Salida Pedagogica
Enviado por giadcano • 3 de Noviembre de 2014 • 3.193 Palabras (13 Páginas) • 264 Visitas
Fundamentos y proceso de adaptación
¿Qué es A Crecer?
El modelo A Crecer, del cual el Ministerio de Educación Nacional tiene los derechos de uso, hace parte del Programa Nacional de Alfabetización y Educación Básica para Jóvenes y Adultos, que se viene implementando en el país, dirigido a todas aquellas personas, jóvenes y adultas analfabetas mayores de 15 años. Con éste se busca garantizar el acceso y la permanencia de esta población en el sistema educativo formal, orientando la consolidación de competencias básicas y ciudadanas fundamentales para el desarrollo personal, familiar y social, logrando así el mejoramiento de la calidad de vida.
En este sentido, el Modelo desarrolla el proceso de alfabetización y nivelación de la básica primaria y está dirigido a jóvenes y adultos. Se orienta al desarrollo de la productividad y la participación social, mediante un conjunto de componentes y diversas actividades que articulan el conocimiento local de los participantes con los saberes universales. Las áreas básicas del plan de estudios se integran a través de temáticas relevantes y pertinentes para los alumnos y el papel de los facilitadores es favorecer un aprendizaje grupal y autodirigido.
¿Por qué se inició A Crecer?
A continuación se presentan varias consideraciones que justifican el diseño del modelo A Crecer como una alternativa pertinente para la alfabetización y la educación básica primaria de jóvenes y adultos.
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Es importante partir de la consideración de la alfabetización como un aprendizaje indispensable en el mundo moderno, en el acceso a la condición plena de la ciudadanía y en la posibilidad de desarrollo integral. Frente a esto, Colombia enfrenta el reto de reducir los altos índices de analfabetismo de su población, que según el Censo de 2005 era del 9.6% para personas mayores de 15 años.
Por otro lado, en las diferentes regiones, la disminución progresiva de la cacería, la pesca y los suelos, producida por la economía extractiva, requiere el desarrollo de nuevas alternativas productivas, para las cuales el acceso a la cultura escrita es una condición importante. Diversas instituciones y proyectos han adelantado programas de transferencias de tecnología agropecuaria, pero su labor se ha visto frenada, en parte, por los bajos niveles de alfabetización de la población beneficiada.
De igual forma, la creciente urbanización de las poblaciones necesita de las competencias proporcionadas por la educación básica, para procurar una participación más activa en programas de mejoramiento de su calidad de vida, con aportes para una mejor alimentación, salud, relaciones humanas, saneamiento básico, entre otros. También las familias experimentan procesos profundos de cambio, para los cuales es importante reflexionar y encontrar alternativas de vida.
Hace unos años, muchas personas que adelantaban estudios en las regiones aspiraban a ser empleados del Estado. Hoy, la reestructuración del sector oficial hace poco viable esta aspiración y se requiere una educación que abra perspectivas y no cree dependencias. También es importante tener en cuenta que las posibilidades de contratación en empresas privadas en las regiones se ven frenadas por el analfabetismo y la carencia de muchas de las competencias de la educación básica.
Por otra parte, es necesario fortalecer a la sociedad civil, contribuyendo a la organización comunitaria y a la participación social, con lo cual se movilizan los procesos de intervención significativa y la transformación de las condiciones de las comunidades. Así, los programas y proyectos que diferentes instituciones adelantan en las regiones también son beneficiados por el aporte de una educación básica de jóvenes y adultos basada en la producción y la participación social.
¿Cómo se fundamenta A Crecer?
En primer lugar, el modelo A Crecer se fundamenta en el derecho a la educación que tienen todos los ciudadanos de Colombia, como lo señala la Constitución Política de 1991. Así mismo, tiene en cuenta las leyes y los decretos que reglamentan la educación para jóvenes y adultos.
En ese sentido, es necesario hacer referencia al capítulo II de la Ley 115 de 1994, en donde se define la educación para adultos como aquella que se ofrece a las personas en edad relativamente mayor a la aceptada en la educación por niveles y grados del servicio público educativo, que deseen suplir y completar su formación o validar sus estudios. Allí también se establecen sus objetivos: a) adquirir y actualizar su formación básica y facilitar el acceso a los distintos niveles educativos; b) erradicar el analfabetismo; c) actualizar los conocimientos, según el nivel de educación; y d) desarrollar la capacidad de participación en la vida económica, política, social, cultural y comunitaria.
En desarrollo de la mencionada ley, el Decreto 1860 de 1994 determina que la educación básica se podrá recibir sin sujeción a grados, y no necesariamente de forma presencial, por la población adulta o las personas que se encuentren en condiciones excepcionales debido a su condición personal y social, haciendo uso de las disposiciones de validación que se dicten para tal fin.
De igual forma, el Decreto 3011 de 1997, en el artículo 2, estipula que la educación de adultos es “el conjunto de procesos y de acciones formativas organizadas para atender de manera particular las necesidades y potencialidades de las personas que por diversas circunstancias no cursaron niveles y grados del servicio público educativo, durante las edades aceptadas regularmente para cursarlos o de aquellas personas que deseen mejorar sus aptitudes, enriquecer sus conocimientos y mejorar sus competencias técnicas y profesionales”.
manual pedagógico y operativo│7
En el artículo 3 de este mismo decreto se plantean los principios básicos de la educación de adultos, en los cuales se base el modelo A Crecer:
▪▪El desarrollo humano integral.
▪▪La pertinencia: los conocimientos, saberes, habilidades y prácticas deben valorarse e incorporarse en el desarrollo de su proceso formativo.
▪▪La flexibilidad: atender al desarrollo físico y psicológico del joven y del adulto, así como a las características de su medio cultural, social y laboral.
▪▪La participación: el proceso formativo debe desarrollar la autonomía de los participantes, así como un sentido de la responsabilidad que les permita actuar creativamente en las transformaciones económicas, sociales, políticas, científicas y culturales, participando de forma activa de las mismas.
Por su parte, el artículo 4 refuerza las anteriores ideas y especifica la alfabetización como “un proceso formativo tendiente a que las personas desarrollen la capacidad
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