La Educación Holística Apoyada En Sistemas

RESUMEN

En este documento se analizan los aspectos más importantes de la Teoría General de Sistemas con el fin de retomar los elementos que sirvan para la organización y buen funcionamiento de las instituciones, tomando como base que dicha teoría destaca la interrelación, interdependencia e integración de los elementos de un todo. También se reconoce la Educación Holística como eje rector de nuestra práctica docente.

PALABRAS CLAVE:

Sistema, educación, compromiso, actitud, docentes, holística

LA EDUCACIÓN HOLÍSTICA APOYADA EN SISTEMAS.

INTRODUCCION

La educación y la vida cotidiana giran alrededor de sistemas complejos en donde el hombre trata de dar un supuesto ordenamiento del entorno en el cual se desenvuelve. Todas las organizaciones o empresas son concebidas por el ser humano como entidades que le permiten explicar su existencia, su evolución, el desarrollo mismo de la humanidad tomando en cuenta la acción y el conocimiento. La empresa humana es un complejo sistema en constante evolución, a diferentes ritmos; lentos, rápidos, vertiginosos, apacibles, simples o complicados, satisfactorios, dudosos o infructuosos que dan sentido a la vida, al ser social, a la capacidad de crear, innovar y transformar la vida misma.

Dentro de la educación es imprescindible el empleo de diversos métodos, técnicas y estrategias organizadas y pensadas, de acuerdo a las necesidades del contexto y tiempo para lograr lo que se pretende en sincronía con todos y cada uno de los partícipes en esta hazaña. Se debe actuar con decisión, conocimiento, responsabilidad y conciencia de sí mismo y del entorno trazando el rumbo adecuado de la organización y del ser.

Nosotros como docentes no debemos perder el rumbo, tenemos el compromiso social y personal de dirigir y trazar el destino de cientos de alumnos, no debemos cansarnos de hacer bien lo que tenemos que hacer, sin importar lo que los demás hagan. Es importante ser el motor de la sociedad y provocar en cada persona una sinergia positiva, promoviendo y ayudando a que los demás hagan lo que se debe de hacer, cumplir con la responsabilidad que corresponde en cada uno de los casos, y más aun; promover hacer un poco más compartiendo el conocimiento y las actitudes propositivas que nos llevan a alcanzar el éxito personal y empresarial. Si concebimos a nuestra escuela como una empresa, como una organización, y anclamos en ella la Teoría General de Sistemas reuniendo las partes en un todo organizado, donde “el todo es mayor que la suma de sus partes” según dicta el pensamiento de Deming, éstas se consolidarán en un sistema integrado donde todos sus componentes se complementarán, poseerán una interdependencia para enfrentar todas las situaciones que se presenten y la interrelación que ello genere proveerá el equilibrio adecuado para mejorar sus logros. Una organización equilibrada, con una homeóstasis funcional no tiene fronteras.

La aplicación de la teoría de sistemas en la educación tiene como objetivo primordial: definir, declarar y administrar todos los recursos materiales y humanos de la institución, para lograr la armonía y la integración de todos los elementos observando los problemas cotidianos desde diferentes puntos de vista para tomar decisiones acertadas que beneficien al sistema en general, sin ser unilaterales.

“La teoría general de sistemas puede muy posiblemente ser la única forma en que podamos volver a unir las piezas de nuestro mundo fragmentado: la única manera en que podamos también crear coherencia del caos”. C. West Churchman (1)

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(1) C. West Churchman. Profesor de Administración de Empresas, 1913-2004. Filósofo y un erudito siempre activo, tuvo un papel destacado en el desarrollo del campo en todo el mundo de la investigación de operaciones / gestión de la ciencia.

Entre los estudiosos de los sistemas, tenemos como precursor a Ludwing Von Bertalanffy, biólogo alemán que en 1925 hizo la presentación de sus investigaciones sobre los sistemas abiertos; sin embargo, esas ideas no fueron del todo acogidas por el mundo científico del momento. Tiempo después y hasta hoy, dicho enfoque ha sido usado por las ciencias físicas, biológicas administrativas y sociales, como marco de referencia para la integración de la teoría organizacional moderna. [Bertalanffy, 1962]

Para cumplir el conjunto de las misiones que le son propias, la educación debe estructurarse en torno a cuatro aprendizajes fundamentales que en el transcurso de la vida serán para cada persona, en cierto sentido, los pilares del conocimiento: aprender a conocer, es decir, adquirir los instrumentos de la comprensión; aprender a hacer, para poder influir sobre el propio entorno; aprender a vivir juntos, para participar y cooperar con los demás en todas las actividades humanas; por último, aprender a ser, un proceso fundamental que recoge elementos de los tres anteriores. Por supuesto, estas cuatro vías del saber convergen en una sola, ya que hay entre ellas múltiples puntos de contacto, coincidencia e intercambio. (Delors, 1996)

Haciendo énfasis en estos principios e integrándolos en nuestro campo de acción podemos rediseñar el concepto rígido de escuela incorporando nuevos conceptos: trabajo, diversión y aprendizaje.

Todo sistema debe ser controlado, supervisado y evaluado, y nuestro sistema educativo no es la excepción. También se debe implementar un sistema de seguimiento y evaluación con la intención de regular las funciones y actividades con el propósito de no perder el rumbo, provocando la retroalimentación y autorregulación para retomar con más sabiduría el camino hacia el progreso constante. Un sistema controlado eficazmente asegura el éxito de sus objetivos y la satisfacción personal de sus integrantes.

En nuestra sociedad es común ver organizaciones o instituciones educativas que no asumen la responsabilidad de “un todo organizado” y se limitan a trabajar como elementos independientes, desintegrados y observando un mínimo compromiso provocando con ello anarquía, desunión y disfunciones que no suelen detectarse a simple vista hasta que los efectos de esa desintegración son alarmantes. Los bajos resultados del logro académico en las evaluaciones internas y externas de nuestro sistema, evidencian un sistema desorganizado, desintegrado y desequilibrado.

Ya es tiempo de que los sistemas educativos, las autoridades y docentes aceptemos los cambios sociales, tecnológicos y económicos y nos apropiemos de la Teoría General de Sistemas como forma de organización estructurada

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