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Literatura De Conquista


Enviado por   •  7 de Junio de 2014  •  6.750 Palabras (27 Páginas)  •  408 Visitas

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Literatura

Objetivos:

Que el alumno o la alumna pueda:

1. Reconocer las principales características de los testimonios literarios del descubrimiento, conquista y período colonial de América.

2. Crecer en hábito, sensibilidad y gusto por la lectura de obras de este período y descubrir cómo, además, nos permiten conocer diversos aspectos de la realidad latinoamericana contemporánea.

3. Crecer en habilidad para analizar textos literarios del período y para sistematizar el producto en comentarios y composiciones elaborados con sentido de creatividad y buen uso del idioma.

Contenidos:

1. La literatura del descubrimiento y conquista de América.

2. La literatura colonial de América.

1. La literatura del descubrimiento y conquista de América.

La expansión atlántica de Europa. Los españoles descubrieron América. Con el paso del tiempo, todo el continente fue llenándose de españoles y su cultura. México y Lima, las capitales de los virreinatos de Nueva España y Perú, respectivamente, se convirtieron en los centros de toda la actividad intelectual del siglo XVII. Los criollos superaron a menudo a los españoles en cuanto a la asimilación del estilo barroco predominante en Europa. Esta aceptación quedó de manifiesto, en el terreno de la literatura, por la popularidad de las obras del dramaturgo español Pedro Calderón de la Barca y las del poeta, también español, Luis de Góngora, así como en la producción literaria local. El más destacado de los poetas del siglo XVII en Latinoamérica fue la monja mexicana Juana Inés de la Cruz, que escribió obras de teatro en verso, de carácter tanto religioso (por ejemplo, El divino narciso, 1688) como profano. Escribió asimismo poemas en defensa de las mujeres y obras autobiográficas en prosa acerca de sus variados intereses.

La mezcla de sátira y realidad que dominaba la literatura española llegó también al Nuevo Mundo, y allí aparecieron, entre otras obras, la colección satírica Diente del Parnaso, del poeta peruano Juan del Valle Caviedes, y la novela Infortunios de Alonso Ramírez (1690), del humanista y poeta mexicano Carlos de Sigüenza y Góngora.

La mentalidad de descubridores y conquistadores. La mentalidad de los descubridores y conquistadores de América era que los habitantes del nuevo mundo eran seres inferiores, por lo que consideraron necesario someterlos por todos los medios posibles y explotar sus riquezas. Así se inicia un largo período de injusticias y crueldad. Injusticias y crueldades que se vio reducida y limitada por españoles de buen corazón ampararon a nuestros aborígenes (llamados indios o amerindios) Uno de estos hombres fue el fraile dominico Bartolomé de las Casas, quien defendió a los indios con verdadero espíritu cristiano. Este fraile consiguió que se promulgaran, el 20 de noviembre de 1542, las que fueron conocidas como Leyes Nuevas. En ellas se prohibía la esclavitud de los indios, se ordenaba además que todos quedaran libres de los encomenderos (quien tenía indios encomendados) y fueran puestos bajo la protección directa de la Corona. Se disponía además que, en lo concerniente a la penetración en tierras hasta entonces no exploradas, debían participar siempre dos religiosos que vigilarían que los contactos con los indios se llevaran a cabo en forma pacífica, dando lugar al diálogo que propiciara su conversión.

Al percatarse de la situación imperante en Chiapas, dispuso que nadie pudiera absolver a quienes tuvieran indios esclavos. Esto provocó reacciones extremadamente adversas. Las Casas excomulgó a los encomenderos y a quienes se oponían a lo dispuesto por él.

Fruto de sus experiencias en el nuevo mundo, Las Casas escribió un libro titulado Historia de las Indias. También escribió la Brevísima relación de la destrucción de las Indias, así como la obra que se conoce como Los dieciséis remedios para la reformación de las Indias. Redactó también los doce puntos de su Confesionario, que publicaría más tarde con el título de Avisos y reglas de confesores.

BREVÍSIMA RELACIÓN DE LA DESTRUCCIÓN DE LAS INDIAS (fragmento, texto adaptado)

Descubriéronse las Indias en el año de 1492. Fuéronse a poblarla al año siguiente cristianos españoles. A la primera tierra donde entraron para poblarla fue la grande y felicísima isla Española (isla de las Antillas), que tiene seiscientas leguas en torno. Hay otras muy grandes e infinitas islas alrededor, y todas estaban muy pobladas y llenas de naturales gentes. La tierra firme tiene de costa de mar más de 10000 leguas descubiertas, y cada día se descubren más.

Todas estas universas e infinitas gentes las crió Dios, sin maldades ni dobleces, obedientísimas y fidelísimas a sus señores naturales y a los cristianos a quien sirven; más humildes, más pacientes, más pacíficas y quietas, sin rencillas ni bullicios, sin rencores, sin odios, sin desear venganzas, que hay en el mundo. Son asimismo las gentes más delicadas, flacas y tiernas en complexión, y no pueden sufrir trabajos, pues más fácilmente mueren de cualquier enfermedad, que ni hijos de príncipes y señores entre nosotros, criados en regalos y delicada vida, no son más delicados que ellos, aunque sean de los que entre ellos son de linaje de labradores.

Son también gentes paupérrimas, que no poseen ni quieren poseer bienes temporales; y por esto no son soberbias, ni ambiciosas, ni codiciosas. Su comida es tal, que la de los santos padres en el desierto no parece haber sido más estrecha ni menos deleitosa ni pobre. Sus vestidos, comúnmente, son en cueros, cubiertas sus vergüenzas, y cuando mucho cúbrense con una manta de algodón, que será como vara y media o dos varas de lienzo en cuadra. Sus camas son encima de una estera, y cuando mucho, duermen en unas como redes colgadas, que en lengua de la isla Española llamaban hamacas.

Son limpios y desocupados y de vivo entendimiento, muy capaces y dóciles para toda buena doctrina; muy aptos para recibir nuestra santa fe católica y ser dotados de virtuosas costumbres, y son las que menos impedimentos tienen para esto, de las que Dios crió en el mundo.

En estas ovejas mansas entraron los españoles, desde que las conocieron, como lobos y tigres y leones cruelísimos por muchos días de hambre. Y otra cosa no han hecho desde hace 40 años, y lo siguen haciendo hoy, sino despedazarlas, matarlas, angustiarlas, afligirlas, atormentarlas y destruirlas con extrañas y nuevas maneras de crueldad. Y en tal grado lo han hecho que están desapareciendo. La isla de Cuba es casi tan larga como desde Valladolid a Roma; está hoy casi toda despoblada. La isla de San Juan y la de Jamaica, islas muy grandes y muy felices y graciosas, ambas

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