Los Problemas De La Instruccion En Las Democracias Burguesas
Enviado por zusi • 26 de Noviembre de 2012 • 1.287 Palabras (6 Páginas) • 2.560 Visitas
LOS PROBLEMAS DE LA INSTRUCCIÓN EN LAS DEMOCRACIAS BURGUESAS
El despunte industrial de algunos países europeos ocurrido a fines del s. XIX y la propuesta del socialismo como forma de organización social acontecida a finales del s. XIX y principios del s. XX. Sirvieron de base para las dos propuestas educativas muy generales a nivel mundial durante el s. XX: Por un lado la de las democracias y por otro la de los países socialistas las cuales establecen mecanismos reguladores de la educación con perspectivas diferentes entre sociedad y escuela .
Los teóricos de la educación John Dewey y Bertrand Russel, expusieron sus tesis en torno a la función de la escuela y de la dinámica interna y externa a la que se debía someter la institución escolar.
John Dewey cuestionaba fuertemente al sistema educativo europeo y proponía una relación directa entre los binomios educación producción y educación sociedad. El planteó que la finalidad de la educación, otorgada a los individuos debía estar encaminada a su participación directa en la sociedad, en términos positivos.
Bertrand Russel consideraba que el desarrollo individual puede combinarse con un mínimo de cohesión social y que la industrialización necesita de la cooperación de los individuos y de las naciones para prosperar. Por lo tanto la educación que se le otorgue al individuo debe estar acompañada de una formación ciudadana que le posibilite otro tipo de participación.
Bajo esta línea de pensamientos, se desarrolla la corriente del Neohumanismo europeo, el cual retoma la idea de la producción humana en todos los sentidos (cultural o científica), constituyendo la de una concepción educativa más amplia.
JOHN DEWEY, otra de sus características es la fuerte acentuación de la relación de interacción entre la vida social y la vida escolar. Como lo pregona en su juvenil credo pedagógico de 1897 en el cual apela constantemente:
Toda la educación se ha de socializar
La triple unidad moral de la escuela puede enunciarse como: Fin social, fuerza social é interés social.
La escuela antes que todo es una institución social.
La educación es el método del progreso y acción social.
La escuela es el instrumento más eficaz del progreso y reforma social.
El enseñante está comprometido no solo con la formación de individuos, sino en la formación de la justa vida social.
Evidentemente, “social” o socialidad no se refiere a socialismo, en el momento que existe una sociedad, por lo tanto existe una socialidad burguesa. Dewey en su insistencia en la función social de la escuela, se advierte un matiz de lo que se podría llamar ilusión pedagógica. La escuela y los enseñantes o la institución y los hombres de la sociedad, se convierten en el instrumento esencial para una vida social justa, muy diferente a la existente, en la que Dewey denuncia un abismo entre neos y pobres y la concentración del poder a que lleva el industrialismo: “Hasta que los instintos de construcción y de producción no sean sistemáticamente ejercitados en los años de la infancia y de la juventud…, no estaremos en condiciones de detectar la causa de nuestros males sociales y todavía menos de poner remedio a ellos”
Al proponer Dewey su ideal educativo en una conferencia de 1932; sintetizaba agudamente la historia pasada y futura de la escuela, definiendo el sistema de instrucción del viejo mundo “la escuela como monasterio”, con su enseñanza de las “tres erres” (Reading, (w)riting, (a)arithmetic: o sea leer, escribir y hacer cuentas) con su rígida separación de las materias, su discriminación y selección. Así mismo observaba, “se había intentado impartir a la mayoría la instrucción que en el pasado estaba destinada a unos pocos”, pero “un cambio revolucionario fue determinado en gran parte por el factor económico de la vida”, creándose así un sistema educativo vinculado a las experiencias concretas del trabajo; pero esto fue considerado por los conservadores con desprecio como una “instrucción de taller”.
Aceptando las críticas, Dewey reconocía que
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