Inteligencia Emocional
Enviado por gperezd • 4 de Diciembre de 2014 • 2.055 Palabras (9 Páginas) • 176 Visitas
I N T R O D U C C I Ó N
La inteligencia emocional es una forma de interactuar con la sociedad teniendo en cuanta los sentimientos y habilidades para controlas los impulsos y factores que ayuden a mejorar la relación y comprensión social.
En día el mundo vive descontrolado emocionalmente, las personas no se muestran tan razonables como debieran, en cambio los actos que se presentan últimamente sobre inseguridad y violencia son derivados del bajo nulo auto control emocional, nos estamos dejando llevar por mero impulso dejando de lado la razón.
El libro de Daniel Goleman “inteligencia emocional” nos detalla y ejemplifica la relación que hay entre los sentimientos, carácter, razonamiento e impulsos, para que lo analicemos y la próxima vez que se nos presente una situación, tengamos más argumentos razonables en vez de instintivos para tomar la mejor decisión.
EL DESAFIO DE ARISTOTELES
“Cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo.
Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el
momento oportuno. Con el propósito justo y del modo correcto, eso,
Ciertamente, no resulta tan sencillo.”
Aristóteles, Ética a Nicómaco.
Con esta frase se da inicio a la lectura de este libro, esta frase la incluyo en el ensayo puesto que a mi punto de vista personal encierra todo el contenido del libro, ya que en realidad no es fácil llegar a dominar la inteligencia emocional y poder vencer al instinto.
EL CEREBRO EMOCIONAL
La primera parte del libro: El cerebro emocional, noes explica mediante la narración de algunos casos como es que hay situaciones en las que las personas toman decisiones o actúan por puro instinto, lo cual nos resulta absurdo o irracional al “buen juicio”, pero que muchas veces es desencadenado por nuestros instintos de supervivencia por nuestras emociones o sentimientos.
El ser humano llega a basar en varias ocasiones la toma de una decisión en base a un sentimiento, emoción o instinto, dejando de lado la racionalidad.
El ser humano es el único capaz de tener una inteligencia emocional, esto se hace presente por ejemplo en el amor y cuidado o sacrificio que se puede llegar a hacer por un hijo, aun anteponiendo sus propios instintos de supervivencia, aunque no siempre se toman las mejores decisiones solo basándonos en lo emocional.
A parte de darnos los detalles de cómo es que interactúa el cerebro con la amígdala y el hipocampo y los lóbulos frontales, nos mención otro tema que a mi parecer fue muy interesante: El secuestro emocional. Estos secuestros emocionales son momentos de enojo o agresividad del cual no estamos plenamente conscientes y no suelen recordarse o bien terminan con el arrepentimiento de la persona que los comete.
Este tipo de explosiones emocionales constituye una especie de secuestro neuronal. Según sugiere la evidencia, en tales momentos un centro del sistema limbico declara el estado de urgencia y recluta todos los recursos del cerebro para llevar a cabo su impostergable tarea. Este secuestro tiene lugar en un instante y desencadena una reacción decisiva antes incluso de que el cerebro pensante tenga siquiera la posibilidad de darse cuenta plenamente de lo que está ocurriendo, y mucho menos todavía de decidir si se trata de una respuesta adecuada. El rasgo distintivo de este tipo de secuestros es que, pasado el momento crítico, el sujeto no sabe bien lo que acaba de ocurrir.
LA NATURALEZA DE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL
La segunda parte del libro aborda el tema de que no siempre el hecho de contar con un gran intelecto o coeficiente intelectual (CI), es sinónimo de tener un buen control de las emociones, no siempre la razón vence al instinto, ni es garantía de que siempre se razonen antes las decisiones antes de la ejecución de algún hecho.
Menciona que no es garantía de triunfar en el futuro el tener un CI alto, y que no todos sabemos sacarle provecho a nuestra inteligencia emocional, que es la que nos aporta gran experiencia de vida para lograr nuestros objetivos o tener un buen desarrollo social.
El éxito de los seres humanos no está sujeto a su intelecto o a sus estudios, si no a su inteligencia emocional, que es la capacidad de reconocer sus sentimientos propios y los delos demás, lo que sin duda le permitirá manejar bien las emociones y tener relaciones más fructíferas con quienes los rodean, el ser humano no nace con inteligencia emocional, sino que, la desarrolla
La definición de Salovey subsume a las inteligencias personales de Gardner y las organiza hasta llegar a abarcar cinco competencias principales:
1. El conocimiento de las propias emociones.
El conocimiento de uno mismo, es decir, la capacidad de reconocer un sentimiento en el mismo momento en que aparece, constituye la piedra angular de la inteligencia emocional. Las personas que tienen una mayor certeza de sus emociones suelen dirigir mejor sus vidas, ya que tienen un conocimiento seguro de cuáles son sus sentimientos reales, por ejemplo, a la hora de decidir con quién casarse o qué profesión elegir.
2. La capacidad de controlar las emociones.
La conciencia de uno mismo es una habilidad básica que nos permite controlar nuestros sentimientos y adecuarlos al momento. Las personas que carecen de esta habilidad tienen que batallar constantemente con las tensiones desagradables mientras que, por el contrario, quienes destacan en el ejercicio de esta capacidad se recuperan mucho más rápidamente de los reveses y contratiempos de la vida.
3. La capacidad de motivarse uno mismo.
El control de la vida emocional y su subordinación a un objetivo resulta esencial para espolear y mantener la atención, la motivación y la creatividad. El autocontrol emocional constituye un imponderable que subyace a todo logro. Las personas que tienen esta habilidad suelen ser más productivas y eficaces en todas las empresas que acometen.
4 .El reconocimiento de las emociones ajenas.
La empatía, otra capacidad que se asienta en la conciencia emocional de uno mismo, constituye la «habilidad popular» fundamental.
Las personas empáticas suelen sintonizar con las señales sociales sutiles que indican qué necesitan o qué quieren los demás y esta capacidad las hace más aptas para el desempeño de vocaciones tales como las profesiones sanitarias, la docencia, las ventas y la dirección de empresas.
5. El control de las relaciones.
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