimientos, en su origen, son masivos, globales e incoordinados y, pueden ser activados o inhibidos por las diferentes estimulaciones externas. La adquisición de la coordinación y de la combinación de los diferentes movimientos se realizará, progresivamente, durante su primer año de vida:
1. Boca-ojos, cabeza-cuello-hombros.
2. Tronco-brazos-manos.
3. Extremidades-lengua-dedos-piernas-pies.
Hacia los 4 meses todo lo que la mano coge es llevado a la boca y chupado por ser el lugar a través del cual el niño (a) “siente”. Además, como se ha señalado anteriormente, la boca y los ojos son los primeros órganos que adquieren coordinación.
Hacia los 5 meses todo lo visto se coge, y todo lo que se coge es mirado.
Hacia los 12 meses, cuando el niño (a) puede mantenerse en pie sin ayuda, aunque su equilibrio no sea perfecto, se produce una ampliación del campo visual y el niño (a) busca objetos, se mueve y empieza a ser propiamente activo.
Al principio, los movimientos son reflejos, incoordinados e inconscientes pero poco a poco el niño (a), a través de las experiencias, sobre todo por imitación, tiende a hacer suyas dichas experiencias y tener conciencia y coordinación de sus actos.
Entre 1 y 3 años de edad, la adquisición de la marcha asegura al niño (a) una movilidad que le libera del parasitismo motor inicial y le confiere un principio de independencia. Con esa movilidad amplia, cada vez más, su campo de experiencias y se caracteriza por una continua exploración del mundo que le rodea y que esta empezando a conocer realmente.
Más o menos a los 18 meses el niño comienza a corretear: los pasos se alargan y la separación de los pies se reduce; pero las vueltas son aún muy torpes. A esta edad ya empieza a subir una escalera, aunque sostenido, y a encaramarse a “cualquier” objeto.
A los 20 meses adquiere regularidad en los pasos y estabilidad en la marcha. La actitud emprendedora del niño (a) le hace marcase retos personales: “Ya que sé andar...” En esta edad el reto que se marca es la carrera.
A los 2 años el niño (a) camina con total soltura, incluso en las escaleras.
De los 2 a los 3 años progresa el automatismo de la marcha. Debido a la actitud emprendedora del niño (a) y tiende a intentar proezas superiores a sus posibilidades: transporte de objetos pesados o voluminosos, gran evolución en el “dominio” de la escalera y el correr.
Entre los 3 y los 4 años tanto la marcha como la carrera están perfectamente controladas. Entonces aparecen la marcha de puntillas y el salto, que señalan los progresos del equilibrio.
Durante todo este periodo también son destacables los progresos de la prensión y de la manipulación. Los movimientos se afinan, se diferencian, se coordinan y se lateralizan. El niño (a) está constantemente en movimiento: inventa, descubre, imita, repite, mejora sus gestos. De ahí surgen infinidad de juegos motores de muy diversa índole: salta, corre, abre y cierra cosas, lleva, tira, empuja, lanza, juega a la pelota.
La actividad motórica de los niños (as) de 3 a 6 años se caracteriza por la libertad, la soltura y la espontaneidad. La movilidad pierde ese carácter brusco e incoordinado y gana extraordinaria armonía. El niño (a) observa los movimientos de los demás y es capaz de imitarlos, sin análisis previo, con una total desenvoltura:
1. A los 3 años el niño (a) sabe correr, girar, montar en triciclo, echar el balón.
2. A los 4 años
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