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Introducción A La Acción Comunicativa II: El Profesor Y El Diálogo Comunicativo

0015254913 de Febrero de 2014

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Objetivo

En esta sesión analizarás la identidad del profesor partiendo de su auto y heteroimagen y comprenderás su papel como mediador.

En esta sesión

Ilustración 1. Mapa de la sesión

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Lección 2.1 La identidad del profesor: rol, estatus y adscripción

Introducción

En la acción pedagógica existen dos actores: el profesor-enseñante y el alumno- aprendiz, que en la acción pedagógica devienen en actores ego-alter, con las características y funciones expresada en la sesión 1. Analicemos primero al actor profesor y la manera en que configura su personalidad a través de ejercer un rol (papel) en una institución escolar; ¿cómo construye su identidad? o más precisamente: ¿cómo es que una persona adquiere su identidad de profesor-enseñante?

Definiendo identidad

La identidad es un proceso por medio del cual una persona adquiere conciencia de sí mismo (yo-ego) y conciencia del otro (tú-alter). Feuerbach decía que la identidad es una relación dual entre un yo sujeto de mi propia acción y un yo como objeto para la acción del otro. Es decir, es una construcción en la que el otro me dice lo que soy y lo que significo: un proceso de identificación. Así pues, el hombre y como vamos a ver después, la persona, son una conciencia construida por una relación en la que el yo se refleja en el tú y sólo desde ese reflejo se es quien se es: se adquiere una identidad. La conciencia de sí, es decir, la identidad, no nace de la experiencia orgánica sino de la interacción con el otro (tú-alter). Mead, G. (1990) afirmaba que “el espíritu surge en un proceso social, sólo cuando ese proceso, como un todo, entra en la experiencia de cualquiera de los individuos dados involucrados en ese proceso o está presente en ella”. Freud decía que el hombre se siente doble y es realmente doble: “(...) Hay en él dos grupos de estados de conciencia que contrastan entre sí por sus orígenes, su naturaleza y los fines hacia los que tienden: unos expresan a nuestro organismo y a los objetos con los que están más directamente en contacto (...) otros, por el contrario, nos vienen de la sociedad (...)” Al modo de dos seres asociados, hechos de elementos muy diferentes, nos orientan en sentidos opuestos(...)”. La identidad es un reconocimiento doble: se logra cuando el yo-ego es reconocido por el tú-otro que le devuelve su yo-ego como imagen, como identidad: “(...) el individuo se experimenta a sí mismo (se re-conoce) como tal, no directamente, sino sólo indirectamente, desde los puntos de vista particulares de los miembros individuales del mismo grupo social o desde el punto de vista generalizado del grupo social” (Mead, G. 1990).

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Siguiendo este planteamiento, la psicología experimental y positiva señalaría que la identidad se adquiere cuando mi existencia (lo que soy para mi) descubre que soy algo (objeto de deseo) para el otro (alter); aquello que espera de mi y al tiempo que yo me descubro como objeto de deseo del otro (significo algo), yo, ego, descubro dos cosas:

1. Que el otro (alter) es diferente a mi (se opone) en tanto yo quiero algo de él y él quiere algo de mi, esto es, no somos necesariamente compatibles. 2. Que lo opuesto, lo diferente de mi, me distingue, me identifica y me permite identificar a los otros.

Desde otra perspectiva, Levi-Strauss (2006) señala que la génesis de la subjetividad (sujeto que deviene en persona) toma conciencia, adquiere identidad sólo cuando el sujeto comprende al otro y a lo otro (la alteridad): sin esta comprensión sería imposible explicarse la génesis del yo, del ego o de la misma sociedad como cultura. Los mitos y relatos que dan identidad a la sociedad se constituyen por la relación intrínseca de la existencia de que sólo es posible tener una imagen del mundo y de uno mismo a través o por mediación del otro y de los otros: al vernos en los otros, me veo y nos vemos. Es así que las culturas se constituyen por la identificación de lo opuesto.

Dimensiones de la identidad Este proceso implica una interacción simbólica compleja del yo (el mi) con varias dimensiones de la realidad. Según William James, se tienen tres dimensiones para construir una identidad:

a. la material, que se construye en la interacción de lo que tengo, de lo que me rodea: mi cuerpo, mi familia, mis cosas, mis objetos, mis posesiones. b. la espiritual, referida a mis capacidades, mis disposiciones o mis aptitudes. c. la social, la más importante, los reconocimientos que recibo de los otros (rol, estatus y adscripción).

James diría que se construye el mi interiorizando el entorno material y familiar, así como de los mis percibidos en los estados y aptitudes cognitivas de ego y sobre todo, a través del reconocimiento que recibe ego de los demás.

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Estos sí mismos sociales son imágenes mentales que los demás tienen de él. Un yo-ego tendrá tantos sí mismos como grupos distintos de personas cuyas opiniones toma en cuenta: cada sí mismo implica un papel/función (algo qué hacer-que se es): un rol. La construcción del yo (del mi) se da en el proceso de adquisición y desempeño del rol. Dice Mead (1990): “El individuo se experimenta a sí mismo como tal, no directamente sino indirectamente, desde los puntos de vista particulares (imágenes) de los miembros individuales del mismo grupo social o desde el punto de vista generalizado del grupo social”. La identidad de una persona, de un ser social, surge entonces, de la interacción del yo-ego con los demás, de la ejecución de acciones/roles/papeles aprendidos y de la percepción que los demás hacen de esa ejecución (desempeño del rol).

Un rol es un papel significativo asignado socialmente a un sujeto-ego y aprendido socialmente (padre, hijo, automovilista, futbolista, ingeniero o profesor), lo cual denota una función y un guión para actuar. El núcleo de la personalidad emerge como consecuencia de la acción social: desde los diferentes grupos sociales con los cuales yo-ego interactúa cotidianamente.

Adscripción y estatus

La estructura de la personalidad es una amalgama de roles que se ejecutan cotidianamente y cuyo desempeño implica, por una parte, una valoración social de los demás sobre el desempeño del yo-ego (adscripción), y por otra parte, el reconocimiento de una posición social (estatus). Así, se ocupa un estatus o jerarquía siendo padre o hijo, directivo u operativo, profesor o alumno, etc. y se obtiene una adscripción, una valoración social sobre el desempeño y la función del rol. Ser médico, profesor, futbolista, violinista, etc., puede ser valorado positiva o negativamente, con poca o mucha estima, etc. En los diferentes grupos sociales que frecuenta una persona, siempre tendrá una posición (estatus) y una valoración sobre su desempeño (adscripción). Así, el rol se constituye por un estatus-jerarquía y por una valoración o estima. Ambas crean y recrean la identidad de una persona.

El rol

¿Quién asigna el rol? Las instituciones. Pongamos dos ejemplos:

• En la familia, uno donde su organización implica tres roles básicos: padre-madre-hijo como tríada constitutiva tradicional y su desempeño implica estatus+valoración de los roles • En la escuela presencial donde existen dos roles básicos: el profesor- alumno, igualmente con estatus+valoración.

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En el caso de la familia, los padres tienen el rol de cuidar, proteger, guiar y normar a los hijos y éstos de obedecer y aprender. En el caso educativo, el profesor tiene la función de interpretar conocimientos y transmitirlos/inculcarlos (enseñarlos) al alumno, trabajando como guía y facilitador del aprendizaje, mientras que el alumno realiza el trabajo de aprender e interiorizar el conocimiento. En ambos casos existe un estatus: los hijos están subordinados a los padres y el profesor supone siempre un saber superior al alumno. De igual manera, el desempeño de estos roles configura una valoración (adscripción): habrá padres o profesores que sean vistos por los hijos o alumnos como tolerantes//intolerantes, autoritarios//no autoritarios, formales//informales, etc.

La identidad como representación mental

Llegados a este punto, ¿qué es finalmente la identidad? Una imagen, una representación mental que se tiene de una persona. Construida desde el tú-otro, la identidad es lo que significo para el otro y lo que tú-otro interpretó de mi (mi cuerpo físico, mi estado de ánimo, mi dramaturgia para representar los roles, etc.), es decir, una representación mental: un símbolo. Los padres o los maestros significan algo para sus hijos y viceversa, los hijos o alumnos significan algo para sus padres y maestros. Significan y por tanto tienen una identidad.

Posición institucional

Específicamente en el ámbito educativo, los profesores que ejecutan el rol docente (enseñar), tienen un estatus dado por la institución escolar: ha habido un proceso de selección, reclutamiento y capacitación de las personas que tienen, a juicio de la autoridad, las habilidades y las competencias para enseñar de acuerdo al paradigma escolar asumido. Este estatus provee al profesor de autoridad y legitimidad institucional: es el que conoce sobre algo y el que sabe enseñar, además, tiene el poder institucional de la acreditación (califica y certifica el aprendizaje de

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