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PARCIAL MODELO


Enviado por   •  23 de Abril de 2014  •  3.043 Palabras (13 Páginas)  •  514 Visitas

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UNIVERSIDAD NACIONAL DE SGO DEL ESTERO

ESCUELA PARA LA INNOVACIÓN EDUCATIVA

LIC. EN EDUCACION PRIMARIA

SEMINARIO DE ACTUALIZACIÓN Y PROFUNDIZACIÓN PEDAGÓGICA

SEDE: EL DORADO

DOCENTE: Marcia Santi de Agüero

PARCIAL INTEGRADOR

APELLIDO Y NOMBRE: ……………………………………..LEGAJO Nº………..

1.- Fundamente las posturas de Emilo Tenti Fanfani en: “El Oficio de Docente” y de Andrea Alliaud – Estanislao Antelo en: “Los Gajes del Oficio”, en relación a la construcción de subjetividad pedagógica en el ejercicio de la profesión y del oficio de ser maestro hoy. Elabore luego, el perfil del docente de Nivel Primario, en un esquema de contenidos.

Emilio Tenti Fanfani en su libro el oficio docente, pone de manifiesto la desvalorización que la sociedad hace de los docentes, si nos ponemos a analizar el rol que ha ocupado el maestro dentro de la sociedad hace aproximadamente unos 30 años atrás, el maestro y el profesor universitario ocupaba un status social y cultural elevado, se estimaba su saber, su abnegación y su vocación.

Pero lamentablemente en la actualidad, la sociedad postmoderna se basa en una escala de valoración donde el tener ocupa el primer lugar dejando de la lado al ser.

En este tipo de sociedades, el valor monetario y de rentabilidad hace que al docente se lo menosprecie a tal punto que es solamente visto como la persona que no ha sido capaz de desempeñarse en otros ámbitos con mejor retribución económica.

Esta desmoralización hace que el docente se enfrente a una crisis de identidad de tal manera que en países más desarrollados como Francia, Alemania o Inglaterra donde hay otras alternativas laborales, empiece a escasear el profesorado y se hace difícil el reclutamiento de jóvenes en ciertas disciplinas.

Si la sociedad ve al docente como la persona que ha sido incapaz de dedicarse a algo mejor y que por eso enseña no está viendo la verdadera importancia de este rol, que serían de las sociedades sin los docentes que son los intermediarios entre el conocimiento elaborado desde hace mucho tiempo y los niños y adolescentes.

Donde sino en la escuela el niño conoce reconoce trasforma y moldea ese conocimiento que se les ayuda a alcanzar para que puedan participar activamente dentro de la sociedad.

Esta crisis de identidad se agudiza aún más con la poca paga que recién los docentes, que teniendo mucha vocación también deben sobrevivir junto a sus familias en una sociedad consumista.

Este autor habla de los problemas cotidianos que atraviesa el docente al punto que parece que cuenta nuestra propia experiencia, cuando menciona que se deben mejorar las condiciones de trabajo dentro de las escuelas, vemos como la incorporación masiva de alumnos en un sistema educativo que no está preparado para atender a un grupo heterogéneo que tiene serias dificultades para seguir el ritmo de la enseñanza, alumnos con serias lagunas de aprendizajes y otros tantos que no quieren estar en la escuela, el docente se ve desbordado de actividades y lo peor es que no sabe cómo impartir su enseñanza, ya que desde el profesorado no ha recibido una buena formación, la clase expositiva en el que nosotros mismos hemos sido formados predomina la clase y esta tiende al fracaso.

El sistema educativo en estos momentos está cambiando hacia una educación para la inclusión pero el otro gran paso el de formar al docente para que pueda manejar este tipo de situaciones todavía no se ha llevado a cabo y por eso el docente se siente desorientado, sobresaturado y en muchos casos obsoleto.

Como dice Carol Tomlinson en su libro el aula diversificada, el docente debe conocer múltiples estrategias que le permitan organizar exitosamente la clase.

El objetivo es que el alumno aprenda y no solo algunos de ellos, sino todos y para eso hay que programar actividades de aprendizajes variadas unas de otras para que el alumno se implique en ellas.

Es necesaria una formación permanente que sea planificada desde el contexto político y administrativo, para que el docente que ha sido formado en un sistema ya obsoleto pueda acomodarse a las nuevas exigencias educativas de una enseñanza no selectiva, centrada en la formación de alumnos y no en la exclusión.

Las capacitaciones, cursos, jornadas siguen siendo controversiales para la sociedad ya que no se ve al docente que quiere mejorar e incorporar nuevos conocimientos sino se lo observa como alguien que no quiere trabajar, que se va a esos encuentros a tomar mate o mirar cartillas. Ni siquiera se valora el esfuerzo que conlleva sacrificar la vida personal y familiar a favor de una educación de calidad, sin mencionar que toda esta actualización sale del bolsillo del docente nuevamente.

También se observa la fragmentación del rol docente, la nuestra actividad diaria se le sumaron otros tantos compromisos en los que debemos desempeñarnos, como planificar, evaluar, reciclarse, investigar, orientar a los alumnos, atender visitas de los padres, organizar actividades extraescolares, asistir a variadas reuniones de coordinación entre seminarios, ciclos y niveles, vigilar edificios, materiales, comedores, entre otros tantos quehaceres que debemos realizar.

El autor expone que esta fragmentación es uno de los elementos de los problemas de la calidad de nuestro sistema de enseñanza.

Se le exige al docente que asuma nuevos papeles y que enfrente nuevos retos pero siguen siendo formados como hace más de 50 años atrás, sin incluir los aportes de las nuevas investigaciones en cuanto a conocimiento y didáctica, nuevos docentes preparados como hace muchos años es una de las paradojas más evidentes de lo mal que esta nuestra educación.

Si a todo esto expuesto con anterioridad le sumamos que no sabemos cómo definirnos profesionalmente, si no contamos con una identidad profesional, la cosa se agrava, debemos poner las manos en la masa como diría mi abuela, y desde nuestra propia vivencia ir definiendo y perfilando el tipo de docentes que queremos ser, pero no al extremo de seguir una idealización del docente, cosa que ocurre muy a menudo con los docentes novatos, que tienen muy en claro lo que no deben hacer en las aulas pero poco saben de lo que deben hacer.

Tan malo son las idealizaciones que se las toma como dogma de fe, el docente que no cumple con esas expectativas tan altas que casi son imposibles de alcanzar que cae en la depresión y la desesperación o autocompacion, el yo no puedo, no valgo o no sirvo para esto es moneda corriente.

Como señala Fernandez Cruz la identidad docente se alcanza tras consolidar un repertorio pedagógico y tras un periodo

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