Leyendas

LEYENDAS MEXICANAS

En México, las leyendas existen desde la época prehispánica, periodo en el cual se usaban para explicar lo que acontecía en la naturaleza. Tal es el ejemplo de la leyenda de la Coyolxauhqui (la Luna), donde se narra que al ver embarazada a su madre Coatlicue (la Tierra) hace un plan para matarla, pero Huitzilopochtli (el Sol, hijo de la tierra) desde el vientre de su madre la protege y nace; al nacer causa tal resplandor que Coyolxauhqui es impulsada hacia atrás y cada vuelta que da de va desmembrando hasta caer muerta. Y cada mes Huitzilopochtli vence a Coyolxauhqui. Con esta narración trataban de explicar las fases de la luna.

Conforme llegó la conquista a México, las leyendas fueron sufriendo una transformación y, en lugar de explicar fenómenos naturales comenzaron a narrar sucesos paranormales, hechos que al día de hoy parecieran no tener explicación racional. Cuentan historias de fantasmas, brujas, almas en pena, del diablo y de la muerte; historias que no tienen bases científicas,  son tan reales y tan ciertas que la sociedad mexicana las vive de generación en generación; al transcurrir de los años van cambiando el lugar donde se origina el relato, los hechos, pero nunca la esencia.

Tal es el caso de la leyenda de la llorona, que en todos los rincones de este país se dice se ha manifestado, en los lugares donde hay río cuentan que “la llorona” era una mujer indígena que fue enamorada por un español, de esa relación nacieron tres hijos, los cuales “la llorona” ahogó en un arranque de locura al saberse engañada por el padre de estos, cuando se da cuenta de su fechoría se suicida en el mismo río donde mató a sus hijos, es por ello que todas las noches en ese río camina una mujer entre llantos y gritos en busca de sus hijo “hay mis hijos”.

Otras versiones dicen que el alma en pena es la de la malinche, que regresa en las noches del inframundo lamentando el haber traicionado a sus hermanos de raza. Incluso hay quien afirma que está leyenda está basada en la mitología azteca. La verdad es que nadie sabe que originó esta leyenda, lo que si es cierto es que hay quien afirma haberla escuchado o que algún familiar la vio.

Así es como las leyendas se van transmitiendo de voz en voz, a través de los años se van transformando y van naciendo nuevas, originadas por sucesos históricos importantes y trágicos y, con cada leyenda nace un personaje central, ya sea un héroe como Francisco Villa o un villano como “La llorona”, que se van inmortalizando con el paso del tiempo.

La leyenda que mi abuelo cuenta y que yo le he contado a mi hijo es la de la construcción de una presa en la localidad de Santa Bárbara la Cueva, lugar por donde pasa un río y que, por su buena localización se había decidido por parte del gobierno la construcción de una presa, corrían los años 50 y comenzaron con la construcción, al mes de haber avanzado empezaron a tener sucesos extraños, el personal sufría muchos accidentes, los avances de la obra de un día para otro se cayeron, no sabían que sucedía hasta que un día el diablo visitó al ingeniero encargado de la obra y le dijo que no le iba a permitir construir en ese lugar a menos que diera como pago la vida de cientos de personas, el ingeniero se negó y a los pocos días murió en un derrumbe en la construcción. A la fecha si se recorre el río se ven los cimientos de una presa que nunca se concluyó porque el diablo no lo permitió.

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