La Salud Como Meta Del Desarrollo
Enviado por catamde • 19 de Octubre de 2012 • 4.206 Palabras (17 Páginas) • 525 Visitas
Salud
Humberto Ramírez Gómez
En este capítulo se analiza el concepto de salud, como un derecho y como una meta. Se analizan las relaciones de la salud con las demás metas de desarrollo humano integral y diverso. Se hace énfasis en el proceso de construcción de la salud al igual que de las demás metas, y se la propone finalmente como un proyecto de vida.
El ciclo de vida del ser humano incluye la concepción, la gestación, el nacimiento, la niñez, la adultez, la vejez y la muerte; este es un ciclo que está permanentemente amenazado de interrumpirse y que siempre está en proceso de construcción o de destrucción, en un dinamismo constante de ir y venir, en una relación dialéctica de vida versus muerte; a todo esto se ha llamado proceso vital humano. Incluido en él, con una dinámica similar, está el proceso salud-enfermedad, ya que siempre el ser humano estará construyendo o destruyendo su salud, con el acecho constante de la enfermedad y de la muerte.
El ser humano ha luchado denodadamente en contra de la enfermedad, por recuperar la salud cuando esta se ha perdido, pero apenas en los últimos siglos, con el avance de la ciencia y la tecnología en las áreas biológica, psicológica y social del conocimiento humano, aparece un interés creciente por conservar la salud y, en las últimas décadas, por la promoción de la salud, en un esfuerzo consciente y planeado por el bienestar humano.
El concepto de salud
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la salud es el completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de enfermedad; este es un concepto aún vigente pero que se ha considerado impersonal, atemporal y absolutista. Esto ha llevado a muchos estudiosos del tema a aventurarse a proponer alternativas que permitan una aproximación conceptual más práctica y cercana a la realidad. Es así como algunos han planteado la salud simplemente como una sensación subjetiva de bienestar; otros, como un equilibrio físico, psicológico y social; otros, como la capacidad de funcionalidad social; otros más, como la armonía del ser humano consigo mismo, con los demás y con su entorno, como el resultado combinado de varios factores que interactúan entre sí y se pueden agrupar en herencia biológica, ambiente, comportamiento y servicios de salud.
La Asociación Latinoamericana de Pediatría (Alape) propuso en comunicación enviada al director de la OMS una definición de salud que insiste especialmente en el impulso al respeto por los derechos humanos, la justicia social y la armonía con el ambiente como elementos fundamentales para poder gozar del bienestar biopsicosocial, la salud.
Ya sea que se tome una u otra definición, la salud estará siempre en una relación dinámica con la enfermedad, en una persona o comunidad específica y en un momento histórico determinado. En la estructura causal, tanto de la salud como de la enfermedad, intervienen factores protectores o de riesgo, que pasan a ser determinantes y contribuyentes tanto de la salud como de la enfermedad, sin ser excluyente la una de la otra.
El concepto de salud como sinónimo de bienestar, de equilibrio, armonía o funcionalidad social, implica un proceso de construcción permanente por medio de la promoción de la salud y la prevención de la enfermedad; ambas están orientadas a mantener y mejorar la salud, en forma general e inespecífica la primera y en forma particular y específica la segunda. Por ejemplo, la equidad y solidaridad social son elementos fundamentales en la promoción de la salud, mientras que las inmunizaciones y la ingestión de yodo sirven de prevención para enfermedades específicas.
Promoción de la salud
En la Primera Conferencia Internacional sobre Promoción de la Salud, realizada en Otawa, Canadá, en 1986, se dio el paso definitivo para consagrar la doctrina de la estrategia de la promoción de la salud. Allí se definió la promoción de la salud como la acción dirigida a proporcionar a los pueblos los medios necesarios para mejorar su salud y ejercer un mayor control sobre la misma,1 y se consideraron como requisitos fundamentales la paz, la educación, la vivienda, la alimentación, el ingreso, un ecosistema estable, la conservación de los recursos, la justicia social y la equidad.2
Resulta claro que con la promoción de la salud se busca un mayor compromiso de todos para disminuir las inequidades sociales y aumentar el nivel de bienestar colectivo, en un trabajo de construcción día a día por la salud de cada uno y de la comunidad en su conjunto. Es bien sabido que las principales diferencias en salud se deben más a factores socioeconómicos y ambientales que a factores biológicos; la equidad, por tanto, es una condición esencial para la promoción de la salud, es su principal objetivo y quizá su principal medio; según el doctor Carlyle Guerra de Macedo, director de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), es necesario entonces, para el logro de la equidad, eliminar las diferencias innecesarias, evitables e injustas que restringen el derecho al bienestar.
Además de lograr la equidad como elemento indispensable de la promoción de la salud, acompañada de los otros requisitos fundamentales planteados por la Carta de Otawa, es necesario elaborar políticas públicas saludables, reorientar los servicios de salud, fortalecer la participación ciudadana, crear ambientes favorables e impulsar el desarrollo de habilidades personales para mejorar la salud. Como estrategias básicas estarían la utilización de la comunicación social para la educación en salud, la democratización del conocimiento científico y la organización comunitaria que conlleve al fortalecimiento del poder ciudadano y al fomento de estilos de vida saludables.
La promoción de la salud en la niñez debe favorecer ambientes adecuados para el crecimiento y el desarrollo del niño y el joven que estimulen la incorporación progresiva de hábitos saludables en su vida cotidiana; la Puericultura adquiere entonces una gran relevancia para influir en el proceso vital humano, en el proceso salud-enfermedad; esta es una influencia que, sin dejar de lado la enfermedad y la muerte como fenómenos significativos, debe orientarse a trabajar con mayor intensidad y entusiasmo en la salud y la vida, y así favorecer el desarrollo de la cultura de la salud, fundamentada en la equidad, la paz y la convivencia democrática.
En la década de los noventa se avanzó mucho en la conceptuación de la promoción de la salud y en la aplicación de ella con programas y proyectos concretos. Se presentan muy esquemáticamente, algunos de ellos analizados, estructurados, difundidos y aplicados por equipos de profesionales de la Universidad de Antioquia en Medellín (Colombia), como: crianza humanizada, acompañamiento a la familia gestante, salud
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