LA EVALUACIÓN CON RÚBRICAS
Enviado por wicho1962 • 11 de Diciembre de 2011 • 1.777 Palabras (8 Páginas) • 1.817 Visitas
LA EVALUACIÓN CON RÚBRICAS
EN EL DESEMPEÑO POR COMPETENCIAS PROFESIONALES
RAÚL GPE. GÓMEZ PATIÑO / VERÓNICA TABLAS LÓPEZ / MARCO ANTONIO LÓPEZ LÓPEZ
RESUMEN:
Se presenta un conjunto de doce competencias profesionales para la función
docente en el nivel preescolar y una propuesta de evaluación a partir de rúbricas. En
el desempeño de la docencia siempre existen pautas de acercamiento o alejamiento
de lo expresado en las competencias; por ello, las rúbricas se ubican en cuatro
niveles dentro de un continuo: desempeño ejemplar; desempeño maduro;
desempeño en desarrollo y desempeño incipiente. En cada competencia, se registran
los aspectos o características que se requieren mejorar. En cuanto a las rúbricas
establecidas, se caracterizan por tener la potencialidad de utilizarse como una
autoevaluación y contrastarla con la evaluación que otros agentes educativos
efectúen. Las rúbricas se plantean como avances en un proceso dinámico, llevan a la
reflexión de las circunstancias que influyen en el desempeño y de los escenarios en
que se manifiestan estas prácticas.
PALABRAS CLAVE: nivel preescolar, evaluación, autoevaluación, competencias,
rúbricas.
INTRODUCCIÓN
Desde la implementación del Programa de Educación Preescolar 2004 ha sido
evidente la necesidad de establecer, consensuar y funcionar con base en
competencias profesionales para la docencia, de manera que se pueda reconocer
cuáles ya se tienen en el repertorio, qué habría de fortalecerse para avanzar
constantemente hacia la mejora y qué otras habrá necesidad de adquirir y
desarrollar. Para hablar de competencias en la docencia es imprescindible
lograr un acuerdo conceptual pues, salta a la vista que parten de una infinidad
de categorías para establecerlas y organizarlas: hay personales, para la vida,
laborales, de referencia, profesionales, básicas, digitales, transversales, para la
formación continua, instrumentales, conductuales, técnicas, específicas,
genéricas, mínimas y para la convivencia, entre otras (Chávez, 1998; Perrenoud,
2004).
Esto requiere, también, de una forma de evaluar que permita superar las
limitaciones de los instrumentos que se orientan más en conocer los resultados
que el proceso. Según Pérez (en Gimeno, 1994) los caminos que han seguido los
maestros para reflexionar acerca de su labor educativa han proporcionado
información poco significativa pues, los instrumentos y estrategias que utilizan
presentan algunas limitaciones como: la reducción del análisis sólo a conductas
observables y a la pobreza conceptual en los instrumentos de observación y
autoevaluación que comúnmente caracterizan las listas de cotejo para verificar
qué se hizo y que no durante la planeación, la intervención y la evaluación.
Para apoyar a las educadoras en la identificación y reflexión de cómo están
transformando su experiencia de “educar”, en este trabajo se establecen las
competencias profesionales que requieren desarrollar y mejorar.
PLANTEAMIENTO Y JUSTIFICACIÓN
Las educadoras desempeñan múltiples y diversas acciones para manejar la
complejidad en el aula, como lo haría un práctico reflexivo (Shön, 1992)
abriendo la posibilidad de darle otro sentido a la intervención para lo cual,
necesita de condiciones apropiadas para revisar y analizar continuamente sus
constructos, sus creencias y las decisiones que toma, pues: “las educadoras son
profesionales -no improvisadas- (…) la labor de la educadora no sólo es
complicada, sino que además puede ser muy estresante y agotadora (…) con
frecuencia continúa su jornada en casa, pues hay que prever algunos materiales
para trabajar con los niños al día siguiente” (Mondragón, 2005).
Si se pretende lograr un mayor protagonismo de la educadora en su proceso de
formación, es importante que conozca cuáles son las competencias de la función
docente del nivel preescolar y qué necesita para desempeñarse en su labor,
desde una posición personal, independiente, pues: “Las competencias son
construcciones y reconstrucciones continuas de cada individuo en su
comunidad, y requieren el compromiso participativo en las interacciones que
forman a la persona en procesos no lineales, tomando actitudes positivas para
un saber determinado que involucra, por supuesto, la voluntad” (Gómez, 2005).
OBJETIVO
Presentar las competencias profesionales de las educadoras y una rúbrica para
la autoevaluación y evaluación de cada una de las mismas. En un momento
posterior, se llevará a cabo un seguimiento para conocer las experiencias que se
obtengan de la utilización de las rúbricas como un recurso para apoyar a las
educadoras en el conocimiento, reflexión y mejora de sus competencias.
PROCEDIMIENTO
Entre los referentes conceptuales que se vincularon para definir las
competencias de las educadoras, se encuentra la aproximación ofrecida en el
PEP 2004 que explica: “Una competencia es un conjunto de capacidades que
incluye conocimientos, actitudes, habilidades y destrezas que una persona logra
mediante procesos de aprendizaje y que se manifiestan en su desempeño en
situaciones y contextos diversos” (p. 22). Se trata de un referente con el cual
están familiarizados los que trabajan en educación preescolar además, coincide
y comparte el significado que se encuentra en otras aproximaciones (INEM, 1995;
Chávez, 1998; Mertens, 1998; Gómez, 2005; Perrenoud, 2004; Plan de estudios
de Secundaria, 2006). En este trabajo se entenderá por competencia profesional
de la función docente en el nivel preescolar:
Un conjunto de disposiciones actitudinales, cognitivas, metacognitivas,
habilidades y de conocimientos que una persona domina y moviliza de
manera integral en el desempeño de su función en el nivel preescolar.
El dominio, integración y movilización de las actitudes, de los procesos
cognitivos, metacognitivos, las habilidades, así como los conocimientos,del profesional en situaciones laborales diversas y demandantes. Sin embargo,
las competencias no se reducen a la actitud, al saber y saber hacer que es lo
adquirido en los momentos de formación o preparación pues, como señala
Tejada (2005): “poseer estos recursos no significa ser competente.
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