Ponencia Padres de Familia
Enviado por Jose Augusto Valdez Miramontes • 17 de Enero de 2019 • Ensayo • 1.148 Palabras (5 Páginas) • 116 Visitas
FORTALECIMIENTO DEL MARCO LEGAL E INSTITUCIONAL PARA GARANTIZAR LA PARTICIPACÓN EFECTIVA DE LOS PADRES DE FAMILIA EN EL PROCESO EDUCATIVO DE LOS ALUMNOS DE EDUCACIÓN BÁSICA.
La actividad educativa, por su propia naturaleza transformadora se ha desarrollado históricamente inserta en escenarios de una alta complejidad con respecto a los ámbitos en los que influye. Conforme avanza el desarrollo de la sociedad, siendo esta su principal elemento de influencia, las demandas también incrementan, lo que conlleva a que la escuela se transforme y consolide como un núcleo de referencia para el cambio. Por consecuencia es necesario dotarle con elementos eficientes para atender las nuevas necesidades que el propio avance social genera; permitir su permanencia de elemento transformador de las generaciones, promoviendo la creación y el fortalecimiento de las características requeridas a los ciudadanos de estos tiempos, pero conservando el cumplimiento a los marcos reguladores establecidos.
En los últimos años, las nuevas herramientas tecnológicas, sobre todo las de la información y la comunicación, han permitido que la sociedad acceda de forma plena a una mayor cantidad de elementos para la toma de decisiones. Más allá de las discusiones que pudieran establecerse en torno a la brecha digital, es innegablemente, que los ciudadanos a los que aspiramos formar en la educación básica ahora, poseen características y posibilidades completamente distintos a los de hace una década. Tener una sociedad y por consecuencia alumnos más informados, no en todos los casos necesariamente representará per se ventajas para la escuela, pues se han potenciado problemáticas que no se suscitaban previo al acceso a la información que se tiene en esta era del conocimiento.
La existencia de fuentes digitales de información al alcance de los alumnos sin la estricta vigilancia de adultos, genera situaciones como: acceso a pornografía, acoso virtual, y coloca a los menores ante una serie de riesgos derivados de la exposición en la red; incluso problemas que minimizamos como lo es la adquisición de información errónea o tergiversada en los propios portales cibernéticos.
También, es innegable el avance que existe en la creación de un marco normativo y cultural que garantiza y promueve el respeto a los derechos fundamentales del ser humano. En el caso particular de los niños que transitan por la educación básica, se han creado legislaciones, instituciones, órganos de vigilancia y protocolos tendientes a la defensa de los derechos de los niños y adolescentes, los cuales tienen como principal espacio de aplicación la escuela, atribuyendo la promoción y vigilancia de estos procesos al personal escolar, lo que finalmente les convierte en responsables de que se cumplan las referidas determinaciones, e incluso generándoles responsabilidades normativas por omisión en su observancia. Y aunque es innegable el avance que este conjunto de elementos legales e institucionales han promovido eficientemente en favor de una cultura de respeto a los derechos humanos; no podemos soslayar que se ha omitido una adecuada orientación para consolidar una cultura en el cumplimiento de las obligaciones individuales, y que sean estas el fundamento para el ejercicio de las garantías individuales. Es evidente que los alumnos tienen claridad respecto a sus derechos, y a la manera en que estos se pueden ejercer y garantizar; sin embargo no observan la misma conducta cuando se trata de atender sus responsabilidades.
Lo anterior inhibe un impacto positivo de la escuela en los alumnos, sobre todo si aunamos que derivado de los procesos laborales y dinámicas sociales, los padres de familia han delegado de forma importante, parte de su responsabilidad en la conducción del proceso de desarrollo de sus hijos a la escuela. Ahora la exigencia se orienta hacia las instituciones educativas, demandando de ellas el logro de aspectos que competen exclusivamente al núcleo familiar, llegando al extremo en que lejos de constituirse como elementos de coadyuvancia al proceso educativo, los padres de familia requieren al docente el cumplimiento de situaciones que no abonan al logro del perfil de egreso, y si fortalecen una cultura del no cumplimiento a los deberes del niño y adolescente.
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