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LA GRAMÁTICA


Enviado por   •  28 de Abril de 2014  •  4.585 Palabras (19 Páginas)  •  258 Visitas

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I

LA GRAMÁTICA

Introducción

La lengua forma parte de nuestra existencia cotidiana de un modo tan ín¬timo que ingenuamente la consideramos como un objeto transparente del que podemos dar cuenta mediante el sentido común. Como hablantes nati¬vos de una lengua, sabemos emplearla: conocemos las reglas que permiten formar palabras y oraciones, contamos con un léxico más o menos amplio, juzgamos la gramaticalidad de las secuencias y reconocemos las condicio¬nes de la situación o del contexto lingüístico en que una cierta emisión es adecuada.

Tomar distancia para convertirla en objeto de estudio supone, en cambio, adoptar una perspectiva muy distante de la ingenua y resulta una tarea ardua y poco habitual. Mientras que todos los seres humanos tienen el primer tipo de conocimiento –el de hablantes nativos–, el segundo –el conocimiento sis¬temático sobre el funcionamiento de la lengua– es mucho más restringido y de índole diversa: no es un saber hacer sino un saber científico que puede for¬mularse, mediante reglas, principios, leyes: un saber proposicional.

Contra nuestra apreciación ingenua, a poco que comenzamos a reflexionar sistemáticamente sobre la lengua, advertimos que su funcionamiento es suma¬mente complejo no sólo por la cantidad de elementos involucrados sino, fun¬damentalmente, por las relaciones que se establecen entre elementos de varios sistemas y niveles. La supresión de una preposición, un cambio en el ordena¬miento de los elementos, la alteración de la forma de una palabra conllevan a [15] menudo diferencias de significado o tornan inaceptable una secuencia. Preci¬samente el gramático se interesa en reconocer los límites que separan las ora¬ciones gramaticales de las secuencias inaceptables; por ello se moverá en esa línea fronteriza que le permite identificar los factores pertinentes para poder formularlos como reglas o principios generales. Esto supone que ha de some¬ter la construcción que se analiza a una manipulación sistemática, sustituyen¬do un elemento por otro, alterando el orden, suprimiendo una unidad o añadiendo otra. A través de estos procedimientos realiza operaciones similares a los experimentos que lleva a cabo el científico que pretende describir y expli¬car un determinado fenómeno.

Cuando esta actitud reflexiva se torne hábito, estaremos comenzando a ac¬tuar como gramáticos. Claro está que para ello no basta la mera reflexión si¬no que tendremos que ir adquiriendo un aparato conceptual, cada vez más complejo y refinado, que nos permita organizar nuestras intuiciones sobre el funcionamiento del sistema lingüístico. Estos instrumentos teóricos los pro¬porciona la gramática.

¿Qué es una gramática?

La gramática es, en principio, la descripción de una lengua. Podría pensar¬se que para ello al gramático sólo le compete identificar las unidades, clasifi¬carlas y dar cuenta de su combinatoria. Sin embargo, incluso la más simple de tales tareas supone una concepción acerca del funcionamiento del lenguaje –una teoría del lenguaje– que sustentará los criterios de análisis, la relación entre los componentes de la descripción lingüística, el carácter más o menos abstracto de las representaciones que proponga, el alcance universal o parti¬cular de las reglas que postule.

Precisamente la gramática es una construcción teórica diseñada para des¬cribir y explicar el funcionamiento del sistema lingüístico. Como tal, debe definir con precisión sus unidades de análisis, los criterios y la metodología que va a emplear dentro de un marco conceptual coherente y, explícito. Este mar¬co incluye un modelo sobre qué es el lenguaje humano, cómo se adquiere y de qué modo es usado por los hablantes de una cierta comunidad. Supone es¬tablecer también principios generales de organización de las unidades, a los que se atienen todas las lenguas, y las características específicas de una len¬gua particular.

En un sentido estrecho, la gramática sólo estudia las unidades significati¬vas y su combinatoria. Comprende dos partes: la morfología y la sintaxis. La [16] primera se ocupa de la estructura interna de las palabras. Su unidad de análisis es el morfema, la unidad significativa mínima. Una palabra como libro no es segmentable en partes que preserven la dualidad entre sonido y significa¬do: es una palabra simple. En cambio, libro-s, libr-ero, libr-ito contienen ca¬da una dos formantes. La morfología detiene su análisis al llegar a la palabra. La sintaxis, a su vez, estudia la combinatoria de las palabras en el marco de la oración, su unidad máxima. Entre el morfema y la oración, unidades mínima y máxima, respectivamente, del análisis gramatical, se ubican la palabra, unidad compartida por ambas partes, y las unidades intermedias, los sintagmas, construcciones como el libro, mi viejo libro de gramática, muy intere¬sante, lejos de la ciudad, leer detenidamente. La gramática tradicional centró su estudio en la palabra y su clasificación ("las partes de la oración"), por lo que estuvo más cerca de la morfología que de la sintaxis propiamente dicha. En cambio, en la gramática moderna, fundamentalmente, desde mediados de este siglo, la oración se convierte en latinidad básica cuyos formantes son las unidades intermedias.

La noción clave para la labor del gramático es la gramaticalidad: ésta permite deslindar construcciones (morfológicas y sintácticas) bien formadas de secuencias anómalas (que se representan precedidas por asteriscos: *). La labor del gramático se centrará, pues, en la identificación de los factores que intervienen para tal deslinde: no se trata de normas de orden prescriptivo (pro¬pias de la gramática normativa) sino de las reglas constitutivas del sistema, que no se descubren directamente sino mediante las operaciones de manipu¬lación. Así, el gramático marcará con asterisco (l a) porque contraviene una regla del sistema –la presencia de a con los objetos directos personales– pero no (l b): aunque la forma haiga sea condenada por los puristas, porque no per¬tenece al español estándar, es usada por hablantes de algunos dialectos, y sociolectos del español:

(l) a. *El profesor amonestó el alumno.

b. Ojalá haiga mucha gente en el acto.

Los datos del gramático

La gramática es una ciencia empírica porque trabaja con datos de diversa índole:

1. Las emisiones de los hablantes. Algunos lingüistas se atienen a la labor de analizar un corpus amplio de enunciados recogidos en textos escritos [17] o en conversaciones. Sin embargo, la descripción de un corpus nun¬ca equivale a la descripción de una lengua. El corpus sólo tiene el valor de una muestra de la lengua,

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