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Pedagogia


Enviado por   •  27 de Agosto de 2013  •  2.169 Palabras (9 Páginas)  •  323 Visitas

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CAPÍTULO I

Pedagogía y educación

¿Qué significa ser pedagogo hoy? Esta no es una pregunta fácil de responder; de partida —al formularla— algunos habrían dicho "educador" y no "pedagogo", otros hablarían de profesores, docentes, maestros, en fin, la lista puede ser mayor. Las propias instituciones formadoras de educadores no han logrado alcanzar una respuesta satisfactoria a esta pregunta y empiezan a ser el blanco de las críticas por la calidad de sus egresados, con la consi-guiente merma, se dice, en los avances y éxitos de la Reforma Educa¬cional. Por un lado, la reflexión llevada a cabo por los especialistas del currículum ha sugerido una renovación permanente y profunda de los fines, contenidos y metodologías a incorporar en la formación de profesores. Y, por otro lado, las múltiples demandas sociales de las últi¬mas décadas ejercen una presión considerable en torno a cuáles deben ser las capacidades y características de los nuevos profesionales que el sistema escolar requiere.

En los hechos, la formación de pedagogos ha intentado modificar reiteradamente su malla curricular, sin embargo, nos parece que tales cambios se han dado sin abandonar un conjunto clásico de coordena¬das paradigmáticas. Más claro aún, los cambios curriculares implementados no han hecho más que reforzar la naturaleza limitada e insatisfactoria que muchos reconocen en la pedagogía tradicional. Por ello, es necesario reflexionar sobre algunas cuestiones fundamentales que radican en lo que entendemos por pedagogía, educación y, luego, sobre las concepciones paradigmáticas que están en juego en el universo conceptual de lo que significa ser pedagogo.

a. Todos educan, algunos son pedagogos

La pedagogía se refiere a aquella reflexión sistemática en torno a la educación. Se trata de un tipo de reflexión que conlleva una doble dimensión:

I.Dimensión filosófica: asociada a una concepción sobre lo que es la educación (el conocimiento y el aprendizaje), una con¬cepción de la sociedad (o el contexto en el que se educa) y, sobre todo, una concepción de los roles que les corresponde jugar al educador y al educando.

II. Dimensión científica: referida al uso del método científico para abordar, explicar y comprender la educación.

La pedagogía recurre al aporte de varias ciencias de la educación (psicología educacional, antropología educacional, etcétera), pero tam¬bién cuenta con disciplinas y saberes instrumentales propios (curri¬culum o evaluación educacional, por ejemplo) (Manganiello, 1977).

Por su parte, la educación se nos presenta como un fenómeno com¬plejo y multidimensional relacionado con la reproducción social. En cuanto proceso social —como subsistema social— la educación posee varias funciones sociales conocidas: dotar de personalidad social a los actores, transmitir saberes y conocimientos considerados culturalmente legítimos, preparar para el mundo laboral, formar a los futuros líderes y ciudadanos, entre otras (Gilbert, 1997). La educación existe princi¬palmente en la escuela, institución social que actúa como la responsa¬ble mayor de la formación de los nuevos actores a lo largo de su desarro¬llo (léase jardín infantil, colegio, universidad, etcétera). Lo importante es entender que hay educación (aprendizaje) en todos los rincones de la sociedad, no sólo en la escuela (Romans; Petrus y Trilla, 2000).

El curriculum es la disciplina de la pedagogía que se preocupa del problema de hacer posible la práctica pedagógica a través de la selec¬ción y operacionalización de los saberes y conocimientos —tomados de la cultura y de la ciencia— que se van a transmitir a través del acto educativo. En este sentido, el curriculum lleva implicada una deter¬minada concepción pedagógica, una declaración precisa de fines y objetivos, una estrategia formativa pertinente y unos procedimientos tecnológicos de planificación y evaluación.

La didáctica, por su parte, se concibe como una disciplina pedagó¬gica que aborda el proceso de enseñanza y aprendizaje en una perspec¬tiva crítica y técnica con el propósito de generar aprendizajes eficientes y eficaces. Se trata de una dimensión marcadamente instrumental de la educación en la que convergen las complejidades de cada saber o cien¬cia a enseñar (didácticas especiales) con los principios pedagógicos y psicosociales del problema de cómo y para qué provocar aprendizajes.

b. Pedagogía y valores

Tal como hemos sugerido anteriormente, el problema central de los tiempos actuales resulta ser la falta de cohesión social y una falta de conciencia colectiva, cuyo fundamento son los valores. La crisis de la modernidad sería, en consecuencia, la crisis de los valores. Se trataría de que la hipersecularización y la sobrerracionalización, que han mini¬mizado el conjunto de creencias y valores que mantenía unida a la sociedad, no permiten enfrentar la sociedad actual, fragmentada por la multietnicidad, la pluralidad cultural, por una economía que inte¬gra en el nivel de mercados mundiales, pero no al interior de la socie¬dad. Ciertamente, hay más comunicación, más educación, nuevos dise¬ños urbanos, pero sigue tratándose de una "modernidad de segunda clase" que margina a muchas personas.

La pedagogía está inmersa en este contexto crísico. Como activi¬dad humana y social, ella enfrenta el desafío de un mundo en donde los metarrelatos y los grandes ideales se han desvanecido. En este escena¬rio, la pedagogía necesita revitalizar la reflexión sobre los valores para ser capaz de enfrentar la crisis de sentido que vivimos hoy. Esto es impor¬tante pues la pedagogía, por definición, debería apuntar a un mundo mejor y más justo (contando con una definición de hombre a la cual adherir y aspirar).

Pero, ¿de dónde retomar esos perdidos valores? Ciertamente, de la filosofía y de todo el discernimiento axiológico históricamente acu¬mulado y, más específicamente, de la Filosofía Educacional (que cum¬ple con la responsabilidad de orientar a la educación en su afán de hu¬manizar al hombre). La pedagogía necesita urgentemente de esta orientación, al menos, de un modo más nítido a como lo ha venido ha¬ciendo hasta ahora. Sabemos que las grandes ideas filosóficas influyen en el desarrollo científico de la educación y, por ende, es claro que los complejos problemas que afectan a la educación y a la pedagogía están y seguirán siendo motivo de reflexión.

Hacer educación o pedagogía sin una visión de la vida, del hom¬bre y su destino, sin una idea clara de la naturaleza y su relación con el hombre, es un riesgo de transformarse en una técnica que no estaría en condiciones de resolver problemas relacionados con la conducta humana ni ofrecer una visión de perfección.

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