MANUAL DEL ARBITRO DE BALONCESTO
Enviado por esabasu • 16 de Julio de 2015 • 2.927 Palabras (12 Páginas) • 483 Visitas
Introducción
La función principal de un árbitro es hacer que el juego se lleve a cabo con la menor cantidad posibles de interferencias, y su responsabilidad fundamental, cuidar la integridad física de los jugadores. El Baloncesto es un deporte de contactos y lógicamente por esos contactos habrá jugadores lesionados, pero estas lesiones deben ser el producto de un accidente, no del acto deliberado de querer causar daño.
Esta profesión implica algunas prácticas y actitudes de parte del árbitro con el juego y sus contendientes.
Los siguientes puntos se consideran para que el árbitro ejecute su trabajo satisfactoriamente.
El potencial de la presencia
El árbitro que a través de la influencia de su presencia hace que los jugadores eviten las violaciones de las reglas, ha logrado perfecta relación con el juego. Su influencia se siente, pero el no se nota.
Probablemente no haya una simple regla o características personales, las cuales cada oficial debe tener para lograr el acercamiento hacia esta relación. Ni tampoco es necesario que haya un patrón fijo. Así mismo, no hay dos juegos o situaciones iguales.
El árbitro por alguna combinación de características y a través de algún patrón que puede variar de juego a juego, crea una influencia que hace que los jugadores eviten la infracción de las reglas. Se establecen la confianza y la cooperación de alguna manera, los jugadores parecen darse cuenta que hay alguien que está cumpliendo con su trabajo, que está en el lugar correcto, en el momento correcto, que es justo, que es consciente, que entiende y siente el significado de cada situación.
Es interesante notar, que los árbitros establecen o fallan en establecer su influencia, al inicio del juego. La reacción inicial rara vez cambia. Por eso es tan importante que el árbitro tome control del juego en los primeros minutos, que esté cerca de la jugada, que sancione oportunamente indicando en forma rápida cual es el equipo que debe poner en juego el balón, al sancionar debe demostrar seguridad, firmeza, valor y en esa forma proyectar su personalidad, ganándose la confianza de jugadores y espectadores. Recordemos, es más fácil aflojar después que hemos sujetado firmemente, lo contrario hace que el juego se torne difícil.
Relación entre árbitro y jugador
Una relación personal que crea amistad y confianza no es antagonismo, es esencial para un control satisfactorio del juego. Se observa una relación armoniosa entre jugadores y árbitros sin saber exactamente como nació. Algunos árbitros lo han logrado por tácticas estrictas al empezar el juego, otros por medio de una actitud severa y firme, pero a la vez cortés y amable, y aún otros, por medio de un acercamiento cálido, placentero. Otros han llegado con un acercamiento autoritario, mientras que otros han sido más humildes y a la vez sinceros. Algunos han introducido temor en el corazón de los jugadores, pero con eso se han ganado su respeto.
Aquí nuevamente debe decirse, que los acercamientos correctos y adecuados deben encajar en la ocasión. Es decir del árbitro y su inteligencia, descubrir en cada juego cómo debe acercarse a los jugadores e influir de manera que el juego se lleve de acuerdo con las reglas que él tiene la obligación de hacer respetar. Algunos árbitros han utilizado un acercamiento correcto y adecuado que debe encajar en la ocasión. También cada individuo debe seguir el método que mejor le encaje en su propia personalidad. El arte de ser uno mismo y de ser capaz de influir el acercamiento correcto para cada situación, es el secreto para establecer la correcta relación.
Buenas relaciones públicas
Un árbitro puede hacer que los jugadores sientan su influencia y desarrollar las más firmes relaciones con ellos, pero al mismo tiempo ser odiosas para los espectadores. El amaneramiento del árbitro puede levantar el antagonismo del público. El árbitro que parezca excitado o que reaccione lentamente, o que parezca indeciso, o que no interprete sus decisiones o no las haga suficientemente claras para los espectadores, tendrá dificultad en establecer unas buenas relaciones públicas. Debe ser un hombre fuerte y silencioso, debe dominar la jugada, pero hacerse notar lo menos posible, debe recordar que el deporte fue creado para los jugadores y no para el.
El ser árbitro es uno de los trabajos más difíciles relacionados con el deporte. El árbitro debe estar concentrado en el juego cinto por ciento, él no tiene tiempo para analizar, tiene fracciones para decidir si existe o no infracción, por lo que no puede distraerse en ningún momento.
El ser árbitro es por mucos considerado una tarea mal agradecida y por otro lado, origina un reto dinámico para el individuo que ha heredado los atributos necesarios para ser un árbitro de élite y que ha desarrollado éstos hasta el punto donde se ha ganado la aclamación de los jugadores por su trabajo, hay una enorme satisfacción personal, que no se comparte con nadie y la íntima satisfacción de haber hecho cumplir la ley.
Requisitos de un árbitro
El arte de arbitrar depende grandemente de variantes humana, es bueno o malo, de acuerdo al grado al cual cada individuo tenga combinaciones favorables de estas variantes, junto con un entendimiento inteligente de la aplicación de las reglas. Aquí hablaremos de las cualidades personales más importantes que a la vez son los factores que ayudarán a proveer al potencial de su presencia. “La relación entre árbitro y jugador” y “Buenas Relaciones Públicas”, si se desarrollan y aplican con arte.
Las siguientes cualidades se enlistan en el orden de su importancia y en orden inverso del control que tiene el individuo sobre cada cualidad.
Tiempo de reacción
Esta cualidad se coloca primero porque uno tiene una rápida reacción o simplemente no la tiene.
El mejor método para ganarse la confianza de los jugadores es tomar decisiones al momento que el jugador está maniobrando. El jugador con frecuencia no se da cuenta del hecho que está cometiendo un foul o una violación. Si por ejemplo, un jugador está empujando ilegalmente y se le llama la atención al estar haciéndolo (arbitraje preventivo) tendrá el mayor respeto y confianza en el árbitro. Con frecuencia se sorprende al saber que ha desarrollado que es contrario a las reglas de
juego. Arbitrando bien, en lo que se refiere a tiempo de reacción, en ese caso, el árbitro está haciendo que el jugador esté consciente de los errores y por tanto, ayudándolo a corregirlos lo estamos educando y mejorando su juego.
Confianza
Hay muchos factores que reflejan la confianza de un árbitro y los cuales ganan la
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