Liderazgo

El aspecto evolutivo del liderazgo

La evolución ha elegido ciertos mecanismos psicológicos que

hacen posibles tanto el liderazgo como la subordinación. El

liderazgo de la Edad de Piedra era situacional, fluido y distribuido.

Las tribus que tenía líderes prosperaban. En cambio, las

que no tenía líderes no prosperaban. Esto sucedía con todas las

actividades, incluyendo la reproducción, el único indicador

significativo del éxito evolutivo. Las tribus que contaban con

un líder eficaz, consensual y carismático superaban en número

a las tribus que carecían de líderes. Al final, los grupos que

carecían de líderes terminaban por desaparecer.

La subordinación, una clásica técnica de adaptación, precede

al liderazgo. Los bebés que copian las expresiones faciales de

sus madres ofrecen una señal temprana de liderazgo o subordinación.

Sigmund Freud investigó sobre esta característica en

el libro Moisés y el monoteísmo, escrito en la víspera de la

Segunda Guerra Mundial. Freud explicó el fenómeno Hitler

del siguiente modo: “Sabemos que la gran mayoría de la gente

tiene una gran necesidad de una figura autoritaria a la que

puedan subordinarse”.

La subordinación es instintiva. Hay muchos casos históricos

en los que la gente ha seguido automáticamente a un líder

demagógico. Las situaciones estresantes, que asemejan las

condiciones en las que se desarrollaba antiguamente la vida,

agravan esta tendencia. En estas situaciones, el instinto de

subordinación aflora y nos hace responder como marionetas.

Liderazgo evolutivo en el siglo XXI

La teoría evolutiva del liderazgo tiene sus implicaciones en la

vida moderna. Por ejemplo, la gente prefiere naturalmente

trabajar en entornos que se asemejen a las estructuras antiguas

en las que los “viejos experimentados” guiaban al grupo. Las

compañías pequeñas representan muy bien a los grupos

tribales en los que se reunían los seres humanos hace miles de

años. La mayoría de los grupos sociales (firmas pequeñas,

corporaciones gigantes o naciones) cuentan con un líder. Esto

se remonta a la prehistoria.

De acuerdo con la hipótesis de la sabana, la mayoría de la

gente prefiere que sus líderes sean altos y físicamente imponentes,

tal y como lo eran en tiempos antiguos cuando los

humanos saldaban sus disputas por medio de la intimidación

física, el combate y la guerra tribal.

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