Taller Planificacion
Enviado por janettur230766 • 20 de Octubre de 2012 • 1.730 Palabras (7 Páginas) • 499 Visitas
Todo ser humano tiene poderosas fuerzas constructivas en su personalidad que necesitan manifestarse, que se les dejen operar, la persona necesita crecer, no que se le cultive porque tiene una tendencia innata, natural al desarrollo y a la actualización. Solamente requiere contar con las condiciones propicias para desarrollarse. No hay que desarrollar estas fuerzas; debemos permitir que se desarrollen. Como consecuencia, asesor y asesorado entran en una relación de búsqueda del sí mismo de cada uno y, en ese contexto interpersonal, desarrollan un diálogo comprometido, emocionalmente intenso y de curso impredecible en el cual se vive una maduración afectiva a través de sucesivos puntos de vista que rescatan e integran la totalidad de su experiencia vivida y le permiten convertirse en persona.
Esta lectura en lo personal me deja muchas cosas, en particular el hecho de asumir que nuestra vocación docente es servir de ayuda, para lo cual debo seguir al pie de la letra todos los consejos del gran Rogers, el cual sólo te pide ser tu mismo, estar del otro lado, me sorprendió bastante los ejemplos que nos describen sobre el actuar de personas tal vez con los mejores promedios de universidades, brillantes en todos, apegados a técnicas, basados y siguiendo a la perfección diversas teorías, actitudes que creen o suponen deben tomar, siendo que la manera de ganarse la fe y confianza de sus estudiantes es siendo empático y auténtico siendo ésta la clave de todo.
Es oportuno agregar, que debo trabajar en mi misma, percibir mis propios sentimientos y aceptarlos, para poder mostrarme a las personas tal cual soy para así facilitar el desarrollo personal de los individuos a los que intentaré acercarme, sin temor a relacionarme o de sentir afinidades con la otra persona, porque no son perjudiciales, pero no está demás poner un poco de distancia, aplicando la independencia y fortaleza de comprender al otro sin temor a perderme o tomarme de manera personal lo ocurrido.
Por su parte, Carl Rogers desarrolló lo que él mismo bautizó como ‘‘Terapia centrada en el cliente’’, con un especial interés por el crecimiento y la comunicación personales. Resume partes muy importantes de sus enseñanzas en frases como:
"En mi relación con las personas he aprendido que, en definitiva, no me resulta beneficioso comportarme como si yo fuera distinto de lo que soy."
"Soy más eficaz cuando puedo escucharme con tolerancia y ser yo mismo."
"... no podemos cambiar en tanto no nos aceptemos tal como somos. Una vez que nos aceptamos, el cambio parece llegar sin que se lo advierta."
"He descubierto el enorme valor de permitirme comprender a otras persona."
"Cuanto más me abro hacia las realidades mías y de la otra persona, menos deseo 'arreglar las cosas'."
En base a lo antes expuesto, considero importante que en las relaciones interpersonales abiertas y positivas, tiene un gran valor el permitirse comprende a otra persona porque el comprender al otro es riesgoso, podría modificarnos, y todos experimentamos temor frente al cambio. Estas enseñanzas muestran la importancia que se les debe atribuir a las relaciones humanas y a la calidad del encuentro interpersonal como elemento significativo para determinar su efectividad. La calidad del encuentro interpersonal es el elemento que determina hasta qué punto la experiencia nos libera y promueve nuestro desarrollo y crecimiento personal.
Tal como está referido en la lectura realizada, hay que creer en la naturaleza buena de las personas, tratarlas como seres innatamente buenos y sacar lo mejor de sí mismos. Por un lado, nos enseña que como docentes no debemos ser simplemente alguien que quiera cambiar al otro, como acostumbramos a creer, sino ser una persona que sepa comprender a sus semejantes, ser el espejo de su vida y convertirse en algo así como su asesor o consejero. Como consecuencia, maestro y estudiante emprenden una búsqueda de sí mismos que les lleva a desarrollar un diálogo comprometido emocionalmente intenso y de curso impredecible. Es así como el estudiante, a partir de allí, pasa a vivir una maduración afectiva y efectiva, lo cual le permite convertirse en persona.
El hombre, dice Rogers, es positivo por naturaleza, requiere respeto absoluto, especialmente en cuanto a sus aspiraciones de superación, se exige, se recomienda, situarse en el punto de vista del cliente, que en este caso serán nuestros estudiantes, asumir su campo perceptual y trabajar en base a ello. Incluso la palabra "cliente" es asumida de una manera especial, el cliente es aquella persona que responsablemente busca un servicio y participa del proceso terapéutico de la misma manera; aquella, consciente de su capacidad de desarrollo no utilizada, que no va en busca de ayuda sino que trata de ayudarse a sí mismo. La aceptación y respeto deben estar enraizados en la personalidad del facilitador, formar parte esencial de su ser, y ello pasa, antes que nada, por aceptarse a sí mismo, por cuanto las expresiones referentes al sí mismo como objeto fluyen con mayor libertad; la experiencia adquiere mayor flexibilidad, es algo remoto y a menudo
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