Historia Económica General II
Enviado por jannitha • 13 de Mayo de 2013 • Informe • 1.243 Palabras (5 Páginas) • 680 Visitas
Historia Económica General II
La revolución cubana una interpretación
Esta obra de Vanea Bambirra representa el producto de un paciente trabajo de investigación. Con la independencia intelectual que la caracteriza, se ha negado a aceptar las ideas hechas y los enfoques tradicionales sobre la Revolución Cubana y, remitiéndose a las fuentes, se ha dedicado a reinterpretar algunos aspectos fundamentales de ese proceso de tanta significación para los pueblos de América Latina. La exposición de los resultados se ordena en torno a dos vertientes: la guerra revolucionaria, en relación a la cual se examina la concepción estratégica que la presidió, así como las fuerzas sociales que en ella intervinieron, y el carácter de la revolución.
Definiendo con rigor las líneas estratégicas que adoptaron sucesivamente los dirigentes cubanos durante la guerra revolucionaria, el estudio permite acompañar la integración progresiva de las distintas clases al proceso. Este se entiende como una expresión de la lucha de clases en la sociedad cubana, que condujo a que, tras la insurgencia de la pequeña burguesía, se marchara hacia la formación de una alianza de clases en la cual se destacó cada vez más el papel desempeñado por los obreros y los campesinos.
Será difícil, en adelante, seguir sosteniendo, respecto al proceso cubano, tesis que menoscaban la importancia de la participación de las masas y de la organización partidaria, como las que se han expresado en los planteamientos foquistas. La autora completa así una labor en que apareció como pionera, desde que, bajo el seudónimo de Cléa Silva, sometió por primera vez en América Latina a una critica sistemática los puntos de vista defendidos por Régis Debray.
Sin embargo, el hecho de que la alianza de clases se encontrara todavía en formación al triunfar la Revolución tendrá repercusiones en el curso que ésta tomará, tras el derrocamiento de Batista. Esto es lo que lleva a la autora, en lo que representa sin duda la tesis de su trabajo que se prestará mejor a la polémica, a distinguir dos etapas en el curso de la revolución: la democrática y la socialista, cuya línea divisoria se establece en el segundo semestre de 1960, o sea, más de un año después de la caída de la tiranía
La autora rechaza siquiera la existencia de una burguesía nacional de este tipo (véase el capítulo "Hacia la Revolución Socialista"). Sin embargo, y aunque la duda pudiera disiparse si se consultan otros trabajos suyos, su argumentación en el presente libro no aclara de forma categórica si, en los países latinoamericanos donde el desarrollo industrial dio lugar al surgimiento de una burguesía vinculada al mercado interno, ésta posee virtualidades revolucionarias.
La lucha por el socialismo es, fundamentalmente, una lucha política, en el sentido de que el proletariado tiene que contar con el poder del Estado para quebrar la resistencia de la burguesía a sus designios de clase e imponer a los sectores más débiles de ésta, a las capas medias burguesas, que subsisten todavía durante un cierto tiempo, una política que destruya sus bases materiales de existencia. La política del proletariado hacia la burguesía es siempre una política de fuerza; lo que varía es el grado de fuerza, vale decir de violencia, que el proletariado utiliza respecto a las distintas capas y fracciones burguesas, grado que se determina en última instancia por la capacidad de resistencia de dichas capas y fracciones a la política proletaria. Esto es lo que hace que, para Lenin, el socialismo no sea tan sólo la electrificación, el desarrollo de las fuerzas productivas, las transformaciones económicas, sino también los soviets, es decir, el poder del proletariado organizado en el Estado.
La Revolución cubana, tal como se define aquí, es una dura lucha por el poder, un ingente esfuerzo por afirmar la hegemonía proletaria
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