Insomnio Infantil Por hábitos Incorrectos

INSOMNIO INFANTIL POR HÁBITOS INCORRECTOS

El sueño es una necesidad fisiológica básica ya que todos los procesos que tienen lugar durante el mismo (recuperación energética) son imprescindibles para un adecuado equilibrio físico, mental y emocional de la persona.

No se trata de un proceso uniforme y por lo tanto es diferente para cada individuo, dependiendo así de características personales como la adaptación al medio, maduración cerebral, aprendizaje y también la organización familiar.

Teniendo en cuenta esto, es evidente que el sueño infantil, dentro de las individualidades de cada niño, presenta diferencias con respecto a los adultos en el número de horas necesarias de sueño, en sus ciclos (regulados por los periodos de alimentación e higiene) y en las causas que producen las alteraciones y trastornos del mismo.

Según datos estadísticos, entre el 15-25% de la población menor de 5 años padece trastornos del sueño. Dentro de los diferentes tipos de trastornos, nos encontramos con el INSOMNIO dentro de la categoría de las Disomnias (alteraciones en la cantidad de sueño). Este trastorno se define como la “dificultad para conciliar el sueño” o “interrupción seguida de desvelo anormal”. Algunas de sus características son que el niño no puede dormir solo, se despierta frecuentemente por la noche, o no es capaz de volver a dormirse sin sus padres. Las principales causas del insomnio infantil son las siguientes:

Ø MALOS HÁBITOS DE SUEÑO: El ciclo de sueño de los niños está muy relacionado con la satisfacción de sus necesidades básicas de alimentación e higiene y no con el concepto de tiempo. Existe un número determinado de horas que el niño debe dormir según su edad y para que esto sea así, es necesario ayudarle a establecer unos hábitos adecuados en cuanto al horario (que debe ser siempre el mismo) y actividades a realizar previas (leer un cuento, lavarse los dientes...). Esto le aportará tranquilidad y seguridad siempre y cuando no se trate de actividades que lo exciten o que generen algún tipo de dependencia del niño hacia sus padres que no le permita conciliar el sueño sin su presencia.

Ø ALTERACIÓN DE SU RUTINA o MOTIVOS PSICOLÓGICOS: cualquier acontecimiento que se salga de la rutina del niño como cambiar de casa o la llegada de un nuevo hermanito/a, viajes, nuevos aprendizajes, le mantendrá en un estado de excitación que hará difícil que coja el sueño.

El ciclo de sueño del niño, irá evolucionando a medida que crezca. Es normal que durante los primeros meses solo sea capaz de dormir 3 ó 4 horas seguidas, esto irá variando. Con un año de edad, sólo el 10% de los niños no son capaces de dormir toda la noche seguida.

En el caso de que las alteraciones del sueño persistan, se deben reeducar los hábitos del sueño. El Método Estivill propone una serie de pautas a seguir y expone una serie de conductas erróneas paternales que se deben evitar a toda costa para dormir al niño:

Ø Cantarle

Ø Mecerle en la cuna o en brazos

Ø Pasearlo en cochecito

Ø Darle palmaditas o acariciarlo

Ø Darle el biberón o agua

Ø Ponerlo o dejarlo dormir en la cama con sus padres

Otros errores que se cometen, relacionados con las condiciones o el ambiente en el que debe dormir el niño son:

Ø Que el niño, durante el día, duerma totalmente a oscuras y durante la noche se le deje algún tipo de luz indirecta (pues esto no le ayudará a distinguir entre el día y la noche).

Ø Procurar silencio absoluto durante al día, cuando el niño duerma. Explica que es conveniente que aprenda a dormir con los ruidos habituales de una casa.

Ø No dejarlo dormir durante el día por la creencia de que así dormirá más durante la noche es otro error, pues llegará a la noche, cansado, estresado e inquieto y esto no

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