LA ESCUELA GENERADORA DE CREATIVIDAD
Enviado por Silvers • 18 de Mayo de 2014 • 3.584 Palabras (15 Páginas) • 429 Visitas
La escuela generadora de creatividad
Resumen
La escuela como generadora de creatividad al aportar los elementos necesarios y suficientes, brindando la oportunidad al alumno de potenciar sus habilidades y pensamiento creativo y permitiendo a su vez plantear nuevas propuestas al innovar en la problemática actual.
Palabras clave
Escuela, creatividad, innovación, pensamiento creativo, producción divergente, productos transformacionales.
Introducción
En la actualidad la creatividad ha tomado un espacio muy importante tanto en la vida académica y personal; sin embargo, pocos saben que es y que la compone, presentando así diversas interpretaciones y no todas muy concretas.
En el presente ensayo se tratará el concepto de creatividad así como términos que resultan ser sus iguales y términos con los que se confunde. También se abordan de una manera sencilla los diferentes elementos que componen esta actividad humana.
Y como actividad humana que resulta ser es importante analizar los diferentes factores que pueden condicionar tanto al desarrollo de la potencialidad creativa de las personas como a lo que podemos definir como “personalidad creativa”.
Por último, se comentan algunos de los objetivos de la escuela al ser esta generadora de creatividad, destacando principalmente sus aportaciones para hacer más fácil la simplicidad de nuestra cotidianidad en el futuro a partir de la resolución de problemas de una manera eficaz.
Historia de la creatividad
En el mundo antiguo no existió el concepto creatividad en forma explícita. Los griegos no tuvieron ningún termino que corresponda con relativa exactitud a los de crear y creador y hay quienes afirman que tampoco tuvieron necesidad de ello. Los artistas, que siglos más tarde serán la única y auténtica expresión de la creatividad, se limitaban a imitar las cosas ya existentes en la naturaleza.
El énfasis estaba en descubrir y no en crear, es decir, no se trataba de la visión personal del artista, sino de las leyes que ya existían sobre la belleza presente en la naturaleza. Suponemos entonces, que la originalidad no era un objetivo del artista griego, sino que concebía su producción como una imitación de la naturaleza.
En cambio en latín existían algunos términos cercanos: creatio y creare, los romanos tenían un uso habitual de ellos, obviamente en un sentido distante al que poseen contemporáneamente; su sentido más profundo aparece en el período del cristianismo, cuando se designa a dios como el creador de todo lo existente; lo cual determinó que durante muchos siglos la creación fuera algo por excelencia un acto divino, y por consecuencia no accesible a los seres humanos.
Ya en el siglo XX, un momento clave para la historia del concepto de creatividad se produce en 1950 con el discurso pronunciado por J.P Guilford ante la Asociación Americana de Psicología… (1980) En esta intervención se establece gran énfasis que la creatividad ha sido un tema descuidado por los investigadores, no obstante que su importancia se encuentra fuera de duda. Guilford es escuchado por la comunidad académica y científica, surgiendo a partir de este momento un sensible interés por su estudio, hecho que se expresó de inmediato en el aumento de las publicaciones especializadas.
En su libro Manual de métodos creativos, el autor alemán Joachim Sikora (1979) refiere que en un simposio sobre creatividad los científicos allí presentes asociaron a ese término más de 400 significados diferentes.
La palabra creatividad no aparece en el Diccionario de la Real Academia sino hasta las más recientes ediciones. Anteriormente a los creativos se les llamaba genios, talentosos, ingeniosos, sabios, inventores, y se les consideraba hombres inspirados por los dioses. Hoy se ha puesto de moda el término creatividad.
Pero, ¿qué nos sugiere esta palabra?
Originalidad, novedad, transformación tecnológica y social, asociaciones ingeniosas y curiosas, aventura, sentido del progreso, éxito y prestigio, nuevos caminos para llegar a un fin, alternativas, solución de problemas, fantasía, descubrimiento...
Para todo trabajo en grupo conviene ponerse de acuerdo en una única definición de los términos claves, de otro modo se dificulta la comunicación. Proponemos la siguiente definición de creatividad: la capacidad de producir cosas nuevas y valiosas, en el sentido más sencillo y menos estructurado, antes de analizar algunas propuestas. Considerando aquí la palabra “cosas” se toma en el sentido más amplio, que incluye prácticamente todo. Un método, un estilo, una relación, una actitud, una idea, es decir, cabe considerar las creaciones no sólo por su fondo o contenido, sino también por la sola forma.
La creatividad, en cuanto cualidad humana, es un hecho psicológico y, por lo tanto, debe estudiarse desde el punto de vista de los sujetos implicados. Es nuevo lo que se le ha ocurrido a un individuo y lo que él ha descubierto, y no importa que en otro lugar del mundo otra persona haya llegado a lo mismo.
Diversas son las interpretaciones de este concepto, sin embargo me interesa abordarlo particularmente desde la definición que revisa Manuela Romo Santos de la Teoría de Creatividad de Guilford, en el modelo de estructura del intelecto, donde creatividad es un conjunto de aptitudes integrantes del mismo, definidas principalmente a partir de dos categorías: la producción divergente y los productos transformacionales. Entendamos como producción divergente la generación de alternativas lógicas a partir de una transformación dada, cuya importancia se halla en la variedad, cantidad y relevancia de la producción a partir de la misma fuente; mientras que un producto transformacional son cambios de diversas clases en la información ya existente.
Consideremos que para que haya producción divergente se requiere de la presencia de los rasgos fluidez, flexibilidad, originalidad siendo cada uno de estos una capacidad que el ser humano posee y a su vez, estos rasgos y/o capacidades según el modelo de estructura del intelecto brindan al ser humano la posibilidad de obtener productos transformacionales, mediante la flexibilidad, la redefinición y la penetración en el conocimiento de las propias experiencias, en propones nuevas interpretaciones o significados ante cosas u objetos conocidos o familiares para darles un nuevo uso o sentido.
La novedad en el producto transformacional puede ser grande y trascendente, como la de quien inventó el transistor o la TV a colores; o puede ser más modesta, como quien escribe un sencillo cuento para entretener a sus alumnos, o la del que diseña un pequeño aditamento para un automóvil.
El tema del valor es aún más evasivo
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