La familia en la sociedad

INTRODUCCIÓN

La familia es la base primordial en el proceso educativo, es por ello que debe estar en conjunto con las instituciones educativas para poder apoyar de manera positiva y efectiva el proceso de aprendizaje del educando. La comunicación entre educadores, padres y representantes, es el pilar fundamental para que estos se involucren. La relación entre familia y escuela es trascendental para la formación del educando. Al respecto, Marina J. citado por Núñez V. (2013) sostiene que:

Los padres solos no pueden educar a sus hijos…Los docentes solos no pueden educar a sus alumnos…. La sociedad tampoco puede educar a sus ciudadanos, sin la ayuda de los padres y del sistema educativo. La intervención de padres y maestros es imprescindible, pero todos debemos conocer sus limitaciones y reconocer que en la tupida red de influencias en que vivimos, todos ejercemos una influencia educativa, buena o mala por acción o por omisión (pág. 2).

Cabe mencionar que ambos actores (familia y hogar), deben trabajar de manera articulada en el logro de una educación integral, pero en algunas ocasiones esto no sucede, pues por razones de horario, trabajo, estudios, entre otros, se carece de la atención y presencia de los padres en dichas instituciones, esta situación se ha convertido en una problemática que afecta el rendimiento académico del estudiante. Por ello se hace necesario la triada educativa (escuela-familia-comunidad) lo cual es un factor determinante para el éxito escolar.

Ahora bien, la falta de motivación por parte del educando se origina en el hogar y se deduce que la causa es que los padres no se involucran en las actividades escolares siendo el factor tiempo uno de los más predominantes, en las actividades necesarios como la revisión de cuadernos, boletines y notificaciones. Es de suma importancia que padres y representantes tengan presente que su participación va más allá de la asistencia a reuniones, pues todas las instituciones educativas deben contar con la integración de los padres y representantes para mejorar el rendimiento académico entre otras cosas.

Por su parte, Epstein (2002), citado por Aíra Orozco (2010), ha resumido los estudios sobre la participación de los padres en la educación de sus hijos y sugiere que:

Los alumnos de todo nivel sobresalen más en sus esfuerzos académicos y tienen actitudes más positivas respecto a la escuela, aspiraciones más altas y otro tipo de comportamiento, si tienen padres que se preocupan, alientan a sus hijos y se involucran en su educación formal. (pág. 4).

En relación a lo antes citado, se afirma que el estudiante, mostrará mayor motivación en la medida que le sea aplicada en casa. Lo más importante de todo esto, es comprometer a los padres y representantes en la estimulación de sus hijos para mejorar el rendimiento académico en ellos, es de hacer notar que el rendimiento escolar va a depender de la participación que tengan en el proceso educativo, si no hay esa integración se verá reflejado en las instituciones educativas a través de comportamientos como: la apatía mostrada en clase, la confrontación en el aula o la falta de interés entre otras razones.

Es preciso mencionar, que el Estado es el responsable de la educación de cada ciudadano, según el artículo 3 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), resalta que: “El Estado tiene como fines esenciales la defensa y el desarrollo de la persona… La educación y el trabajo son los procesos fundamentales para alcanzar dichos fines” (pág.01). Es evidente que es obligación de la nación proveer de todo cuanto sea necesario para alcanzar ese fin, que es la educación; pero no podemos dejar de lado la corresponsabilidad de la familia en dicho proceso, porque este no es solamente del docente o la nación y los alumnos, sino también de los padres y representantes.

En este orden de ideas, también se encuentra el artículo 54 de la Ley Orgánica de Protección del Niño, Niña y del Adolescente (1998):

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