Referedum Agosto 2012

Puertorriqueño, este próximo 19 de agosto tienes un compromiso el cual no debes evadir. Por el contrario debes afrontarlo acudiendo a los colegios electorales para dejarte sentir en la consulta sobre las propuestas enmiendas constitucionales. Tradicionalmente el electorado suele ser apático a este tipo de procesos a pesar de que la decisión que se tome puede tener mas trascendencia que la que solemos tomar cada 4 años en las elecciones generales. Este domingo aprobaremos o rechazaremos dos enmienda a nuestra ley suprema, la Constitucion de Puerto Rico. Esta ha regido nuestras vidas durante los últimos 60 años. En ese entonces, ilustres puertorriqueños de todas las líneas ideológicas echaron sus diferencias a un lado para crear nuestra Carta Magna. Trabajaron arduamente y diseñaron un documento que serviría al bienestar del pueblo por décadas. En la misma se establecieron los principios que regirían a nuestro gobierno, bajo un sistema donde el poder estaría dividido entre tres ramas. Se delineó la composición del poder ejecutivo, legislativo y judicial. También se consagraron los derechos de los individuos, como el derecho a la vida, a la propiedad, a la libre expresión, a la libertad de prensa, a la libertad de culto, el derecho a un juicio justo y rápido y el derecho a la fianza, entre otros. La Realidad del Puerto Rico del 2012 no es la misma del PR de la década del cincuenta. Ante este hecho, el gobierno de turno nos presenta la oportunidad de enmendar nuestra ley suprema para desde su punto de vista atemperarla con nuestros tiempos y hacerla así más útil y ágil ante nuestras necesidades. Como consecuencia, en este país donde la política es el deporte nacional, la mayoría de la población ha asumido una postura referente a las propuestas enmiendas basada en los parámetros dictados por los líderes políticos de su predilección. Te invito a que de la misma forma que a mitad del siglo 20 un grupo de puertorriqueños se unieron para diseñar la Constitución, dejando atrás las diferencias que los separaban, tú evalues ambas propuestas, desvistiendote y rompiendo las ataduras que tu línea partidista o ideológica impulsa.

La primera enmienda propuesta nos presenta la oportunidad de reducir la composición de la asamblea legislativa. Así reza el texto en la papeleta que recibirás el próximo domingo: "De aprobarse esta enmienda, el número de legisladores en la Asamblea Legislativa de Puerto Rico se reduciría de 78 a 56 miembros. Especícamente, el número de senadores se reduciría de 27 a 17 y el número de representantes de 51 a 39. Para alcanzar esta reducción en el número de legisladores, se aumentarían de 8 a 11 los distritos senatoriales y se reducirían de 40 a 33 los distritos representativos. Paralela a esta disminución de legisladores, el número total de miembros del partido o los partidos de minoría que deberá tener el Senado se reduciría de 9 a 6 y en la Cámara de Representantes de 17 a 13." En esta propuesta debes votar "NO". De primera intención la misma puede parecer simpática. En las últimas décadas la imagen del legislador se ha lacerado y la calidad de los componentes de los cuerpos legislativos es tan baja que la palabra honorable les debería ser despojada. Teniendo presente este hecho, nos puede agradar la idea de reducir el número de escaños legislativos. El problema radica en que una decisión de dicha embergadura no puede ser tomada a la ligera. Podríamos perder mucho más de lo que ganaríamos si favorecemos esta reducción. Puede ser peligroso para nuestro sistema democrático el concentrar mucho poder en pocas personas. También es oportuno señalar que ante dicha reducción, será más difícil que miembros de grupos minoritarios, ya sea de naturaleza política o social alcancen una posición legislativa.

A finales de la década pasada se consultó al pueblo en un ejercicio futil donde se favoreció contundentemente el transformar el poder legislativo en uno unicameral. En aquel entonces me opuse a dicha medida por la misma razón que lo hago con la que hoy nos ocupa. Yo podría favorecer cualquier propuesta encaminada a reformar la legislatura siempre y cuando no se concentre el poder en menos personas. Se podría estudiar la posibilidad de retornar al sistema del legislador ciudadano, donde similar a como ocurre en las legislaturas municipales, los miembros de los cuerpos legislativos son personales con sus oficios que dedican un tiempo a las labores legislativas. No es necesario enmendar la Constitución para realizar este cambio. También se podría eliminar en un 100% las dietas que los legisladores reciben y que al igual que la mayoría de los puertorriquenos solo reciban un sueldo por el puesto que ocupan. También se debería eliminar el estipendio que reciben para su vehículo. Que se costeen su transportación como la inmesa mayoría de los trabajadores. La ostentosidad y privilegios que estos poseen me hace concluir que para ellos ser servidor público significa ocupar una posición en el gobierno de PR para servir a sus propios intereses individuales. Más allá de cualquier enmienda que se proponga o implemente, es responsabilidad del elector intentar elegir los mejores hombres y mujeres para que ocupen un escaño legislativo. Si muchos personajes nefastos han ocupado un lugar en la legislatura es culpa del pueblo que los llevó a dicha posición. Tienes que evaluar concienzudamente antes de otorgarle a cualquier individuo el privilegio de representarte en la asamblea legislativa y el poder de transformar para bien o mal nuestras vidas. Por otro lado, tienes que entender que es ridículo y poco inteligente pensar que los mejores hombres y mujeres para conformar estos cuerpos se encuentran en un solo partido político.

La segunda enmienda que se nos presenta pretende limitar el derecho a la fianza en ciertos casos de asesinato. Así reza el texto que recibirás en la papeleta este próximo domingo: "De aprobarse esta enmienda, todo acusado tendrá derecho a quedar en libertad bajo fianza antes de mediar un fallo condenatorio excepto: los acusados de asesinato cometido con premeditación, deliberación o acecho; los acusados de asesinato cometido en medio de un robo en el hogar; los acusados de asesinato

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