LA ÉTICA DEL TRABAJO
Enviado por anaerik • 3 de Diciembre de 2012 • 8.726 Palabras (35 Páginas) • 385 Visitas
LA ÉTICA DEL TRABAJO
a) INTRODUCCION. Ambitos de significación del término "trabajo". Sentido social del trabajo: la profesión. El significado humano del trabajo. b) APROXIMACION AL PENSAMIENTO SOBRE EL TRABAJO. Significación premoderna del trabajo. La transformación del sentido del trabajo en la modernidad: el auge de la productividad. El reduccionismo de la moderna filosofía práctica. La articulación de la Filosofía práctica clásica y sus límites. c) EL NACIMIENTO DE LA FILOSOFIA DEL TRABAJO. La perspectiva historicista y sus estructuras. Riesgos de la sociedad configurada por el trabajo. d) ELEMENTOS PARA UNA CONSIDERACION ETICA DEL TRABAJO. Principios antropológicos fundamentales para una ética del trabajo. Algunas consecuencias prácticas. e) BIBLIOGRAFIA Y NOTAS.
Por Antonio Ruiz Retegui (*)
a) INTRODUCCION
Ambitos de significación del término "trabajo"
La palabra trabajo -o sus equivalentes- tiene un origen remoto, pero su ámbito de significación ha experimentado variaciones importantes a lo largo de la historia. Por eso no resulta muy útil hacer análisis etimológicos. Aún hoy, lo significado con esa palabra es tan variado que no parece pertinente tratar de establecer una definición precisa. Esto supone una cierta dificultad, pero a la vez exige realizar una reflexión sobre la realidad, que es de gran interés.
La razón que nos impulsa a evitar tomar como punto de partida una definición exacta del trabajo, es que el trabajo se ha convertido en los últimos siglos en la referencia fundamental para el entendimiento de la articulación social y consiguientemente, de modo especial a partir de Marx, para la actividad política. Como la actividad política es la más amenazada por la embestida ideológica, el trabajo mismo resulta muy frecuentemente entendido desde una perspectiva ideológica. En nuestro mundo cultural el trabajo viene a ser una realidad frecuentemente nombrada, pero escasamente observada en su verdadera realidad y en su amplitud de significación humana.
Por eso nos proponemos explícitamente dirigir nuestra atención al trabajo para captarlo lo más fielmente posible. Es muy probable que las consideraciones nuestras, precisamente por pretender alcanzar con fidelidad la amplia realidad del trabajo, concluyan en una exposición orgánica no perfectamente estructurada. Esto no es una limitación que deba inquietarnos, pues la unidad de las consideraciones que se hacen en el pensamiento no debe buscarse tanto en la mera coherencia interna de la construcción intelectual cuanto en la coherencia con la realidad que se trata de entender.
Desde un punto de vista más bien descriptivo, puede afirmarse -manteniéndonos en un nivel muy general- que las múltiples significaciones de la palabra trabajo coinciden todas en tener que ver con la acción humana. El lenguaje ordinario denomina "trabajo" a cierto tipo de acciones humanas, no a todas. También se designa con esa palabra al resultado de las acciones que reciben esa denominación (por ejemplo, cuando se dice que un ensayo es "un buen trabajo", o que hay que entregar "un trabajo sobre la termodinámica de la evolución). Así mismo se llama trabajo al objeto de esas acciones humanas (por ejemplo, cuando decimos que nos hemos propuestos "un trabajo para el fin de semana").
No cualquier actividad humana es denominada trabajo: hay acciones humanas que no se denominan así. La delimitación entre estos dos tipos amplios de acciones no es fácil, y requiere consideraciones más detalladas.
La amplitud de tipos de acción que son denominadas trabajo nos remite a cuestiones importantes y fundamentales de antropología de la acción humana y de la configuración social. Las formas de actividad propiamente humana son muy variadas y, en su fundamento, muestran las diversas características de la condición humana (1).
Por su condición de ser corporal vivo, el hombre ha de realizar actividades en las que atiende al "metabolismo de la vida": come, se lava, se protege del medio, etc. Correspondientes a este ámbito de la actividad humana hay algunas acciones que se denominan trabajo y otras no: comer es una acción humana que no es calificada como trabajo, pero preparar la comida a veces sí.
Para realizar esas actividades el hombre cuenta con razón y manos que vienen a sustituir la deficiencia que tiene el hombre respecto a los animales en lo que se refiere a la dotación instintiva. Por su razón y sus manos el hombre no sólo realiza esas acciones de un modo libre, no estrictamente predeterminado, sino que es capaz de usar instrumentos en cuanto tales, y por tanto, es capaz también de idearlos y construirlos. Este "hacer instrumentos" o "fabricar cosas" es considerado también trabajo, algunas veces, quizá la mayoría.
Aunque la denominación de trabajo sea común a los dos tipos de actividades que hemos referido hasta ahora, hay que reconocer que existe una diferencia importante: aunque, en principio, la acción de fabricar instrumentos vaya en ayuda del metabolismo de la vida, no está totalmente determinada por las exigencias de ese proceso ni se sume completamente en él. El metabolismo de la vida es proceso, mientras que esos productos fabricados como instrumentos permanecen estables al lado del proceso de la vida al que ayudan. Esos objetos estables, expresión permanente de la racionalidad libre que los ha creado, configuran un "mundo" estable, constituido por objetos, cosas permanentes.
La diferencia entre los dos tipos de actividades que hemos considerado se manifiesta patente, pues el "trabajo", por ejemplo, de un cocinero, o de un encargado de limpieza, o incluso de un médico, no deja nada tras de sí: es actividad que se sume completamente en el proceso vital, y por tanto, son actividades que nunca se acaban como no se acaba el proceso de la vida. Quienes realizan esos trabajos no pueden mostrar su "obra". Por el contrario, quienes fabrican cosas que duran, sí pueden mostrar lo que han hecho: un arquitecto o un escritor, al poder mostrar una obra estable, alcanzan en su actividad una dimensión que no aparecía en el caso anterior.
Aún encontramos un tercer tipo de actividades que también se denominan trabajo, aunque aparecen muy distantes de las anteriores. Son las actividades que se derivan no simplemente del carácter metabólico-corporal de la vida del hombre, sino de su carácter plural. En efecto, la condición plural no es accidental para el hombre, y su vida no es simplemente vida "junto a" otros hombres, sino en el sentido profundo, que hemos visto en el capítulo anterior, es verdaderamente
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