Michael Foucault

La obra de arte que, como toda obra de arte, fue creada para ser observada, tiene dentro el misterio de convertir a su espectador en un observado por la obra misma ya que implícitamente se encuentra gravada la esencia del recreador y su intensión, resulta interesante y complejo a la vez como el arte o en este caso un cuadro puede llegar a conectar con lo más profundo del ser, conectando con las fibras de la conciencia desplegando todo un universo, diferentes dimensiones y espacios, todos contenidos en el cuadro sin dejar de desconocer a su vez la técnica y el mensaje histórico comprendido en esta obra.

Foucault va más allá de la imagen y su significación, prescinde de los datos históricos para explicar esta obra como una estructura de conocimiento en la que el espectador se hace partícipe dinámico de su representación, nos abre a través de su análisis, la imagen, de tal forma que adquiere múltiples dimensiones, para luego cerrar de tal forma que queda casi imposible añadir o desarrollar algo que Foucault no haya sabido decir de mejor forma.

Este capítulo tiene la característica en la cual el autor abre universos nuevos que cambian la perspectiva del mundo, la forma en que uno percibe y hasta el paradigma estético, la relación y el lenguaje que establece el sujeto con el objeto, es decir quien mira a quien en la obra, “donde está el sujeto y el objeto”, Por el hecho de que no vemos más que este revés, no sabemos quiénes somos ni lo que hacemos. ¿Vemos o nos ven? llegar a esto es algo muy admirable.

Partiendo de esto cabe afirmar con certeza que no se necesita ser un artista para entender el arte y por esto el arte se encuentra intrínseco en cada persona, y esta se alimenta del saber sentir, saber pensar, saber hacer.

Este texto también me llevaba a indagar y reflexionar la relación del arte y la línea del pensamiento filosófico que maneja en este caso el autor y descubro todo un tratado de las ciencias humanas, porque tanto en el texto, como en el cuadro el objeto de estudio en el primero y de representación en el segundo es el ser humano

Hay algo que también me llama mucho la atención, y es el poder o arte de la contemplación, Vivir en contemplación coloca al ser humano en la otra orilla, más allá de lo que la persona ordinaria puede vislumbrar. Significa salir de la rutina y recobrar la frescura de la vida de quien lo encuentra todo nuevo. Es vivir en cada momento todo lo que nos rodea como nuevo, puro y sencillo, morir al instante pasado y abrirnos al ahora presente descubriendo que Dios nos habla desde su obra artística en el lenguaje de toda la Creación, (y con ello no estoy refiriéndome, en modo alguno, al arte meramente "religioso" o "iconográfico") si no el arte como orden natural y la presencia de dios por sobre todas las rígidas estructuras, donde el orden establecido se debe respetar como principio fundamental.

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