La fuerza de la pedagogía y su práctica en la educación

La fuerza de la pedagogía y su práctica en la educación

Introducción

Nuestro campo de la educación está abierto al estudio y problemas del docente, regulando el conocimiento escolar y las practicas, buscando alternativas pedagógicas. (Diaz 1988) En este ensayo se hablará sobre la pedagogía, para que nos sirve y las prácticas que ayudan al maestro para obtener una interacción y comunicación activa del alumno. Si bien sabemos cada uno de los docentes tiene diferentes métodos de enseñanza, logrando que el alumno adquiera ese conocimiento para su desarrollo escolar y personal, un punto importante en la pedagogía,  los acercamientos a nuevas ideologías educativas nos ayudan a expresar un cambio en el paradigma de la sociología positivista de la educación (Diaz 1988) algunas de las didácticas que el docente ejecuta dentro del aula sirven para guiar al alumno en el proceso de enseñanza y aprendizaje, con el fin de desarrollar en el alumno diversas competencias que le ayudaran en lo educativo y su vidia personal llevando lo a una realidad, pero con forme al sistema educativo ya estructurado.

Desarrollo

El correcto uso de la pedagogía y su merecido reconocimiento

Seguimos estando en una sociedad donde cree que la pedagogía, solo es un simple acto de enseñar, si nosotros como pedagogos nos olvidamos de nosotros nadie nos dará el lugar que nos merecemos. (Touriñán 2019), más sin en cambio nosotros como pedagogos debemos empezar a cultivar ese conocimiento del pasado, y darle ese reconocimiento a la pedagogía ya que busca una utopía y una mejora permanente en la educación logrando que la sociedad entera gane. (Herrán 2019) estamos claro que la pedagogía abarca muchas ramas dentro de lo educativo, desde la guardería hasta la universidad, la pedagogía es una ciencia y su principal objetivo es que el alumno explote sus habilidades y conocimientos al máximo logrando ese proceso de enseñanza y aprendizaje en los alumnos.

La Pedagogía es una fusión de ideas, experiencias y crea un régimen de identidad en los alumnos llevando lo a la realidad, ya que esta más que claro que el alumno es el centro de aprendizaje y el constructor de su propio conocimiento, en si la cultura, la educación, el trabajo, la ciencia y la tecnología son parte de nuestra vida diaria (Diaz 2019), como menciona (García 2021) aquellas ideas fijadas que tenías, la pedagogía puede ayudarte a mejorarlas, no olvidemos que el docente debe buscar métodos y estrategias para lograr transmitir le al alumno ese conocimientos, aprendizaje, valores, conductas, logrando así que el alumno saque a flote sus conocimiento y habilidades de una manera positiva beneficiándolo tanto en su vida escolar como personal, no dejando de lado que el espacio, tiempo y el sujetos son parte clave para lograr ese aprendizaje.

Lo que sabemos sobre pedagogía se ha ido definiendo desde épocas pasadas, hasta la actualidad, donde entran diversos campos como la filosofía, psicología, sociología, pero eso no significa pedagogía, más sin en cambio está compuesta por las materias (Anxo 2019, Diaz 2019) ya que nos permite estudiar su pensar, su comportamiento, su desarrollo del alumno y evaluar su conocimiento, de esa manera uno como docente sabe que estrategias usar con el alumno para que logre alcanzar las competencias puestas por el sistema que solo busca el adoctrinamiento del alumno de una manera descarada sin ocultarse, llevándonos a una mala práctica educativa (Herrán 2019), más sin en cambio debemos educar para la vida y no solo para tener alumnos que sigan órdenes.

La buena o mala práctica pedagógica del docente hacia el alumno

La educación en México, no todos los docentes juegan bien su papel, ya que llega a ver cierta inconciencia por parte del docente, esas ideas que se tienen de una pedagogía liberadora suelen ser archivada y olvidadas por el mismo docente, quien se olvida de ponerlas en práctica, mientras que el alumno solo se deja guiar por el docente, como lo refiere (García 2021) los docentes debemos centrar nuestras ideas hacia el alumno para que logre desarrollar las dentro del aula, así también buscar enfocarlas con la vida diaria y no solo llenar su mochila de teorías y conocimientos sino también de practica para que ese conocimiento no se quede en el olvido, así el alumno y el docente evalúen los resultados de una manera satisfactoria.

Hablar de discurso pedagógico es tener en cuenta la razón, la verdad, la conciencia, el lenguaje, por eso podemos decir que el discurso pedagógico es un discurso sobre otro discurso, permitiendo que la experiencia del sujeto sea reescrita una y otra vez, de manera que contribuye al sentido de pertenencia y encontrar su identidad (Diaz 1988) por esta razón podemos decir que el discurso pedagógico está vacío el cual requiere ser llenado con cualquier contenido ya sea conocimiento, practica, una visión, si esto lo llevamos al alumno, tendríamos alumnos más capaces y con mejor desempeño tanto en el aula como en su vida cotidiana, haciendo que el alumno se cuestione o critique la información que está recibiendo en el aula, teniendo alumnos que participen por voluntad y no por ser obligados a participar.

La práctica pedagógica es un proceso el cual transmite y comunica en dirección a establecer límites de manera que el mensaje que deseamos transmitir los docentes hacia el alumno llegue de manera directa (Diaz 1990) algunas de las practicas pedagógicas que usa el maestro en los alumnos se plantean en la siguiente figura:[pic 1]

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Figura1

La práctica pedagógica: generalidades (1990) información procesada por el alumno.

Como se puede apreciar en la figura anterior, partiremos del lado izquierdo mostrando un círculo infinito que lleva a cabo el docente, para posterior mente evaluar al alumno, comprobando si logro captar ese conocimiento de manera correcta, si el resultado llega a ser satisfactorio el alumno será premiado o recompensado de lo contrario el alumno será castigado, así el maestro entra en la práctica pedagógica, de esa manera obtendrá alumnos dóciles, que trabaje con respeto, disciplina y valores. (Diaz 1988).

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