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Historia Económica General 2


Enviado por   •  28 de Abril de 2016  •  Ensayo  •  1.421 Palabras (6 Páginas)  •  322 Visitas

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Universidad Nacional Autónoma de México[pic 1]

Facultad de economía [pic 2]

Carlos Eduardo Córdova Cedillo

Historia Económica General  2

Actividad 2

[pic 3]

Hobsbawn, E. (1989). Cap. II La economía cambia de ritmo.  En La era del imperio (1875-1914). (pp. 34-55).

España: Labor Universitaria.

El autor señala que un notable experto norteamericano al examinar la economía mundial observaba que estaba marcada por una grande depresión del comercio sin precedentes que afecta a naciones que se han visto implicadas en la guerra, pero también a aquellas que se han mantenido en paz; a las que tienen una moneda basada en oro y aquellas que tienen una moneda inestable. Esta opinión era compartida por muchos observadores contemporáneos.

El autor indica que aunque el ciclo comercial que constituye el ritmo básico de una economía capitalista género, ciertamente algunas depresiones muy agudas en el periodo transcurrido entre 1873 y mediados del decenio de 1890, la producción mundial, lejos de estancarse, continúo aumentando de forma muy sustancial. El comercio internacional continuo aumentando de forma importante aunque aún ritmo menos vertiginoso que antes. En estas décadas las economías industriales norteamericana y alemana avanzaron a pasos gigantescos y la revolución industrial se extendió a nuevos países como Suecia y Rusia. La inversión extranjera en Latinoamérica alcanzo su cúspide en el decenio de 1880.

En cuanto a los economistas y hombres de negocios de la época lo que preocupaba era la prolongada depresión de los precios, una depresión  del interés y una depresión de los beneficios. Como lo señala Alfred Marshal “en resumen, tras el drástico hundimiento de la década de 1870 lo que estaba en riesgo no era la producción sino su rentabilidad.

La agricultura fue la víctima más espectacular de esa disminución de los beneficios y el sector más deprimido de la economía cuyos descontentos tenían consecuencias sociales y políticas. La consecuencia para los precios agrícolas fueron dramáticas, en 1894 el precio del trigo era poco más de un tercio del de 1867 beneficiosa para los compradores pero desastrosa para los agricultores y trabajadores agrícolas. Los países que no necesitaban preocuparse por el campesinado porque ya no lo tenían podían permitir que las agriculturas se atrofiaran, algunas naciones modernizaron deliberadamente su agricultura orientándose hacia producciones rentables como productos ganaderos y otros establecieron aranceles que elevaron los precios. Las dos respuestas más habituales entre la población fueron la emigración masiva en países como Italia, España, Austro-Hungria, Rusia, y la cooperación que proveyó de préstamos modestos a los campesinos.

En el mundo de los negocios tenía sus propios problemas en una época en que estábamos persuadidos de que el incremento de los precios (inflación) es un desastre económico, la inflación no solo es positiva para quienes están endeudados sino que produce un incremento automático de los beneficios por cuanto los bienes producidos con un coste menor se vendían al precio más elevado del momento de la venta. A la inversa la deflación hace que disminuyan los beneficios. Otra dificultad radicaba en el hecho de que los costes eran más estables que los precios a corto plazo.

La gran depresión puso fin a la era del liberalismo económico, las tarifas proteccionistas pasaron a ser un elemento en el escenario internacional. De todos los grandes países industriales, solo el Reino Unido defendía el liberalismo de comercio sin restricciones (el Reino Unido era, con mucho, el exportador más importante de productos internacionales).

En el siglo XIX el núcleo fundamental del capitalismo lo constituían cada vez más las “economías nacionales”: el Reino Unido, Alemania, Estados Unidos, etc. No obstante la nación como unidad no tenía lugar claro en la teoría pura del capitalismo liberal, cuyos elementos básicos eran los átomos irreducibles  de la empresa, el individuo o la compañía impulsados por el imperativo de maximizar las ganancias y minimizar perdidas. El liberalismo era el anarquismo de la burguesía y, como en el anarquismo revolucionario, en él no había lugar para el estado. O más bien, el estado como factor económico solo existía como algo que interfería el funcionamiento autónomo e independiente de el mercado. La economía capitalista era global y no podía ser de otra forma, el capitalismo no solo era internacional en la práctica sino internacionalista desde el punto de vista teórico, el ideal era la división internacional de el trabajo que asegurara que asegurara el crecimiento más intenso de la economía. El único equilibrio que reconocía la teoría liberal era el equilibrio a escala mundial pero en la práctica ese modelo resultaba inadecuado. La economía capitalista mundial en evolución era un conjunto de bloques solidos pero fluidos.

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