Recursos Humanos
Enviado por feli2475 • 14 de Mayo de 2014 • 2.743 Palabras (11 Páginas) • 184 Visitas
Como novela de ciencia ficción, así empieza este increíble libro. Lleva a la mente a transportarse a las diferentes realidades que vivieron en su tiempo, los niños explotados de continentes olvidados. Una gran cantidad de sindicatos, organizaciones religiosas, entidades de derechos humanos y periodistas críticos de todo el mundo observan con atención los manejos aberrantes de las empresas gigantescas que ocultan sus atrocidades. Gracias a la voz de muchos que no callan las injusticias y sacan a la luz las irregularidades de estas empresas, poco a poco una gran cantidad de información se ha filtrado en las noticias de todos los países y siguen haciendo eco las voces de aquellos que no callan. Aquellos que quieren oír y no cierran los ojos o voltean la cabeza, pueden cerciorarse de la verdad sobre tantos temas.
En este libro se ha recopilado las noticias que más han resonado en el globo y gracias a la astucia de un par de investigadores, se han revisado por medio de Internet y se ha podido obtener documentos que hasta el momento habían pasado inadvertidos a nuestros ojos, artículos de periódicos, informes comerciales de las propias multinacionales, cuyo contenido fue analizado en este libro.
A través de toda esta investigación se abren los ojos de cualquier persona, sea cual sea la edad, religión, raza o creencia, ya que no existe clasificación que divida la única raíz que todos compartimos, ya que todos somos el mayor de los recursos que esta tierra posee, todos somos humanos. El desprecio por los derechos elementales en el comercio es una realidad de la que no escapa nuestra región, las relaciones globales de explotación por parte de las multinacionales se aprovechan de la mano de obra barata que ofrecen los países del tercer mundo. Esta forma despiadada busca el lucro en las áreas de indumentaria, electrodomésticos alimentos y combustibles, así como también en los bancos y las grandes industrias de todo tipo, incluyendo las grandes anomalías en la industria farmacéutica y por último pero no menos importante por estar al final es la realidad que está detrás de los juguetes de estas cajitas “felices”, los cuales suelen producirse en condiciones inhumanas.
Las multinacionales invierten miles de millones para cuidar la imagen de sus llamativas marcas. Tanto así que los deportistas mejores pagados del mundo perciben mayor cantidad de ingresos por ser la imagen de una marca y por sus anuncios publicitarios, que por las ganancias de sus competencias o salarios brutos que aún así son ya exorbitantes. Para colmo de todo lo cuerdo, estas empresas giran estos miles de millones en publicidad para ahorrar en las condiciones de producción de sus preciados logos. Como si no fuese poco y como consecuencia, surgen relaciones laborales inhumanas, trabajo indigno en medio de la pobreza extrema de los países que no tienen vísperas del tan ansiado desarrollo y los ya reiterados incumplimientos a las condiciones de las naciones unidas, tratados internacionales de cooperación y violaciones a los derechos humanos. En todos estos casos y en los que ni la mente llega a imaginar pero están ocurriendo en todo el globo, en cada rincón del planeta, el compromiso social de estas trasnacionales no es más que un truco publicitario para ocultar su verdadera realidad.
Me ha llamado poderosamente la atención que los países más ricos en potencia, los que tienen a su haber las riquezas más increíbles e impresionantes del mundo, los que tiene piedras preciosas, metales nobles y raros, mantos acuíferos, riquezas ecológicas inigualables, todos estos países, son explotados por no tener la tecnología suficiente y precisa para poder extraerlos y explotarlos por si solos. En cambio para contradicción de lo razonable, países como Japón, que no tiene recursos naturales y que en lugar de ello deben robarle terreno al mar para hacer islas y poder habitar, roban a mano armada con intereses, las riquezas de los países que no son potencias mundiales como ellos.
Dos casos importantes que se mencionan son los países de Hungría y el Congo. Estos países son casos concretos que se logran vislumbrar entre impresionantes declaraciones de los mismos autores donde descubren por cuenta propia, cómo se benefician de las violaciones a los derechos humanos empresas que son grandes y conocidas. Donde corren el riesgo de hacerse pasar por negociantes inescrupulosos para llevar a cabo las investigaciones: Klaus Werner se transformó en traficante "virtual" de materias primas y así descubre una multinacional alemana conocida llamada Bayer en el financiamiento de una guerra que cobra millones de vidas en el corazón de África, si… una África que grita y gime con dolores como los de una madre dando a luz, al ver a sus hijos, los hijos de la tierra, sufrir los arrebatos de la industrialización, la voracidad de sus otros hijos, que por un puñado de metal, venden lo que no les pertenece, venden el agua que brota de sus venas, venden su cuerpo, este cuerpo que es la tierra. Como si fuese una película de terror, un hijo que toma el cuerpo de su madre y miembro por miembro, precioso como un todo y en parte, saca hasta el último grito de su madre aún con vida. Saca con cinismo sus ojos de laguna y los pudre con químicos industriales, saca sus dientes de perla y los regala a los cerdos, extirpa de su vientre su sangre vital y la deja correr como si no le importase a nadie, a vista y paciencia de muchos esta madre grita con dolor, no por lo que le hacen, si no porque son sus hijos los que le hacen estas atrocidades.
En donde quedó el amor a nuestra propia madre la tierra?, será que se cumplen las profecías de nuestros hermanos los Xiuxs? Será que el ser humano nunca aprenderá a respetar lo que no le pertenece? Hasta cuándo vamos a ver basura industrial en nuestros ríos, continentes completos hechos de basura que viajan en el mar, hambre en los ojos de los justos y en los huesos de nuestros hijos? Lagunas negras de petróleo en los océanos, ballenas encalladas por la peste de nuestras manos, nuestros hermanos más pequeños atrapados en los plásticos de nuestras cervezas, hijos de la tierra que se han vuelto egoístas del regalo del creador, ensimismados, inescrupulosos, egoístas, todo por un poco de metal, por un cero más en su cuenta electrónica, por nuestra avaricia hemos regalo todo por nada, se nos olvidó que ni un cabello de nuestra cabeza nos pertenece. Alguien o algo nos engañaron al creer que podíamos ser eternos en esta tierra, que no morimos, que no envejecemos y que lo que atamos con nuestras manos nadie lo hereda. Pues la laguna cristalina donde mi abuelo pescaba, el río donde mi padre sacaba agua para beber, el cielo que veo en las mañanas, no son ni serán los mismos que nuestros hijos y los hijos de nuestros
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