La Obligatoriedad De La Educ Basica

LA OBLIGATORIEDAD DE LA EDUCACION SECUNDARIA Y EL PROBLEMA DE LA EQUIDAD EN ESTA.

El Sistema Educativo Mexicano esta exhortado a brindar una educación obligatoria y equitativa a nivel básico. El nivel básico comprende lo que es nivel preescolar, la primaria y la secundaria; yo hablare de la obligatoriedad y la equidad en la educación secundaria, que rige de la edad de 12 a 15 años.

Los artículos que nos rigen sobre la obligatoriedad de la Ley General de Educación son el artículo 3º y el 4º. El tercero menciona que “El Estado está obligado a prestar servicios educativos para que toda la población pueda cursar la educación preescolar, la primaria, la secundaria y la media superior. Estos servicios se prestarán en el marco del federalismo y la concurrencia previstos en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y conforme a la distribución de la función social educativa establecida en la presente Ley” y el cuarto menciona que “Todos los habitantes del país deben cursar la educación preescolar, la primaria y la secundaria.

Es obligación de los mexicanos hacer que sus hijas, hijos o pupilos menores de edad cursen la educación preescolar, la primaria, la secundaria y la media superior”.

El cumplimiento efectivo de la obligatoriedad de este nivel escolar tiene, cuando menos, dos implicaciones para el sistema educativo y para la política que lo rige. En primer lugar, debe garantizarse que todos los egresados de primaria accedan oportunamente a la escuela secundaria y permanezcan en ella hasta concluirla (idealmente, antes de cumplir los 15 años). En segundo, debe asegurarse que la asistencia a la secundaria represente, para todos los alumnos, la adquisición de los conocimientos, habilidades, valores y actitudes propuestos por el currículo; una formación que les provea efectivamente de los elementos básicos y comunes para incorporarse plenamente como ciudadanos responsables y, a la vez, les permita su propia superación profesional. Este segundo requerimiento debería satisfacerse independientemente de las desiguales condiciones de vida y puntos de partida de los adolescentes, así como de sus diversos intereses, expectativas y capacidades.

Así mismo no hay que dejar de un lado la equidad que la educación le debe de brindar a los discentes, el capítulo III de la Ley General de Educación se titula “De la equidad en la educación” del cual el artículo 32º menciona que “Las autoridades educativas tomarán medidas tendientes a establecer condiciones que permitan el ejercicio pleno del derecho a la educación de cada individuo, una mayor equidad educativa, así como el logro de la efectiva igualdad en oportunidades de acceso y permanencia en los servicios educativos.

Dichas medidas estarán dirigidas, de manera preferente, a los grupos y regiones con mayor rezago educativo o que enfrentan condiciones económicas y sociales de desventaja en términos de lo dispuesto en los artículos 7o. y 8o. de esta Ley”.

En el sistema educativo tiene diferentes tipos de inequidad. Los hay quienes viven en zonas marginadas, por lo tanto el sistema educativo no les brinda una buena infraestructura y los docentes descuidan mucho este tipo de zonas, no le echan las ganas necesarias como se hacen en una zona urbana. La falta de infraestructura en los espacios educativos, ha traído como consecuencia que el tiempo real de exposición al proceso educativo en la secundaria sea muy escaso. El tiempo pedagógico se ve afectado por la carencia de espacios educativos. Pero, a su vez, los espacios existentes se observan, en muchos casos, muy deteriorados, lo que despierta en los estudiantes sentimientos de rechazo y además no permite ofrecer distintas alternativas tendientes a la recreación y distensión de los estudiantes, a la vinculación entre los pares y con las distintas manifestaciones del medio.

También está la inequidad que existe en el salón de clases, porque a veces los maestros discriminan a los alumnos que tienen menos calificación o tienen problemas de aprendizaje, cuando no debería ser así porque el maestro a veces hasta la hace de guía, de orientador, uno como docente tiene que acercarse al alumno y saber el porqué de sus bajas calificaciones o ayudarlo en sus problemas de aprendizaje.

El grupo socioeconómico habla mucho a la hora de educación, dado a que a veces por falta de economía el alumno no puede concluir el ciclo escolar, por que ayuda a sus padres trabajando para que tengan con que sustentar, es uno de los muchos problemas relacionados con estabilidad económica. Las acentuadas diferencias entre los puntos de llegada de los jóvenes pertenecientes a grupos socioeconómicos distintos muestran que, para igualar los puntos de llegada de la población escolar, no basta con ofrecer un currículo común de formación general. Si lo que se desea es que todos los jóvenes aprendan y aprendan bien, el Estado debe diseñar y aplicar estrategias que compensen efectivamente las desiguales condiciones de arranque de los estudiantes y atender la diversidad de capacidades, motivaciones y ritmos de aprendizaje.

Además, si realmente se quiere mejorar la educación secundaria, es preciso aclarar su pertinencia como nivel educativo, considerar las características típicas de los adolescentes a los que se dirige, redefinir su organización curricular, ocuparse seriamente de la formación de sus profesores y asegurarles condiciones de trabajo que permitan mejorar su desempeño y una adecuada relación pedagógica con los jóvenes.

Gimeno Sacristán y Pérez Gómez (1992) plantean: “la institución escolar, por su estructura organizativa y funcionamiento, es más coherente con prácticas no diferenciadoras que estandarizan los tratamientos homogeneizando la cultura que imparte, estableciendo niveles promedio de rendimiento y de ritmos de trabajo que dificultan la integración de los “retrasados” y de alumnos “diferentes” en general, de suerte que en el sistema escolar cualquier alumno se convierte en “distinto” por alguna inadecuación a esos estándares de funcionamiento. La homogeneización de sus clientes se logra por la vía de condenar a la categoría de “fracasados escolares” a los que no siguen su estándar de cultura y de rendimiento o no son capaces de progresar de acuerdo con su ritmo de funcionamiento”. Estos autores manifiestan

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