La Formación Como Docente
Enviado por paty714 • 12 de Febrero de 2014 • 1.220 Palabras (5 Páginas) • 197 Visitas
La formación docente la concebimos, no sólo con capacitación o habilitación, se vincula con las ideas de educación ante el hecho de que todo ser humano tiene la posibilidad de aprender para desarrollarse en todos sus aspectos, en la búsqueda del individuo por sí mismo, en compañía de otros y su colectividad de la construcción de sus propios conceptos, en donde no sólo es aprender técnicas específicas para transmitir y asimilar contenidos con vista a la productividad, si no a la comprensión de la naturaleza de la función que realizan.
La formación de docentes es un proceso de la práctica social, en la cual los sujetos que participan en ella, de manera sistemática e intencionada asimilan, ensayan y experimentan determinadas formas de realizar su labor, con el propósito de transformar e implementar su propia práctica, lo que tiene como consecuencia la optimización de la situación enseñanza-aprendizaje y como resultado el egreso de mejores profesionales y su consecuente impacto en los diversos aspectos, económicos, políticos, sociales, y culturales.
La docencia se da en todo modelo educativo, con características particulares, (como señala Maya,1993) “docente se aplica a la persona que se dedica a la enseñanza, la que permite inferir entonces la docencia como la actitud sustantiva de quienes enseñan”.
El magisterio no se define como una profesión, si no como misión o sacerdocio, como menciona José Díaz Covarrubias “El tipo de profesor-escribía-, tal como, con justicia, lo desean los más ilustres pedagogos, es un conjunto de virtudes de todo género, y su misión no es un oficio es un sacerdocio” o “un verdadero apostolado” como decía Carlos Carrillo.
El ejercicio de esta práctica requiere no tanto de un saber cuánto de una serie de cualidades de carácter ético-moral. La primera y más importante es la vocación la cual no es una materia de elección racional si no o un llamado una predicción que se define como innata no adquirida. Existen dos tipos de vocación una natural la que es por voluntad, la auténtica y otra artificial que se da por múltiples factores como son el dinero o por pensar que es lo más fácil.
“No se trata de que elijamos al magisterio entre otros oficios posibles, si se habla de elección, está debe responder a una especie de predisposición, de un llamado interior; el hecho de ser maestro es una fuerza mística.” (E. Tenti).
Considerar la práctica de enseñanza como un trabajo esencialmente racional, es la a la vez, situarla personalmente, vivirla apasionadamente. Tener como tarea realizar nuestra formación no puede ser más que un trabajo sobre sí mismo, libremente imaginado, deseado y perseguido, es realizado a través de medios que ofrecen o que uno mismo se procura.
En muchos sentidos, la formación de los docentes surge de la problemática general de la formación, de esa problemática que se desarrolló a partir de las experiencias de movimientos juveniles, de la educación popular y de la formación profesional, y de la problemática de la formación de adultos utilizada para tareas de dirección de organización, de animación, de ayuda social o de formación, en todas las ramas de la actividad profesional o de recreación (G. Ferry). La formación invade todos los dominios, unos se forman en múltiples actividades de esparcimiento, uno se forma como consumidor, como inquilino, como padre o como compañero. Uno se forma en todos los niveles de responsabilidad, y a ser posible de forma permanente, desde la primera infancia hasta la última etapa de la tercera edad. Es la escuela a perpetuidad, según la expresión de Heidrich Dauber y Etienne Verne (88)
La formación de docentes toma mucha importancia en las políticas de educación, debido al cuestionamiento que se hace sobre el nivel educativo y su falta de vinculación con el aparato
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