Monografia Orizaba
Enviado por villagran666 • 13 de Junio de 2014 • 6.524 Palabras (27 Páginas) • 543 Visitas
ORIZABA
Ciudad mexicana del estado de Veracruz, Situada en una fértil región de plantaciones azucareras y productoras de café, a 1,230 m. de altitud, es un centro turístico e industrial; que su base obrera es soportada por la industria cervecera, mercantil establecida y ambulante. Es cede del Instituto Regional de Bellas Artes de Orizaba (1957). Entre sus principales edificaciones se encuentra los templos de la Concordia, el Carmen, Santa Gertrudis y la parroquia de San Miguel Arcángel que ha sido nombrada Catedral de la región.
Teniendo como marco natural una ramificación de la imponente Sierra Madre Oriental y como fondo la majestuosa montaña de eternas nieves, el Citlaltepetl, se encuentra el Valle de Orizaba en el centro del estado de Veracruz Llave; lugar hermoso que es atravesado por varios ríos. Aquí podemos observar la naturaleza en todo su esplendor, ríos, montañas, flora, fauna muy variada, pero también grandes avances que se han conseguido con el trabajo de todos los que habitamos, las industrias, el pequeño comercio, los artesanos, agricultores, el bombero, policía, barrendero, los estudiantes, los maestros, servicios municipales, todos han trabajado para hacer que nuestra comunidad sea digna.
I. UBICACIÓN GEOGRÁFICA
Los límites correspondientes a la jurisdicción sanitaria de Orizaba son los siguientes: Al Norte y al Oeste, el estado de Puebla; al Este, Veracruz; al Norte y al Este Córdoba; Al Sur Zongolica y los estados de Puebla y Oaxaca.
La cabecera del municipio está limitada al Norte por Ixhuatlancillo, Mariano Escobedo, Santa Ana Atzacan y la Perla, al sur por Rafael Delgado, al este por Ixtaczoquitlan y al Oeste por Río Blanco.
II. LA PALABRA ORIZABA
La palabra Orizaba deriva de la voz primitiva tlaxcalteca indígena Ahauializapan, que sufrió las siguientes variaciones: Aulicaba, Abricaba, Oricahua, Ulizaba, Olizaba y Orizaba. Está compuesto del sustantivo Ahauializtli que significa alegría y la preposición Apan que significa “en o sobre el agua”. El uso de esa voz primitiva todavía se conserva entre los indígenas que la aplican a los baños que toman en los meses de Mayo y Junio, en medio de la más desbordante alegría. Literalmente quiere decir: “Alegría en o sobre el agua, Valle de la Alegría”.
Los primeros pobladores que llegaron al Valle de Ahauializapan, es muy probable que pertenecieran a la raza de los Toltecas, que ya poblaban Anahuac en 648 d.C., y que, aniquilados por el hambre, la peste y las derrotas emigraron a las regiones del Mediodía pasando por este Valle. Íntimamente ligada a la historia de los Toltecas, está la inmortal leyenda de Quetzalcoatl con la que principia la Historia de Orizaba.
III. HISTORIA DE ORIZABA (1478-1519)
Al pisar playas mexicanas, el ilustre Cortés, después de exploraciones de Hernández al Oriente del Imperio y Juan de Grijalva, existían al Oriente del Imperio Azteca grandes y pobladas provincias sujetas a él.
Quetlchtlan (Cotaxtla), que se extendía desde las márgenes del Papaloapan hasta el Río de las Canoas; Veracruz llamado Chalchiuhuacan, el señorío de los totonacas que ocupaba toda la extensión comprendida entre aquel río y Huastecapan (Huasteca) y corría hacia el Oriente, 22,288 km., más allá de Zacatlán, en el Departamento de Puebla, estaban como el resto del país completamente pobladas. En toda esta demarcación política se hallaba la populosa ciudad de Zampoallan, cuyos edificios cayeron de plata los primeros conquistadores, y punto donde Cortés comenzó en dar muestras de sus prendas políticas.
Cabe ahora preguntar ¿De dónde vinieron los primeros pobladores de esos lugares y los del valle de Ahuializapan?
Todas las regiones septentrionales periódicamente han producido tribus errantes que impulsadas por las aspiraciones de su bienestar, se han alejado de sus países nativos, para ir a establecerse al mediodía.
A la historia de los toltecas que desaparecieron como parecen destinadas a desaparecer las razas que desde épocas remotas se han establecido en México, y de cuya ruina está amenazada la nuestra propia, se refiere la hermosa leyenda de Quetzalcoatl, nombre que simbolizó con la gracia y sencillez de las épocas fabulosas de todos los pueblos primitivos, la edad de oro de las razas indias de estas regiones.
Quetzalcoatl, según la leyenda, fue blanco, alto de estatura, de frente espaciosa e inteligente, de poblada barba y rizada cabellera, la poesía como se ve, reunió en este tipo, todas las bellezas de que carecía el tipo de las razas de estos países, pero que su imaginación adivinaba y comprendía.
La Serpiente Armada de Plumas, que tal es la significación del nombre de Quetzalcoatl, fue gran sacerdote o Pontífice de Tula, capital del Imperio Tolteca; nada faltaba a ese hombre extraordinario para alcanzar la veneración de las generaciones que en vida lo respetaron y después de su muerte le tributaron honores divinos.
Nunca pudo oír hablar de la guerra sin horrorizarse de ella. En tanto que existió, la naturaleza prodigaba sus dones que celebraban la presencia del profeta.
El profeta aspiraba a la inmortalidad y una bebida misteriosa que le ofreció Tezcatlipoca, envidioso de sus prosperidades, él avisó el deseo de ir al imaginario país de Telpalla, a donde fue acompañado de multitud de discípulos que le obsequiaban con música y festejos. Llegó a Cholula y permaneció allí durante veinte años después de los cuales se dirigió a Ahuaializapan.
El célebre profeta rodeó la montaña ardiente del Poyauhtecatl (Pico de Orizaba) y se dirigió a Quetlchtlan, donde se embarcó en una canoa, cuya popa ostentaba dos víboras entrelazadas. De ahí se dirigió al mar, al Suroeste de Coatzacoalcos y desapareció.
Aquí parece que acaba la peregrinación de Quetzalcoatl, más la tradición afirma que murió en estos lugares, en que se le tributaron los honores fúnebres con inusitada magnificencia.
Sus restos mortales fueron llorados al punto más elevado de la Montaña Ardiente o Volcán Orizaba.
Vestido de sus ropas más valiosas, colocado en una pira, fue consumido por el fuego. Entonces sus cenizas se elevaron al cielo, formando una espesa nube, en torno a la cual revoloteaban pájaros de riquísimos plumajes, modulando sus alegres cantares, que en vida tanto agradaban al profeta.
“El espíritu de Quetzalcoatl transformado en Quetzal (Pavoreal) triunfalmente se remontó al cielo. Al descender, el sol se nubló, y por espacio de cuatro días, densas tinieblas cubrieron la tierra”.
“La
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