INTERVENCIÓN PÚBLICA
Enviado por guspelin • 12 de Agosto de 2017 • Ensayo • 1.660 Palabras (7 Páginas) • 165 Visitas
INTERVENCIÓN PÚBLICA
Este ejercicio plantea al alumno el reto de crear una pieza capaz de encontrarse sorpresivamente con un espectador fortuito, esta obra debe estar diseñada y ubicada en un espacio de tránsito (ya sea un medio natural o urbano) donde el espectador es sorprendido por el abordaje de la reflexión o evocación de una intervención plástica o instalativa.
Huelga decir que el arte público hace tiempo que se alejó de la caduca idea de una escultura tridimensional (de bronce o roca) ubicada en la plaza como bandera de la belleza, la fuerza o la verdad.
También cabe añadir que desde la época helénica mucho ha llovido con respecto a la concepción actual del significado escultura. En la actualidad, en el término escultura cabe cualquier idea o proyecto donde se implique el espacio como materia con la que trabajar. Las vanguardias artísticas tienen mucho y todo que ver en esto, puesto que aportaron nuevas nociones como la transversalidad con la arquitectura, la intrusión de las nuevas tecnologías, el mestizaje de técnicas en diferentes campos creativos y el apropiacionismo de técnicas y materiales, terminando por transformar y ampliar el mundo de la escultura.
También el arte público ha sufrido cambios, este arte ha pasado de ser un arte civil de monumentos cívicos en memoria de personalidades de una época o conmemorativa de un hecho acaecido, donde había inscrita una función ejemplificadora y/o adoctrinante, que se devía a un fín político o religioso, así nos lo cuenta Javier Maderuelo en su obra “El espacio raptado”. En contraste a un arte actual donde la obra tiene una libertad funcional y temática, donde cabe la reflexión, el sentimiento, laa idea, una frivolidad estética, e incluso la conmemoración.
Muchas cosas han cambiado desde entonces. Entre una de ellas, la más visible es la perdida del pedestal. La escultura pública deja de ser un objeto altivo, para ser más cercano y accesible. Pero también cambia, en algunos casos, su carácter eterno por la utilización de materiales más perecederos y disposiciones efímeras. Y lo más importante si cabe, su noción, en la cual la concepción de la misma es libre: puede ser tradicional o ser completamente frívola y meramente decorativa, aunque también profunda y reflexiva.
La mayoría de artistas actuales han abandonado los vehículos de expresión tradicional; la obra escultórica, al convertirse en una subjetividad, sufre muchas veces dificultades para encontrar una ubicación en el actual espacio vivo de la ciudad o en los jardines (naturaleza racionalizada). También la naturaleza salvaje o el jardín son lugares para intervenir por el artista de una forma pública, ya que todos los espacios son hoy transitados por el potencial espectador.
Podemos atestiguar que el arte público se convierte en una distinguida parte de nuestra historia y de nuestra cultura pública en evolución. Refleja y revela la sociedad donde se haya ubicada, modela la imagen general de una ciudad, añade significado a nuestros pueblos y singularidad a nuestras comunidades. El arte público humaniza la construcción en el medio ambiente y vigoriza los espacios públicos. Proporciona también una intersección entre el pasado, el presente y el futuro, entre las disciplinas, y también entre las ideas.
Se hace evidente que el arte público es de libre acceso y por tanto crea valor cultural además de construir identidad local.
Las administraciones políticas hace tiempo que descubrieron que la esculturas una vez ubicadas en el entorno público, ejercen una influencia continua, permitiendo que el potencial comunicativo que la escultura encierra pueda expandirse a los ciudadanos de forma generalizada, pasando a convertirse en un testimonio cultural pulsante, de forma automática y simultanea, un mensaje no escrito. La escultura pública termina por convertirse en patrimonio de sus vecinos, o incluso de la provincia, dependiendo de la potencia aúrica de la obra.
En toda nueva construcción, como en las nuevas urbanizaciones que se construyen o en las jóvenes ciudades y recientes pueblos que se desarrollan en todo el planeta por su reciente construcción, aspiran a ser lugares donde la gente quiera vivir y desee visitar. Precisamente es su novedad la que genera la necesidad de poseer una particular identidad que represente, de alguna forma, la comunidad con la que convive o le rodea, y para ello el recurso de la escultura pública funciona muy bien como articulador y símbolo de la misma.
Pero ¿que sucede cuando se articula un arte de carácter más contemporáneo en una ubicación pública?, que la aceptación adscrita a una zona ya no goza, a priori, de tanto éxito, puesto que el público se siente más indefenso e incluso amenazado por un arte que no entiende, y con el que, al menos en un principio, no se siente identificado.
La variedad estética que la actualidad permite desarrollar, hace que se modelen patrones de acción fundamentados en diferentes filosofías y en diferentes principios. Podemos decir de forma optimista que permiten ejercer sobre el público una diversidad de valores como: aumento de tolerancia, flexibilización de conductas y el aumento del entusiasmo por la estética. Por lo que las creaciones escultóricas de vanguardia que forman parte de la escultura urbana realizan cambios en los valores y pautas de una sociedad. También permiten eliminar la resistencia al cambio de nuevas ideologías, a la vez que cambian el gusto estético. Empero, hoy más que nunca la escultura urbana es hasta cierto punto incomprensible, al no ser figurativa en su totalidad, no encuentra una pronta significación en las masas, sin embargo con el tiempo terminan formando parte del lugar y las personas que lo rodean.
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