Pensamiento Crítico

Pensamiento Crítico: ¿Qué es y por qué es importante?

En el ensayo escrito por el Dr. Peter A. Fancione nos habla de lo que la sociedad puede llegar a ser enseñándolas a tomar sus propias decisiones, en muchos aspectos en los que pueden llegar a contribuir a nuestro entorno social y convertirse en un bien público.

Nuevamente se aclara también el hecho de que, ser una persona educada y con juicios acertados, no es garantía de tener éxito en la vida, pero como en el texto de Oscar de la Borbolla, ¿Qué es pensar?, están de acuerdo con que ofrece mayor posibilidad de alcanzar este éxito deseado.

Me atrajo la forma en la que el Dr. Comenzó a plantear la definición de pensamiento crítico. Buscando una definición abstracta y “universitaria”, con la que los alumnos pudieran entender mejor el pensamiento crítico, comenzó con hacer que el lector identificara algunos conceptos con personas que conocía para ir asociando y posteriormente entender mejor el concepto. Esto hizo llamar mi atención y ver el texto más dinámico.

Sobre el cambio de vida de los pensadores críticos, me gustó la frase de la cita que ponen de John Chaffee, autor de Critical Thinking, que dice: “El pensamiento crítico es la manera como me defino a mi mismo... Estas ideas tienen significado”. Me pareció que esta expresión era la manera en como las personas que son buenos pensadores y les gusta lo que son, se expresaría de manera cotidiana. Para mí es la forma de alentar el trabajo y el “querer ser” un pensador crítico.

El autor sigue haciendo que el lector asocia los mejores pensadores que él conoce con sus habilidades para considerarlos así. Fue importante que después de tanta dinámica y preguntas en el texto, continuar exponiendo que el pensamiento crítico puede ser una tarea colaborativa, pero no competitiva. Enlistar las cualidades que tenía un buen pensador: ser claros, lógicos, reflexivos y abiertos, fueron las más importantes.

Ya entrados en el buen pensador crítico, nos cuestiona el caso del amigo cuya mente es imparcial para algunas cosas, y estrecha para otras. Retomamos entonces de él las cosas que son buenas para nuestro juicio porque creemos que contribuyen a actuar racional y lógicamente respecto a algún problema o asunto, entonces las incluimos en el concepto de pensador crítico.

Después tomamos las malas, malas porque creemos que van en contra de la razón, y que cierran tajantemente la mente de otras personas. A este le llamamos pensamiento pobre o no crítico.

Yo hice la lista de personas que, basándome en mi juicio, eran buenos pensadores críticos, que si bien fueron muy pocas, pero pude diferenciarlos de los de pensamiento pobre o no crítico y así resaltar las habilidades que poseían los buenos pensadores, de los no críticos. Lo vi como una “hipótesis”, porque más tarde el autor nos expone las habilidades del pensamiento crítico, y es así como en verdad comprobamos nuestra idea del bueno y malo pensador crítico.

Las habilidades cognitivas, que son lo esencial en el pensamiento crítico, no todos podemos tenerlas, o en el caso de que sí, no todos las ponemos en práctica. Por eso no somos buenos pensadores críticos.

Cito otra frase del libro de Ann Rice, The Vampire Lestat que dice “Preguntar realmente es abrir la puerta a un torbellino. La respuesta puede aniquilar la pregunta y a quien la formula.” Con esta frase lo primero que se me vino a la mente fue el momento en el que el Maestro Echeveste en alguna de las clases de Fundamentos de la Pedagogía mencionó que entre más cosas aprendíamos, más descubríamos lo ignorantes que éramos.

Liga después las definiciones de interpretación,

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