Libro vigilar y castigar. 1er capitulo

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BENEMERITA UNIVERSIDAD AUTONOMA DE PUEBLA

UNIDAD REGIONAL CHIGNAHUAPAN

LICENCIATURA EN DERECHO

“REPORTES DE LECTURA”

LIBRO: VIGILAR Y CASTIGAR

AUTOR: MICHEL FOUCAULT

MATERIA: DERECHO DE EJECUCION DE LAS PENAS

DOCENTE:

 DOCTOR RODOLFO CARDENAS MENESES

ALUMNA

FERNANDA ESTEFANIA HERNANDEZ SANDOVAL

PRIMAVERA 2016                          

OTOÑO 2013

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En esta obra se nos habla y narran las diferentes formas por las cuales ha ido evolucionando la forma de castigar y vigilar el cumplimiento de las penas de una persona a la que se le es imputada alguna acción fuera de la ley; esta evolución va desde la sociedad medieval hasta la contemporánea. La primera etapa o forma de castigo que se nos explica es:

1. EL SUPLICIO

Forma parte de un ritual realizada para la aplicación de un castigo y responde a dos exigencias, las cuales son:

1. Señalamiento de la persona a la que se le va a castigar, ya sea por alguna cicatriz dejada en su cuerpo
2. El castigo debe de ser resonante a la persona, para que así no vuelva a realizar el acto

El suplicio, en esos tiempos se veía como una forma por medio de la cual, las personas imputadas purgaban su delito y eran observados por toda la sociedad o comunidad en la que habitasen, para que el castigo, cumpliera si exigencia de resonancia en la persona y en sociedad, ya que mostraban lo que podía sucederles en caso de que realizaran algún acto que fuera contra sus normas establecidas.

Decían y creían que a través de el exceso de violencia, es decir, golpes, torturas, ofensas, tales como quemaduras en el cuerpo, desmembramiento, y cualquier otro tipo de acción que causara sufrimiento en el cuerpo de la persona, pero también en su alma, ya que se esperaba que el recuerdo provocado por tal suplicio, dejaría una marca en la persona tanto física como mental.

A la mente me vienen, algunas clases de Historia del Derecho, en la cual se nos comentaba que a los que practicaba el robo se les hacia una marca en la frente para que al lugar al que fueren, se les reconociera y no volvieran a realizar atracos en otros lugares.

En la actualidad podemos decir que esta forma en la que se castigaba, no es aplicada en países en los que los Derechos Humanos, tienen una mayor jerarquía, ya que la mayoría de las leyes se adapta a éstos, para que las garantías de la persona sean respetadas y se le aplique la ley con forme a Derecho. Aunque aun existen países en los cuales se siguen aplicando este tipo de penas, como lo es

En los países de Arabia, que por su gran religiosidad, aun creen que cualquier delito o infracción realizada en contra de la sociedad o su religión debe de ser penada a través del sufrimiento humano, aunque los países que contamos con la seguridad de nuestras garantías individuales lo vemos como un acto de crueldad.

I.I El cuerpo de los condenados

Como lo he expuesto antes, el suplicio o dolor provocado a las personas, era la forma en la que las autoridades, en su mayoría religiosas, eran las encargadas de realizar todos los catos por medio de los cuales, se purgaban la penas, tanto sociales, como los pecados.

Para poder “purgar” las penas, se inventaron diferentes mecanismos de tortura, los cuales eran creados especialmente para cada tipo de acto realizado, dentro de estos encontramos la pera: para las mujeres que practicaban la prostitución y que se le hacia ese castigo para destruir su útero y quitarles la posibilidad de se madres, ya que era mal visto su oficio y no eran dignas de ser madres. También existió la doncella de hierro, el potro y otros ejemplos los podemos encontrar en la práctica de la Santa Inquisión,

Se nos explica en esta parte del libro el ejemplo de Damiens, quien en 1757 fue acusado de regicidio y parricidio, el cual fue descuartizado, se le desmembraron todos los músculos y los tendones, lo que provocó su muerte y después quemaron sus restos.

 A raíz de todos los hechos tan crueles y viles que se habían hecho, pero que a ojos de las autoridades religiosas eran correctos, se reformaron los métodos de castigo y con la idea de la humanización de las penas, se desapareció de la figura de los suplicios en forma de espectáculo, y así se perdió la costumbre o ritual de que la aplicación de los castigos era una forma de intimidar a la sociedad y mantenerlos oprimidos.

Las penas son ahora en una forma púdica, y se restringieron la voluntad y derechos o en dado caso, el quitar la existencia del ser, pero sin la necesidad de provocar dolor, y es así como se crea la guillotina, el cual fue un método muy efectivo para cumplir con esa expectativa, lo que a mi parecer, aunque no provocaba dolor, seguía siendo un acto de espectáculo, ya que era realizado en las plazas de las comunidades bajo la expectación de todos los habitantes, desde niños hasta personas de la tercera edad.

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