JURISPRUDENCIA . Dworkin

JURISPRUDENCIA

El autor, pretende demostrar que los jueces recurren de alguna manera a estándares que no pueden ser identificados para resolver los casos, pues lo ve como más justo en cuestiones morales, debido a que el criterio que utilizan los jueces depende de cada uno de ello, siguiendo frecuentemente estándares ya establecidos e incluso en casos nuevos. Por lo que críticos y juristas al no tener claro a que se referían con aplicación de estándares, se preguntaban si los jueces realmente siguen estándares, pues la ley sirve para resolver conflictos de intereses, y al analizarla hay que buscar sobre todo qué intereses ha tenido en cuenta el legislador y qué criterios estableció para resolver los conflictos entre ellos, el autor cree necesario que estas dudas deben ser respondidas en la jurisprudencia, ya que, la interpretación es importante, pues los intereses pueden ser, materiales, económicos, artísticos, morales, etc.; entonces se tiene que estar en posición para determinar cuáles son los que originan las leyes. Por ello, es que la jurisprudencia debe responder en que se basan los jueces al momento de resolver los conflictos con el principio de justicia, para que se vea si es que en realidad se cumple dicho principio y no solamente algún interés personal del juez.

Asimismo, el autor resalta que esta idea en la jurisprudencia norteamericana no interesó, debido a que, ni hicieron el intento de esclarecer cual eran los motivos por el cual se establecía dicha decisión por parte de los jueces. También, nos señala que los sociólogos no querían darle importancia sobre seguir las normas, ya que, creían que era una pérdida de tiempo, debido a que los hombres no se interesaban ni se ponían de acuerdo para seguir una norma, por ese motivo se considera que el concepto era demasiado vago como para que se le estudie con algún método científico, descalificándolo, pues desde el inicio no tenía ningún sentido, poniendo como ejemplo que,  “si cada investigador interpretaba o usara el término a su propio criterio no habrían datos objetivos y por ende el progreso no sería de forma conjunta.”

Al haber un concepto vago, Dworkin nos indica, los Sociólogos Schubert, Pritchett y Nagel lo sustituyeron con cuestiones relacionadas y más precisas, para ello se basaron en las circunstancias ya sea sociales o económicas, políticas o la práctica jurídica de los jueces, tanto como los valores que tienen adheridos a ellos, por la cual se cuestionaban si al ellos al conocer o pertenecer a ese ámbito ¿tienden a decidir en favor de los interés colectivos? o ¿forman partidos que se mantienen unidos cuando se deciden casos  en  los que está en juego el racismo o los sindicatos o la legislación antitrust?. El autor nos manifiesta que podría parecer que las cuestiones o los supuestos dados por los sociólogos vinieran al caso pero no es así, puesto que si los jueces tomaran sus condiciones sociales o sus lealtades previas en alguna decisión, esto hace pensar que no está siguiendo normas.

Por ello, Dworkin, nos dice que la información dada por los sociólogos pueden servir para otros fines pero para la cuestión sobre que estándares utiliza el juez no tiene importancia. Pues señala que, lo juristas no necesitan saber si los jueces discrepan o no, ni saber si se ven reflejados su temperamento o sus antecedentes. Pues según el autor, lo que sí les intriga es saber si los jueces discrepan o tienen diferente opinión sobre la naturaleza y el sentido de los principios jurídicos fundamentales, o de repente demuestran que no existen estos principios. Debido que, si es la primera premisa de la intriga entonces todavía se puede creer que ellos intentan seguir las normas, a pesar en que haya gente en desacuerdo con alguna decisión aún están de acuerdo con la ley, pues se permite ver que aplican la normar sin ningún criterio personal, sino que tratan de plasmar lo que ella dice; pero si es la segunda intriga entonces toda la discusión seria absurda, pues los principios son esenciales al momento de fundamentar argumentos para que las decisiones judiciales sean razonables  y coherentes.

Dworkin, nos dice que el marco nuevo que el enfoque sociológico le dio al problema en debate eliminó las cuestiones sobre los problemas decisivos de la obligación política y de la coacción del derecho con que se enfrentan los abogados. De la misma forma, también el post-realismo dio un marco nuevo a la cuestión en discusión, pero de diferente manera, teniendo como autores principales a Henry Hart y Sachs , quienes expresaban que para las cuestiones conceptuales  referentes a las normas se podían eludir planteando el problema de otra forma como por la siguiente “¿ De qué manera han tomar sus decisiones los jueces para mejor favorecer los objetivos del proceso jurídico?”. El autor, prácticamente nos dice que por más que ellos hayan querido evitar la confusión de ideas con la norma, eso fue imposible, pues nos señala que sí al momento de redactar se anuncia con una enorme imprecisión el objetivo del proceso, entonces se hace inexplicable la cuestión tratante, puesto que al hacer justicia al momento de resolver o tomar una decisión en un caso , la justicia exige que las  decisiones que se toman tienen que estar de acuerdo a lo que la norma previamente te establece, esto  a su vez te requiere una indagación de lo que es seguir normas . Puesto que resultó difícil decir objetivos del proceso jurídico sin que en un proceso posterior apareciesen los mismos problemas que se discutían al inicio.  Asimismo, nos establece que si se intenta algún objetivo más particular, entonces lo que plantean pierde sentido porque no tiene nada que lo garantice, ni ningún antecedente que respalde. Esta propuesta no prospero, porque ante una pésima y poca justificada decisión, los jueces podrían verse afectados si no llegaran a seguir lo establecido en la norma y hasta podrían mandarle hacer revocación de su decisión.

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