Modelos de Evaluación Docente.
Enviado por Eliseo Valdez Rojo • 3 de Junio de 2016 • Apuntes • 1.535 Palabras (7 Páginas) • 263 Visitas
“La evaluación del docente y su utilidad para la mejora de su práctica”
Por: Eliseo Valdez Rojo
Introducción
En este trabajo buscamos en primer lugar clarificar algunos conceptos clave que se deben tomar en cuenta al momento de evaluar la actividad docente. Estos conceptos son los de buen docente, buen desempeño docente y buenas prácticas docentes. Esta última concepción lleva a replantear el rol docente por el de un facilitador del aprendizaje que, además de atender la enseñanza y el aprendizaje, cuide el equilibrio psicológico y afectivo de sus alumnos, la integración social, entre otras cualidades.
En segundo lugar, las exigencias de la Reforma Integral a la Educación Media Superior (RIEMS), plantean la necesidad de un nuevo rol del docente por lo que se deben establecer modelos que evalúen su desempeño de manera integral. El modelo de evaluación de 360 grados nos parece pertinente para evaluar a los profesores y profesoras del nivel medio superior ya que pone especial atención a la persona humana del profesor, motivándolo hacia la adaptación de innovaciones educativas, al intentar concretar una buena práctica docente y conseguir una utilidad efectiva del proceso como recurso de promoción y perfeccionamiento docente.
Algunos conceptos clave en la evaluación docente
Siempre es de reconocer que al evaluar la actividad docente se busca conformar un “buen docente”, la “buena enseñanza” y el “buen desempeño docente”, se requiere discutir sobre el sentido y la finalidad de estas concepciones. Como bien lo señala Bain (2007) no se puede seguir aceptando la idea de que un buen profesor es el que prepara para el examen.
La categoría de “buen docente” a nuestro juicio incluye diferentes perfiles, considera contextos socioculturales, engloba a profesores y profesoras, puede reflejar niveles o trayectorias formativas, por lo es de entenderse que no hay una única forma de ser un buen docente.
Al hablar de evaluación los maestros debemos de participar en la construcción de la noción compartida de “buen docente”. Es de entenderse que éstos no pueden navegar solos en esa travesía sino que se requiere de la participación de las instituciones y las políticas educativas, a fin de que la noción refleje el conocimiento del profesor sobre los principios en que debe basarse su ejercicio profesional (UNESCO, 2000). Como bien precisan Barrera y Myers (2011) también es importante definir, con la participación de los profesores, la “buena práctica”, evitando al máximo modelar prácticas que reduzcan la autonomía de los profesores, coarten su creatividad y lo dificulten a adaptarse a contextos diferentes.
En un sistema educativo determinado por un único modelo de “buena práctica” se evita la posibilidad de la diversidad, de la creatividad, la innovación y la flexibilidad, por lo que debe de admitirse, sustituyendo esta categoría, la noción de “buenas prácticas docentes”, de tal forma que se considere la posibilidad de distintas vías para el ejercicio profesional docente y al mismo tiempo se privilegie a partir de la evaluación la función del profesor como generador de ambientes formativos.
Estos ambientes formativos requieren de un replanteamiento del rol del docente. En el momento actual un profesor no puede pensar que su tarea se reduce simplemente en dar sus clases. Además de saber su asignatura, hoy se le pide al profesor que sea un facilitador del aprendizaje, pedagogo eficaz, organizador del trabajo del grupo y que, además de atender la enseñanza, cuide el equilibrio psicológico y afectivo de sus alumnos, la integración social, su formación sexual, etc. (Esteve, 2009).
Además de reconocer y validar la diversidad de los perfiles docentes y de las buenas prácticas docentes también deben atenderse por parte de las autoridades educativas los ambientes contextuales en las que el docente desarrolla su labor para que se favorezcan su desempeño. Estas condiciones deben traducirse en instituciones y aulas dignas, bien equipadas, con servicios básicos, internet, bibliotecas, materiales y recursos didácticos, condiciones laborales apropiadas, salarios, estímulos, formación y actualización pedagógica y profesional, entre otros. En tanto que estas condiciones no sean solventadas, las evaluaciones que se realicen no tendrán un impacto positivo para los docentes, los alumnos, ni para las instituciones.
Como mejorar la práctica docente: El modelo de evaluación de 360 grados
Como ya lo hemos precisado la evaluación docente busca perfeccionar el quehacer docente por medio del desarrollo de procesos de reflexión crítica y autocrítica, a través de formas establecidas de analizar el desempeño docente. El modelo de evaluación de 360 grados analiza el comportamiento y conducta del profesor, motivándolo hacia la adaptación de innovaciones educativas, al intentar concretar una buena práctica docente y conseguir una utilidad efectiva del proceso de enseñanza y de aprendizaje como recurso de promoción y perfeccionamiento docente.
El objetivo de este modelo es el de generar un sistema de gestión del desempeño docente que busca evaluar a los profesores de una forma integral, considerando los siguientes componentes: evaluación por autoridades académicas, evaluación por parte de los estudiantes, autoevaluación, evaluación por pares académicos y por último, aprovechando las plataformas gestoras, elaboración de portafolios electrónicos. Con estos cuatro elementos se satisface el modelo de evaluación de 360 grados y se permitirá el desarrollo profesional docente en beneficio de todos los estudiantes. (Obando, et. al., 2014)
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