Liderazgo En Enfermeria
Enviado por dulceroscar • 17 de Octubre de 2013 • 4.467 Palabras (18 Páginas) • 474 Visitas
Sobre la iniciación de las acciones
Nunca es beneficioso para un país dejar que una operación militar se prolongue por mucho tiempo. Esta es la máxima con la que el autor prosigue su disertación. La prolongación de una batalla, aun y cuando se lleve ventaja, es negativo para las tropas y para la operación militar en general. La movilización repetida de los pueblos durante las batallas conlleva muchos perjuicios. La escasez de alimentos, el difícil transporte desde lejanos lugares de provisiones. En consecuencia, un general inteligente lucha por desproveer al enemigo de sus alimentos. Cada porción de alimentos tomados al enemigo equivale a veinte que te suministras a ti mismo. Refiere que la apropiación del alimento del enemigo es altamente beneficiosa. Los mejores soldados deben ser premiados así como los prisioneros deben ser tratados como iguales para su posterior incorporación: Si utilizas al enemigo para derrotar al enemigo, serás poderoso en cualquier lugar a donde vayas.
Sobre las proposiciones de la victoria y la derrota
“Es mejor conservar a un enemigo intacto que destruirlo”. Los mejores guerreros atacan mientras los enemigos están proyectando sus planes. Hacer ver al enemigo que somos disciplinados. No se debe atacar una ciudad. La preparación de la batalla debe hacerse con tiempo. La coordinación planearse. Se deben estropear sus alianzas. Se luchará contra todos los bandos enemigos. Lo que resume en esta máxima: La victoria completa se produce cuando el ejército no lucha, la ciudad no es asediada, la destrucción no se prolonga durante mucho tiempo, y en cada caso el enemigo es vencido por el empleo de la estrategia. La fuerza debe manejarse bajo reglas como estas: si tus fuerzas son diez veces superiores a las del adversario, rodéalo; si son cinco veces superiores, atácalo; si son dos veces superiores, divídelo. Si tus fuerzas son iguales en número, lucha si te es posible. Si tus fuerzas son inferiores, manténte continuamente en guardia, pues el más pequeño fallo te acarrearía las peores consecuencias. Tienen tropas cuyos rangos superiores e inferiores tienen el mismo objetivo. Se enfrentan con preparativos a enemigos desprevenidos. Tienen generales competentes y no limitados por sus gobiernos civiles. Estas cinco son las maneras de conocer al futuro vencedor. Hablar de que el Príncipe sea el que da las órdenes en todo es como el General solicitarle permiso al Príncipe para poder apagar un fuego: para cuando sea autorizado, ya no quedan sino cenizas.
A pesar de que para mi parecer la primera máxima es altamente desconcertante –en una materia cuyo tema subyacente se presumiría la aniquilación del contrincante por la victoria misma-, el autor no ahonda mucho en su explicación. De hecho lo poco que le sucede a esta afirmación es hasta contradictorio. Posiblemente se trata de una conclusión de primera impresión, y la forma poco subjetiva de interpretar el término lo que causa mi confusión. ¿Qué quiso decir con conservar intacto? ¿Por qué no destruir al enemigo si hacerlo significa que ya no existirá más?
Si conoces a los demás y te conoces a ti mismo, ni en cien batallas correrás peligro; si no conoces a los demás, pero te conoces a ti mismo, perderás una batalla y ganarás otra; si no conoces a los demás ni te conoces a ti mismo, correrás peligro en cada batalla. Aquí una de las partes que resultarían para mi gusto en extremo interesantes: ¿a que se refiere el autor cuando señala que por el hecho de conocerse a si mismo se tiene aseguradas gran parte de las victorias? ¿Cómo es que debe cualquiera aprender a conocerse a si mismo? Este adagio tan famoso reincidente hasta los griegos, pero tan poco aprendido, lo repite una vez mas Sun tzu, aplicándolo tajante a la lucha por la vida.
Sobre la medida en la disposición de los medios
Hacerte invencible significa conocerte a ti mismo; aguardar para descubrir la vulnerabilidad del adversario significa conocer a los demás. La invencibilidad está en uno mismo, la vulnerabilidad en el adversario. Prever la victoria cuando cualquiera la puede conocer no constituye verdadera destreza. Todo el mundo elogia la victoria ganada en batalla, pero esa victoria no es realmente tan buena. Todo el mundo elogia la victoria en la batalla, pero lo verdaderamente deseable es poder ver el mundo de lo sutil y darte cuenta del mundo de lo oculto, hasta el punto de ser capaz de alcanzar la victoria donde no existe forma. No se requiere mucha fuerza para levantar un cabello, no es necesario tener una vista aguda para ver el sol y la luna, ni se necesita tener mucho oído para escuchar el retumbar del trueno. Si sólo eres capaz de asegurar la victoria tras enfrentarte a un adversario en un conflicto armado, esa victoria es una dura victoria. En consecuencia, las victorias de los buenos guerreros no destacan por su inteligencia o su bravura.
Esta parte me parece de un profundo contenido filosófico. Aquí parece empezar a percibirse la faceta intelectual del escritor, en la que antecede, a cualquier reflejo instintivo, la de la preparación mental. Asegura que Si eres capaz de ver lo sutil y de darte cuenta de lo oculto, irrumpiendo antes del orden de batalla, la victoria así obtenida es una victoria fácil. Prepara al guerrero a visualizar su propia victoria, dejando de lado, por increíble que parezca ya no digamos a la bravura sino a la inteligencia misma, como fuentes de la victoria. Es impresionante. Y descubrirlo por uno mismo resulta emocionante.
Este párrafo lo confirma: Así pues, las victorias que ganan en batalla no son debidas a la suerte. Sus victorias no son casualidades, sino que son debidas a haberse situado previamente en posición de poder ganar con seguridad, imponiéndose sobre los que ya han perdido de antemano.
Y parece coronarse con una parábola -si lo fuera- de importancia promisoria: un ejército victorioso gana primero y entabla la batalla después; un ejército derrotado lucha primero e intenta obtener la victoria después.
Sobre la firmeza
Gobernar sobre muchas personas como si fueran poco es una cuestión de dividirlas en grupos o sectores: es organización. Batallar contra un gran número de tropas como si fueran pocas es una cuestión de demostrar la fuerza, símbolos y señales. Se refiere a lograr una percepción de fuerza y poder en la oposición. En el campo de batalla se refiere a las formaciones y banderas utilizadas para desplegar las tropas y coordinar sus movimientos.
La famosa consigna maquiavélica divide y vencerás, ha encontrado su origen; segmentación se hace en las propias fuerzas de combate para crear ilusión. El autor lo plantea en diversas formas, en diversas situaciones; lo explica claramente. Las ventajas de
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