TRABAJO PRÁCTICO TRABAJO Y CIUDADANÍA.
Enviado por patriwhite • 30 de Marzo de 2017 • Apuntes • 4.150 Palabras (17 Páginas) • 315 Visitas
Esc. Sec. N°3
Trabajo y Ciudadanía
Prof. Patricia Curcio
Trabajo Práctico Grupal
Fecha de entrega: Martes 12 de julio (inamovible)
Criterios de evaluación:
- Analizar y comprender textos de mediana complejidad
- Investigar y elaborar conclusiones en forma autónoma de acuerdo la bibliografía brindada
- Expresar con claridad y coherencia lo solicitado en las preguntas de investigación tanto en forma escrita (en carpetas) como en forma verbal.
- Presentar el trabajo en una carpeta completa y ordenada (en hoja A4, letra arial 11, interlineado 1,5, con carátula de presentación, sin faltas de ortografía y respetando tiempos verbales), consignando Escuela, materia, e integrantes del grupo ( no más de cuatro). Consignar un título adecuado.
- Respetar la fecha de entrega inamovible.
- Defender el trabajo en forma oral. (todos los integrantes del grupo deben poder responder las preguntas si trabajaron en conjunto)
- Citar adecuadamente fuentes de información
- Concurrir a clase el día de la presentación .
El informe de Bialet Massé- La mirada de Luis García Fanlo
En 1904 el entonces presidente Julio A. Roca encarga a Juan Bialet Massé que viaje por el país y redacte un “Informe sobre el estado de las clases obreras argentinas” al efecto de fundamentar las propuestas políticas que la elite intelectual positivista había elaborado al efecto de “regenerar” la sociedad e implementar una serie de reformas legislativas tendientes a regular las relaciones entre el capital y el trabajo: promulgación de un “Código de Trabajo” (antecedente y matriz de las leyes sindicales del peronismo) y crear un “Departamento Nacional del Trabajo” (del cual surgiría décadas más tarde el Coronel Juan Perón como “Primer Trabajador”). En su época las organizaciones anarquistas y sindicalistas rechazaron de plano estas reformas por considerar que sujetaban al movimiento obrero y a los trabajadores a la tutela estatal quitándoles su independencia de clase al regimentarla legalmente.
Hace un par de años se hizo un documental sobre el citado Informe elogiándolo como un ejemplo de denuncia de las condiciones de vida de los trabajadores, que incluso apoyaron diversos exponentes de la izquierda; el documental concluía que nada había cambiando desde entonces hasta nuestra actualidad. Yo hago otra lectura del famoso Informe, cuyos datos seguramente describían ciertamente la condición obrera de aquellos tiempos, no en su contenido sino en su matriz discursiva, es decir, en su forma, porque justamente es el discurso de Bialet Massé el que informa cualquier interpretación posible de su Informe.
¿Cuál era el discurso que Bialet Massé enuncia en su Informe para “explicar” por qué las cosas son como son? En un registro que evoca el discurso positivista que articula biología, psicología social y sociología, Bialet Massé organiza su discurso sobre el argentino nativo en el registro temático de la “psicofisiología del obrero argentino”, al que caracteriza como localista, patriotero, indiferente e ingenuo ante la política, y utilitarista en extremo. Paradójicamente, estas características no son presentadas como defectos sino, por el contrario, como virtudes que explicarían un modo de vida adaptado perfectamente al medio.
El Informe sugería que esta desafección era en gran medida producida por el propio discurso radicalizado de las organizaciones sindicales y políticas de izquierda, en particular en su modo de interpelación al “sujeto revolucionario” nativo, y a su alto grado de radicalización que chocaba con la aspirabilidad inmigrante que consistía en venir a la Argentina “para hacer la América” y luego retornar a su país de origen.
Dado que el Informe reviste el carácter de sociológicamente científico en la época, se deduce de los datos una base material para el discurso de los reformadores en general orientado a presentar como “apolítica” a la masa obrera y totalmente divorciada de la “ínfima minoría de agitadores anarquistas”. En concordancia con esta construcción de la realidad político-social, Bialet Massé asume las categorías propuestas por Carlos O. Bunge de “aspirabilidad”, “patriotismo escolar”, y “cultura del trabajo” como factores constitutivos de una forma de ser que se organiza alrededor del individualismo, el culto a la propiedad privada, y el rechazo de las doctrinas anarquistas y comunistas.
El Informe se constituye en un dispositivo productor de sujetos trabajadores argentinos “normales” que abominan del socialismo y que “aman” el capitalismo buscando crear un efecto de realidad que justifique por una parte la necesaria “tutela” del Estado sobre los trabajadores, y por el otro estigmatice como “anormales”, “anti-argentinos”, y “enfermos” a quienes luchaban por la revolución social. También reproduce un discurso racista en relación a los Pueblos Originarios que, según Massé, son también “comunistas”. Veamos algunos ejemplos:
Para Bialet Massé, por ejemplo, el trabajador argentino:
“Ama el lujo, el aparto y la diversión, y tiene una tendencia a la ostentación del yo, como ningún otro pueblo; no se le dice en vano que otro es más guapo que él, ni para el trabajo ni en valor personal; siempre intenta, a lo menos con un esfuerzo extraordinario, que nadie le supere. Esa ostentación del yo le hace generoso y hasta pródigo, detesta al avaro y se burla de las infelicidades del rico”…
“Difícilmente puede encontrarse un pueblo que tenga más desarrollado el instinto de la propiedad que el pueblo argentino en el Interior. El rancho propio le es tan necesario como la ropa que viste”…
“Para alejarlo del socialismo, para inspirarle un verdadero horror por el anarquismo, no hay más que darle a leer ‘La Anarquía’ de Malatesta ó la ‘Filosofía del anarquismo’ de Malato, y ese horror le viene de que entiende perfectamente la teoría, y está escarmentado por la práctica de lo que es el comunismo; lo conoce por experiencia y lo detesta en las comunidades de indígenas. Colectivismo o comunismo, son términos que para él no significan más que comunidad, y en cuanto percibe la idea, no escucha más; es inútil tener la elocuencia de Demóstenes, no le entra”…
“Entiende que un reparto de terrenos de los ricos le conviene, no para gozarlos en común, sino para tener el suyo o agrandarlo; como entiende bien y quiere la mejora de los jornales, la jornada corta, el jornal mínimo, el impuesto gradual y todo lo que es mejora de su condición; pero las ideas colectivistas o comunistas las rechaza sin discusión. En una palabra, es el hombre mejor preparado para aceptar el socialismo australiano, pero en manera alguna pasa más allá”…
Y así a través de las 1.500 páginas que fueron elogiadas por la élite oligárquica y vivamente rechazadas por los trabajadores. ¿No cambió nada de 1904 a la actualidad? Bueno, hoy parece que los progresistas apoyan fervorosamente el discurso de Massé. ¿Les parece poco?...
El horizonte posible de cambio social del trabajador nativo es presentado por Bialet Massé dentro de los límites de una política reformista que resulta compatible con el texto del Código de Trabajo, que de esa forma aparece legitimado “desde abajo”, y no como el producto de un grupo de intelectuales reformistas que pretenden una reforma “desde arriba”, es decir, se trata de un discurso que ordena los datos recogidos con una finalidad netamente política: embellecer la dominación oligárquica y justificar la represión contra los partidos y sindicatos de trabajadores revolucionarios. ¿En nombre de qué? De la defensa de la “argentinidad”, del “ser nacional”, y contra los enemigos de la patria, el orden, y “nuestro modo de vida”. ¿Les suena esa cantinela?
¿Eran así los trabajadores de la Argentina? Según los relatos de los dirigentes del movimiento obrero de la época y las crónicas periodísticas y documentales la respuesta es NO. ¿Vivían así los trabajadores de la Argentina? la respuesta es SEGURAMENTE VIVIAN PEOR. ¿La causa de la “mala vida” obrera era la RAZA? La respuesta es era la CLASE. Una clase trabajadora urbana que junto con los trabajadores rurales gauchos y los Pueblos Indígenas fueron perseguidos, reprimidos, asesinados, enviados la “Guerra del Paraguay”, enviados a la “Conquista del Desierto” para aniquilar indígenas, enviados al Interior insurgente para aniquilar a los que se oponían al modelo de capitalismo agrario dependiente.
¿Y quién es la principal personificación de todas esas políticas genocidas que nos cuentan en relatos liberales y progresistas? Nada más y nada menos que el entonces presidente Julio A. Roca, el que contrata al “sabio extranjero” Bialet Massé, para que escriba todo lo que Roca y la burguesía argentina y extranjera querían escuchar para legitimar sus “reformas” y sus futuras leyes de “Defensa Social”, “Semanas Rojas”, “Semanas Trágicas”, “Patagonias rebeldes fusiladas”, “policías bravas anti-comunistas”, “ejércitos salvadores de la Patria del flagelo comunista”… En suma, los trabajadores o son tarados o son comunistas. “Algo hay que hacer”… que el Estado los ponga bajo su tutela a los primeros y mate a los segundos. Eso sí, justificado en el Informe de un “sabio extranjero”.
Nada dice Bialet Massé de la historia de las resistencias apagadas a sangre y fuego, y cuyo efecto de poder seguramente fue producir esos sujetos argentinos que “aman el capitalismo”. Bialet Massé, un intelectual orgánico de la gran burguesía argentina de principios de siglo, que muestra cómo el saber está indisolublemente asociado con el poder y que confirma que hacer argentinos gobernables requería de conducir conductas en el registro de la biopolítica.
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