Las Determinantes que deben estar presentes en la constitución del docente como sujeto transformador.

UNIVERSIDAD METROPOLITANA DE CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN

FACULTAD DE FILOSOFÍA Y EDUCACIÓN

DEPARTAMENTO DE FORMACIÓN PEDAGÓGICA

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DESARROLLO PSICOLÓGICO

ENSAYO N°1:

‘‘DETERMINANTES QUE DEBEN ESTAR PRESENTES EN LA CONSTITUCIÓN DEL/LA DOCENTE COMO AGENTE TRANSFORMADOR’’

Estudiante:

Camila Sánchez Venegas

Carrera:

Licenciatura en Educación Matemática y Pedagogía en Matemática

Profesor a cargo:

Patricio Escorza

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A modo de introducción me gustaría indicar que este ensayo lo escribo de manera muy personal. La teoría y los conceptos trabajados los quiero abordar de forma que me sirvan como herramienta para lograr un autodescubrimiento de mi misma como sujeto basándome en mi memoria histórica –la que conozco hasta ahora– y me ayude en el proceso de descubrirme y formarme como sujeto docente.

Es por esto que me planteo la siguiente pregunta:

¿POR QUÉ ESTUDIO PEDAGOGÍA?

Para responder esta interrogante me debo remontar hacia mis años de infancia. Desde niña quise ser profesora, siempre miré con admiración a mis profesoras del jardín y del colegio, siempre quise ser como ellas porque parecían saberlo todo. Yo soy hija de padres divorciados pero cuando ellos aún estaban casados en nuestra casa se hacían reuniones de la iglesia a la que asistíamos, yo tenía alrededor de 8 o 9 años de edad y me encantaba hacer unas especies de ‘‘clases’’ para que los niños –de mi edad y más pequeños– no se aburrieran con la prédica del pastor. Les enseñaba lo que yo aprendía en el colegio, revisaba el avance y les ponía calificación. Mi mamá cuenta que yo tenía una pizarra a tiza con la que ‘‘hacía clases’’ y que disfrutaba mucho del aprendizaje y de estudiar.

Esto me lleva a pensar que uno de los motivos por los que estudio pedagogía es porque crecí con una imagen idealizada del profesor, viéndolo como un ser más inteligente y sabio que el resto de las personas, que tenía respuesta a todas las preguntas y además –¡Qué mejor!– compartía ese conocimiento con sus pequeños estudiantes.

Con el paso de los años fui adquiriendo otra visión sobre los profesores. Me fui dando cuenta de que algunos eran ‘‘malos’’ –como niña no tenía ni entendía de otro calificativo– y otros eran ‘‘buenos’’. Como referencia a un profesor ‘‘malo’’ siempre recuerdo mi séptimo básico en la asignatura Música. Desde pequeña me gustaba cantar y soñaba con ser cantante profesional. Un día el profesor nos dio la actividad de cantar o tocar un instrumento frente a todo el curso, yo toqué guitarra y canté una canción en inglés. El profesor frente a todos mis compañeros me dijo que yo jamás sería una cantante profesional porque no tenía ‘‘oído musical’’ y no podía hacer nada al respecto porque, según él, con ‘‘oído musical’’ se nace y punto, no hay otra forma de adquirirlo. Tal vez tenía razón, tal vez no, pero sin duda escuchar algo así y más aún frente a todos mis compañeros no fue una experiencia muy agradable y dejé de cantar. Otra referencia que se me viene a la mente fue una profesora que durante séptimo y octavo básico sabía que un grupo de mis compañeras me hacían bullying1 pero nunca hizo algo al respecto, es más, cuando yo iba a acusar a las niñas me retaba o simplemente me ignoraba. Y así recuerdo muchas referencias más pero no creo sean necesarias de mencionar en este momento. El punto es que gracias a esos profesores nació en mí la idea de ayudar y guiar a las personas. Utilicé sus actitudes como contraejemplo y me llené de ganas de ayudar a cada niño o niña víctima de acoso escolar –o cualquier otro problema– y de guiar a cada niño o niña en la búsqueda de sus talentos.

Gracias a mi experiencia en el colegio me pude dar cuenta de que el profesor es siempre un agente de cambio en la vida de sus alumnos, este cambio puede ser positivo o negativo pero de cualquier forma el profesor en alguna etapa de la vida de sus estudiantes va a marcar un impacto, un antes y un después. Esto es inevitable debido a que los estudiantes pasan la mayor parte del tiempo en el colegio, incluso, hay gente que dice ‘‘el colegio es como la ‘‘segunda casa’’ de los estudiantes’’. Junto con la primera infancia2 , periodo en donde recibimos las enseñanzas y valores de nuestros padres y núcleo familiar –primera institución y primer ciclo del aprendizaje– pasamos a la segunda institución que es el colegio y es allí donde vivimos la mayor parte de nuestra niñez y adolescencia, desde los 6 hasta los 18 años de edad generalmente.

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1Bullying: "Conducta de persecución física y/o psicológica que realiza un estudiante contra otro, al que escoge como víctima de repetidos ataques" - Departamento de Medicina Familiar de la Escuela de Medicina de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

2Primera Infancia: Periodo que abarca desde la gestación hasta los 8 años de edad, según la UNICEF.

Durante 12 años, todos los años estar 10 meses en el colegio con jornadas completas –de aproximadamente 45 horas semanales durante la enseñanza Media– y además con actividades que se realizan en la casa. Es inevitable notar que el colegio es lo que consume la mayor parte del tiempo de los estudiantes. Por eso es sumamente necesario que en esta institución se encuentren actores3 capaces de cumplir con el rol4 de guiar a los estudiantes en el proceso no sólo de aprender los contenidos curriculares que exige el MINEDUC5, sino también durante los procesos de formarse como persona y el desarrollo de la condición humana de los educandos. Entonces nacen las interrogantes ¿Cómo deben ser esos ‘‘actores capacitados’’? ¿Qué características deben tener?

Si yo estudio pedagogía es porque quiero ser un agente de cambio positivo y un guía en la vida de mis estudiantes pero, ¿cómo es la profesora que quiero construir en mí? O dicho de otra forma,

¿CUÁLES SON LAS DETERMINANTES QUE FORMAN A ESE AGENTE TRANSFORMADOR QUE MARCA UN ANTES Y UN DESPUÉS EN LA VIDA DE LOS NIÑOS Y NIÑAS?

Para entender en totalidad a este agente de cambio, debo permitirme pensar deconstructivamente el contexto social en el que se desenvuelve llevándolo a lo más amplio, debo mirar desde ese ‘‘algo’’ que es inherente a las personas, que nos hace ser personas y por lo tanto nos diferencia de las otras especies, hablo de la CONDICIÓN HUMANA.

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