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Tema: Discurso sobre el origen de la desigualdad entre los hombres.


Enviado por   •  6 de Julio de 2016  •  Ensayo  •  1.113 Palabras (5 Páginas)  •  361 Visitas

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Jean-Jacques Rousseau fue un destacado filósofo suizo, que dio a conocer las bases de su doctrina política y social a través del texto “Discurso sobre el origen de la desigualdad entre los hombres”, señalando que todos los acontecimientos y aberraciones que dan vida a la desigualdad tienen origen en el estado de sociabilidad; y acusa al hombre de dicha desgracia porque Rousseau parte desde la base de que el ser humano nace bueno por naturaleza y es la sociedad quién lo corrompe (he ahí la culpa hacia la sociedad), es decir, el hombre sin sociedad es bueno. Este discurso lo divide en dos grandes partes: la primera habla sobre el hombre salvaje (natural) y sus características y la segunda explica cómo el sociabilizar del humano ha contribuido a generar progresivamente la desigualdad actual.

Para entrar más en detalle, por un lado, la primera parte define al hombre salvaje como un ser carente de razón que vive de manera simple, uniforme y solitaria tal como la naturaleza les otorgó; un hombre con alma que todavía no es corrompida por los errores y las pasiones de las clases. Propone además que el ser humano en estado natural “apenas tiene necesidad de remedio y menos de medicina. (…) por muy útil que sea entre nosotros la medicina bien administrada, no es menos cierto que si el salvaje enfermo, (…), nada tiene que esperar sino de la naturaleza”. En otras palabras, los hombres al ser domesticados (a convertirse en sociables) pierden todas las cualidades, como fuerza, vigor y valor que antiguamente se requerían para vivir; hoy se acostumbran a sanar las heridas, por ejemplo, con agentes externos a los que la naturaleza les ha dado, como el alcohol o acudiendo a centros de salud en el caso extremo; pero en aquellos tiempos, en los que la medicina no había ni empezado a desarrollarse, los hombres tenían que sanar sus malestares con el tiempo o quemando las heridas si el caso fuese necesario. Rousseau añade a esto que el hombre natural es libre, inocente y feliz; porque sus deseos no superan sus necesidades; por esto es que no tiene ambición ni siente inquietud. Los únicos bienes que conoce son el alimento, una hembra y el reposo; y los únicos males que teme son el dolor y el hambre. En el hombre natural se encuentra arraigada una virtud natural tanto universal como útil para los hombres que es la piedad, impulsándonos al socorro de aquellos a quienes ven sufrir, la cual hace que su interés por su propia conservación no sea de manera desmedida; en cambio, en el hombre social la razón engendra el amor propio y la reflexión la fortifica, a diferencia del sentimiento de la piedad, la que se hace muy tenue. Se puede concluir entonces que este hombre salvaje está sujeto a pocas pasiones y sólo tenía los sentimientos y las luces propias de ese estado, sólo tenía sus verdaderas necesidades y su inteligencia no progresaba más allá de su vanidad.

Por otro lado, la segunda parte comienza diciendo que al primer hombre que se le ocurrió decir “esto es mío” fue el real fundador de la sociedad civil. “El primer sentimiento del hombre fue el de su existencia; su primer cuidado, el de su conservación”, es entonces cuando surgen las primeras dificultades, como las alturas de los árboles que les impedía quitar sus frutos y los animales que atentaban

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