PEDAGOGIA

Pedagogía Afectiva

APRENDIZAJE AFECTIVO

La época actual tan compleja y cambiante es, producto de una revolución científico-técnica sin precedente en la historia que a través del computador, los satélites, las comidas deshidratadas, el control remoto, los tejidos sintéticos y tantos otros resultados de la investigación ha entrado definitivamente en nuestros hogares, instalándose en la cotidianidad de nuestra existencia, sin saber muchas veces cómo ni porqué se ha producido semejante orden de cosas. Vivimos en un mundo unido por un cable satelital, donde conviven la opulencia con la miseria, el saber y la ignorancia.

Y esto es así puesto que el escenario de la globalización ha penetrado en la sociedad y en la escuela universalizando todo. Los estudiantes de nuestra institución no son ajenos a esta realidad. Todos ellos ven los mismos programas, escuchan la misma música, cantan las mismas canciones, comen los mismos «combos»y visten las mismas ropas. Sin embargo, sigue siendo difícil convalidar estudios, trabajo y disciplina. En este sentido, la era de la informática y la comunicación global es también la era del inmediatísmo, del facilismo, del sin sentido y de la soledad de los individuos. También, es la era de los contrastes de saberes, conocimientos y modos de vida cotidiana[1].

Frente a este mundo de encanto tecnológico en necesario recuperar el interés por formular utopías y definir nuevos paradigmas, donde los jóvenes junto a sus padres diseñen y asuman el desarrollo humano con actitudes y valores que los haga crecer en responsabilidad, trascendencia, autonomía y convivencia.

Esta realidad impacta nuestra institución y nuestro quehacer como educadores, pues ahora los estudiantes pueden acceder al conocimiento y a la información por múltiples rutas y desde diferentes lugares. La escuela hoy no es el único centro del conocimiento y del aprendizaje.

La escuela salesiana, conciente de esta realidad, desde hace varios años ha iniciado un proceso de mejoramiento curricular, que busca una reestructuración y conceptualización pedagógica, metodológica y didáctica de nuestra práctica educativa y formativa. Esta reestructuración inicia con la capacitación de los docentes a través de espacios de reflexión como PROFORTES. En segundo momento está la elaboración comunitaria y ejecución de un plan de estudios vivencial e interdisciplinar que supere el fraccionamiento del conocimiento y el enciclopedismo desconectado de la vida de los estudiantes, concertando experiencias que los motiven a desear hacer lo que tiene que hacer, de manera que se apropien de herramientas que le permitan integrarse a la sociedad y comprometerse con ella para la construcción de cambios significativos, desarrollando en ellos las competencias afectivas como el amor así mismo, el amor a los otros y amor al mundo y al conocimiento.

Para el logro de esto, debemos apropiarnos

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