Las artes escénicas en la educación universitaria

Las artes escénicas en la educación universitaria

Mta. Velvet Ramírez

En este breve texto daré cuenta de las potencialidades que según diversos autores, pero sobre todo, según mi propia experiencia como educadora en el ámbito escénico, tiene la educación artística en el plano universitario. Así mismo, expondré las razones por las que me gustaría incorporarme como profesora de las asignaturas Lenguajes escénicos: corrientes y tendencias y/o Taller de danza contemporánea que oferta la Unidad  Académica Básica Lenguajes Artísticos y expresiones culturales.

Para Maxin Greene (2005), la educación artística significa la expansión de nuestros poderes perceptuales y de nuestra sensibilidad que conduce la aprehensión de nuestro mundo. Significa una iniciación a nuevas formas de ver, oír, sentir y moverse. Significa un tipo especial de reflexión y capacidad expresiva, una búsqueda de significados, un aprender a aprender. En este sentido, considero que la educación artística en la universidad constituye una parte integral del desarrollo de los estudiantes, de su desarrollo cognoscitivo, perceptivo, emocional e imaginativo pues los impulsa a buscar un terreno en el que experimentan lo que significa darle cuerpo a sus sentimientos y percepciones. Así, el arte les permite muchas maneras de expresión, muchas formas de aprender una habilidad, muchos modos de dejar una huella en el mundo.

Desde la experimentación de los diversos lenguajes de la educación artística, la experiencia estética permite que los estudiantes perciban de manera más consciente su mundo, lo que los vuelve capaces de apreciar los objetos estéticos presentes en la naturaleza, en la sociedad y en el arte y adentrarse en sus significados para imaginar sus potencialidades y establecer nuevas conexiones que los hagan ver el mundo desde otro punto de vista (Acha, 2010). A partir de mis prácticas como docente, puedo afirmar que cuando las experiencias educativas desde las artes escénicas conllevan una selección y organización de métodos y materiales adecuados con las cualidades educativas para individuos particulares, en tiempos particulares, cuando utilizan como recursos educativos las condiciones de la comunidad local, las condiciones históricas, económicas y profesionales así como los ambientes físicos y sociales, los estudiantes aumentan su curiosidad, fortalecen su iniciativa, construyen conocimientos y habilidades que se convierten en instrumentos para tratar de manera efectiva situaciones posteriores y amplían su deseo de seguir aprendiendo.

Las artes escénicas, además de acercar a los estudiantes al manejo de materiales, herramientas y procedimientos específicos de estas disciplinas, cultivan su imaginación,  su sensibilidad y su criticidad. Greene (2005) explica la imaginación como la capacidad de transformar una experiencia en algo nuevo, de percibir realidades alternativas, de ver múltiples posibilidades y potencialidades en las cosas. Al respecto, he observado cómo la educación en las artes escénicas facilitan que los estudiantes descubran dimensiones transformadoras en lo que hacen y con ello recreen su mundo. Además, la imaginación, fomentada en este tipo de experiencias educativas conduce a los estudiantes hacia procesos que promueven formas de inserción crítica en nuestra compleja realidad, pues, al concienciar tanto su realidad sociocultural, como su capacidad para transformar dicha realidad, al imaginar una vida diferente, con nuevos compromisos para conducirse en el mundo y con nuevas metas y nuevas realidades que alcanzar; los estudiantes asumen un rol de creadores y transformadores de sus vidas y de su contexto, volviéndose así humanos más plenos. En La nueva sensibilidad. En Un ensayo sobre la liberación (1969), Marcuse afirma que la percepción artística libera la sensibilidad. He constatado cómo esa nueva sensibilidad les permite a los estudiantes promover el desarrollo no sólo del arte, sino también de la ciencia y la tecnología para desarrollar sus potencialidades, así la técnica resulta arte y el arte configura la realidad. La sensibilidad es guiada por la imaginación. Se tornan entonces inválidas las oposiciones entre imaginación y razón y entre pensamiento científico y poético.

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