SER O TENER CONSUMISMO ESA ES LA CUESTIÓN

SER O TENER,¿CONSUMISMO?

¡ESA ES LA CUESTION!

El dilema que tuvo Hamlet, fue el de “SER O NO SER”. Así fue como lo planteó el dramaturgo inglés Shakespeare en su obra dramática del siglo XVII. En nuestra actualidad el dilema para muchos jóvenes, se manifiesta como: Soy si tengo, sino tengo no soy. Porque en la sociedad contemporánea la importancia de un individuo prima fundamentalmente en lo que tiene, dejando relegado a un segundo orden sus valores morales y basando su felicidad en la adquisición material de artículos y objetos.

Cuando sabemos que hemos incurrido en el consumismo?

La gran mayoría de las personas somos críticos de ello, pero nunca miramos nuestro comportamiento individual, como se dice popularmente siempre miramos la pajilla en el ojo ajeno.

Mirando en retrospectiva, en qué momento de la historia de la humanidad, ésta situación comenzó a ser de gran relevancia?

Debemos tener en cuenta que el ser humano desde el comienzo de su existencia ha tenido unas necesidades básicas de consumo como; alimentarse, vestirse, tener refugio, aliviar sus enfermedades entre otras. A raíz de esto se dio un proceso evolutivo donde el hombre ayudándose de la ciencia y la tecnología ha cambiado y revolucionado su entorno de manera tal, que lo que antes parecía imposible y complicado, ahora se hace simple, cómodo y rápido, mejorando notablemente su estilo y calidad de vida. Facilitándose a su vez el acceso a bienes y servicios que en otrora solo fueran privilegio de unos cuantos.

A mediados del siglo XX cuando la producción en masa, derivada del capitalismo, y el afán de los grandes emporios del planeta por vender sus productos, se empezaron a crear nuevas necesidades para el hombre, haciéndolas ver necesarias, cuando en realidad no lo son. Y es así como las industrias emprenden sus estrategias empleando como objeto principal campañas de Marketing y publicidad.

Es cuando ésta última entra a jugar un papel de gran importancia, en el modo de cómo los seres humanos comenzamos a desarrollar una cultura de consumo desmedido y desenfrenado, de bienes y servicios que a la larga no sirven de nada, dándose inicio a la tan comúnmente llamada Sociedad de Consumo, entendiéndose como:

“ Las sociedades en las que el consumo de los ciudadanos (Demanda), se orienta y se dirige en función de las exigencias de la industria y no a la inversa, como había sucedido tradicionalmente”

A través de los medios de comunicación es como las industrias emprenden suntuosas campañas de mercadeo, a fin de llamar la atención de los consumidores, principalmente los jóvenes, quienes son el blanco perfecto, a quienes llegan a influenciar tanto, que absorben su voluntad y estos terminan convertidos en una copia del sistema publicitario impuesto por los monopolios industriales, generándose estereotipos y modelos de vida, estableciendo conductas esquematizadas de actitud y comportamiento, imponiendo estándares de moda que los jóvenes terminan admirando y creyendo que son dignos de imitar, llegando a un punto donde no tienen la autonomía de pensar por si mismos, ni la capacidad de tomar decisiones propias, adquiriendo una pérdida de identidad al igual que un desarraigo y sentido de pertenencia hacia su propia cultura y tradiciones locales.

Esto también causa problemas emocionales y daños en su salud física y mental, aminorando su autoestima, aumentando su inseguridad produciéndoles stress o depresión. Terminando como títeres a merced de los tentáculos de manipulación de los medios y de quienes a través de estos ofrecen cubrir y solucionar cualquier tipo de problema o necesidad; cuál hada madrina con su barita mágica, recurriendo muchas veces a la publicidad engañosa. Dándole importancia solo a vender y acaparar el mercado, sin tener en cuenta las consecuencias que puedan ocasionar a los consumidores de dichos productos.

“El producir, usar y tirar se convierte en la necesidad de descubrir, experimentar

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