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El pensamiento de Michael Foucault


Enviado por   •  1 de Septiembre de 2018  •  Ensayo  •  5.666 Palabras (23 Páginas)  •  386 Visitas

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El pensamiento de Michael Foucault

Ni historia ni cultura: simplemente arqueología

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Introducción

Michel Foucault fue un destacado pensador de la segunda mitad del siglo XX, pero cuyo reconocimiento no se manifestó en todo su esplendor sino después de su muerte. Sus teorías aún influyen en el pensamiento social y político crítico contemporáneo, de tal manera que diferentes disciplinas de las ciencias sociales y humanísticas no han podido eludir su influjo, tales como la filosofía, la teoría política, la psicología, la semiótica, la sociología, entre otras.

Foucault es reconocido por sus estudios críticos de las instituciones de la psiquiatría, la medicina, el sistema de prisiones, y su historia de la sexualidad humana. Su enfoque sobre las relaciones entre poder, conocimiento y discurso es parte de su acervo teórico y de debate actual.

En la década de 1960 se le asociaba al estructuralismo, del que luego tomó distancia y se le vinculó al post-estructuralismo y al post-modernismo, negándose a ello y se auto-clasificándose como seguidor de Kant, en tanto su pensamiento elaboró una crítica histórica de la modernidad[1].

Este trabajo pretende conocer los principales aspectos teóricos del pensamiento de Foucault, haciendo un breve recorrido a su genealogía y las contribuciones que realizó a las ciencias sociales, como asimismo mencionar algunas diferencias con la ortodoxia marxista. Finalmente se expresan algunas reflexiones personales de los autores de este trabajo.

Su perfil biográfico

Michel Foucault nació el 15 de octubre de 1926, se incorpora al Partido Comunista francés de 1950 gracias a la influencia que Louis Althusser ejerció sobre él.

Su vida, relativamente breve, estuvo marcada por acontecimientos que también impactaron a la humanidad a mediados del siglo XX, y muere a causa del VIH/SIDA en 1984, dejando una huella incuestionable en el pensamiento social contemporáneo

Estudió filosofía occidental y psicología en la École Normale Supérieure de París, después de haberse sometido a tratamientos terapéuticos para enfrentar la depresión que lo llevó a varios intentos de suicidio. Precisamente el conocimiento que adquiere por su propia experiencia le permitió luego destacarse en el conocimiento de la bio-política.

Se graduó con una tesis sobre historia de la locura en la época clásica, que fue publicada en 1962 en tres tomos. Durante esa década, se hizo cargo de los departamentos de filosofía de las Universidades de Clermont-Ferrand y Vincennes.

El año 1970 fue profesor de Historia de los Sistemas de Pensamiento. Recibió influencias en su pensamiento, como se verá más adelante, de pensadores tan importantes como los alemanes Friedrich Nietzsche, Martin Heidegger y Karl Marx, asimismo como del francés Sigmund Freud.

El pensamiento de Michel Foucault

Foucault se introduce en una perspectiva del conocimiento que escapa a lo propiamente “historicista” y que define como “arqueológica”. Un enfoque que le permite estudiar la forma en que el ser humano conoce la realidad y construye sus significados. Según él mismo, “esta investigación arqueológica muestra dos grandes discontinuidades en la episteme[2] de la cultura occidental: aquella con la que se inaugura la época clásica (hacia mediados del siglo XVII) y aquella que, a principios del siglo XIX, señala el umbral de nuestra modernidad” (Foucault, 1988, pág. 7).

Esa misma categoría “arqueológica” es la que le utiliza para definir la primera de sus tres etapas en el desarrollo de su pensamiento:

  1. La etapa arqueológica, en la que se dedicó a conocer el desarrollo histórico de los discursos sociales respecto a ciertas políticas de exclusión que afectaban a los enfermos, a los locos y a los delincuentes. Así, en 1960 publica “Locura y civilización”, obra en la cual estudia el proceso de modificación que sufre el concepto de "locura" y la oposición entre razón y locura que se hace notar a partir del siglo XVII, evidenciando la necesidad que tienen las culturas de establecer límites entre ellas y la creación de instituciones para llevar a cabo la política de exclusión: el hospital, el manicomio y la cárcel. La sociedad “sana”, “cuerda”, o “normal”, que justifican la exclusión de ciertas poblaciones ejerciendo un poder que se constituye en un sistema de control social perverso y represivo, del cual la sociedad es cómplice.

Este poder se manifiesta inicialmente con el examen del individuo enfermo, loco o antisocial. “El examen combina las técnicas de las jerarquías que vigilan y las de las sanciones que normalizan. Permite calificar, clasificar y castigar” (Foucault, 2003, pág. 171).

La locura considerada en el pasado casi como una inspiración divina, en la cultura occidental fue reprimida y clasificada como enfermedad, encerrando y archivando al loco.

La misma suerte corría el enfermo al tener que someterse al control de un poder superior: la medicina, el facultativo, la institución hospitalaria, con sus respectivos mecanismos de “sanación” y terapias, muchas veces mal encaminadas o con resultados fatales.

El antisocial, que delinque, atenta contra las normas de convivencia social, y por ello la sociedad, sin importar de qué modo, ha establecido un patrón de conductas apropiadas que no puede ser vulnerado, dado que los infractores están sometidos de antemano a los mecanismos de vigilancia y corrección (la cárcel).

Esta primera etapa del pensamiento crítico de Foucault lo encaminan a desarrollar una crítica profunda a algunas concepciones acerca de la historia humana, que se explicita con claridad durante su segunda etapa del desarrollo de su pensamiento, la etapa en la que se enfrenta con la modernidad.

  1. La segunda etapa del pensamiento de Foucault, puede ser conocida con claridad en su obra “Las palabras y las cosas’’ escrita en 1966, desarrollada en diez capítulos, en los que señala que todas las ciencias que estudian o tienen como objeto al ser humano, son producto de “mutaciones históricas” que de alguna manera reorganizan su saber, pudiendo recrear un conjunto epistemológico que define en todos los dominios los límites y condiciones de su desarrollo.

La Historia ha existido mucho antes de la constitución de las ciencias humanas; desde el fondo de la época griega, ha ejercido un cierto número de funciones mayores en la cultura occidental: memoria, mito, trasmisión de la Palabra y del Ejemplo, vehículo de la tradición, conciencia crítica del presente, desciframiento del destino de la humanidad, anticipación del futuro o promesa de un retorno. (Foucault, 1988, pág. 356)

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