Higiene Mental
Enviado por keinelust • 11 de Diciembre de 2013 • 1.827 Palabras (8 Páginas) • 294 Visitas
Profesionales involucrados en la salud mental
Entre 1os profesionales científicamente orientados que trabajan por la salud mental tenemos médicos, psiquiatras y psicólogos clínicos.
A los médicos les consulta una enorme cantidad de personas que buscan alivio a sus problemas de salud; muchos de estos problemas se vuelven crónicos, son de indudable origen psicológico y son tratados con psicofármacos; es decir, sustancias químicas que tienen efecto sobre el sistema nervioso. Debido a que no se les instruye en psicología de la motivación, psicología del aprendizaje y psicoterapia, los médicos no están bien preparados para atender trastornos funcionales, trastornos del aprendizaje, síndromes asociados con la tensión, depresión, etc., por lo que se desempeñan mejor en el tratamiento de desórdenes histéricos (trastornos psicosomáticos).
El psiquiatra es un médico especializado en el tratamiento de los trastornos mentales. Por su preparación biológica y médica se halla en disposición de tratar con mayor efectividad que un médico general las patologías orgánicas y las psiconeurosis, como la histeria, que suelen ir acompañadas de complicaciones somáticas. Puede enfrentar además las psicosis orgánicas o funcionales apoyándose en el uso de fármacos y otros tratamientos específicos.
Los psicólogos clínicos tienen una gran experiencia en tratar los trastornos de la conducta funcional con el uso de diversas técnicas, entre las cuales destaca la psicoterapia; son más eclécticos en sus puntos de vista y métodos a emplear según la edad, condición y demás particularidades del consultante. Están bien entrenados en el uso de las distintas pruebas psicológicas y conocen muy a fondo 1os procesos de aprendizaje, lo cual es muy importante, puesto que los trastornos mentales funcionales son aprendidos. No recurre a fármacos.
Si bien cada uno de estos profesionales parece ofrecer alguna ventaja para el tratamiento de trastornos psicológicos, según el tipo de paciente que acuda a ellos y a su diferente orientación metodológica, en ciertos casos es necesario el trabajo concertado de ellos en equipos interdisciplinarios, para dar un aporte real a 1a mejora de la salud mental en nuestro país, sin olvidar contar con el concurso de otros profesionales idóneos como son los neurólogos, enfermeras, trabajadores sociales, terapistas, educadores y otros. Tampoco debe descuidarse el aspecto socioeconómico y educativo, por lo que debe buscarse la mejora de las condiciones materiales, sociales y educativas en que viven y se desarrollan los salvadoreños. Por ello se hace necesario desarrollar programas integrales de salud mental.
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CAPÍTULO 4:
Estrategias de intervención en salud mental
4.1 PROGRAMAS DE SALUD MENTAL
Un Programa de Salud Mental, es una serie sistematizada de procedimientos, para prevenir, atender y dar seguimiento posterior a personas y comunidades que se enfrentan a factores condicionantes de trastorno mental y pueden llegar a presentar, presentan o presentaron cuadros clínicos específicos o no. Los programas de salud mental pueden orientarse con base en criterios preventivos y curativos.
4.2 ENFOQUES DE ATENCIÓN PSICOLÓGICA
La atención psicológica puede ser realizada con enfoques preventivos o. curativos, grupales o individuales. Por lo general, la tendencia generalizada ha sido atender a los individuos hasta que su patología psíquica se agudiza y con un enfoque individual.
Los enfoques preventivos se dirigen especialmente a grupos y comunidades, y pueden aplicarse a través de programas divulgativos y educativos, a fin de establecer normas de higiene mental adecuadas a las condiciones reales de vida de los salvadoreños, que contribuyan a evitar el padecimiento de trastornos psicológicos.
El enfoque curativo implica la atención de individuos, parejas y grupos que presentan trastornos psicológicos menores a través de técnicas que eliminen el trastorno o lo minimicen a tal grado, que se impida la aparición de un trastorno mayor.
En atención a la cada vez más creciente demanda de servicios terapéuticos que se irán presentando con mayor frecuencia a las profesionales de la psicología y que por muchos que sean nunca serán suficientes para atender tan vasta demanda, se hace necesario no sólo anticiparse a la aparición de la problemática psicológica, sino además garantizar que quienes acudan al psicólogo en fases agudas del trastorno psicológico, puedan recibir una atención a tono con los conocimientos cada vez más precisos sobre la incidencia del factor social en el surgimiento de trastornos, profilaxis o tratamiento.
Como señala Fanon (1973): "Por regla general, la psiquiatría clínica reúne los diferentes trastornos presentados por nuestros enfermos bajo la rúbrica de "psicosis reaccionales". Al hacerlo, se da mayor importancia al acontecimiento que ha desencadenado la enfermedad aunque aquí y allá se mencione el papel del terreno en que se produce (la historia psicológica, afectiva y biológica del sujeto) y el del medio. Nos parece que en los casos presentados aquí, el acontecimiento que desencadena todo es principalmente la atmósfera sanguinaria, despiadada, la generalización de prácticas inhumanas, la impresión tenaz que tienen los individuos de asistir a una verdadera apocalipsis". (pág. 230)
Después de las dos grandes guerras mundiales no han faltado publicaciones sobre patología mental de militares participantes en la acción, y de civiles víctimas del éxodo o de los bombardeos. Pero las patologías que se registran en las nuevas condiciones de guerra son originales por cuanto resultan de condiciones parecidas a las anteriores, pero que nunca podrán ser idénticas unas a otras.
Los enfoques tradicionales creían en la relativa benignidad de los trastornos reaccionales. Pero en nuestra realidad, por el contrario, la regla general es la frecuente malignidad de los procesos patológicos. Son trastornos que persisten durante meses atacando fuertemente al yo, y dejando casi siempre como secuela una fragilidad casi perceptible a simple vista.
Resulta claro lo cíclico de ciertos trastornos reaccionales a los que se clasifica como síndromes de stress postraumático, cuando se observa individuos que han tenido participación
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