Teorias de la comunicacion.

Universidad Nacional Autónoma de México

Faculta de Ciencias Políticas y Sociales (SUAyED)

Ciencias de la Comunicación

Psicología

Francisco Panuceno Cruz

Unidad I

(cuento)

Cuando Arnold nació fue un tiempo lleno de felicidad para sus papás. No existía momento en que Ana, su mamá, no estuviera al pendiente de él. Armando se volvió el más protector y juguetón de los papás.  Los primeros meses fueron de grandes cambios en la vida de Ana y Armando, no existía noche que pudieran dormir completa y ya no había tiempo para dedicarse exclusivamente a ellos. Pero a pesar de esos pequeños detalles y en sus propias palabras: “su vida había cobrado sentido”.

Los primeros años de Arnold fueron increíbles. Los primeros pasos, las primeras palabras y las primeras idas al baño fueron acontecimientos tan importantes que quedaron grabados en video, ya que sus papás siempre cargaban con una cámara. Ana pasaba la mayor parte del tiempo cuidando, jugando y educándolo; y Armando le dedicaba siempre un par de horas después de llegar del trabajo para jugar. Estos detalles y cuidados, hacían que Arnold se sintiera el ser mas amado del mundo, incluso llegó a sentirse el dueño de sus papás. Cuando dominó el habla lo primero que hizo fue gritar un fuerte “no” a su papá cada vez que él intentaba tocar a su mamá. Su mamá por otro lado, se vio imposibilitada de mostrar cariño a su esposo frente a su hijo, cada vez que lo hacía, Arnold dejaba de hablar y se negaba a ingerir cualquier alimento que viniera de sus manos. La actitud protectora de ambos papás hizo que la relación entre ellos se limitara a contacto visual y verbal, y casi ningún tipo de contacto físico. Ya que cuando los dos se encontraban solos, lo único que deseaban era descansar.

Toda la infancia de Arnold se vio marcada por momentos felices, pero también por momentos de frustración, en donde los padres se negaban a hacer lo que él quería. Arnold no entendía en que punto Ana y Armando (como él había decidido llamarlos) se habían vuelto tan crueles y tan restrictivos. Ahora obtener un helado le costaba mucho más trabajo que cuando tenía tres años. Los berrinches no tenían el mismo efecto sobre ellos, había veces en donde lo ignoraban. Ana se había vuelto en extremo cariñosa con Armando y eso molestaba de una manera descomunal. Ver como se abrazaban y besaban en frente de él lo hacía sentir un calor incómodo que le subía del pecho a la cabeza y que únicamente podía sacar de forma violenta, ya fuera a gritos o golpes.

Fue así como Arnold llegó a la adolescencia y dejó de sentir la necesidad de compartir cada momento con sus papás. Que ellos se abrazaran y besaran ya no le molestaba en absoluto, incluso podía decirse que le daba igual. Las ideas de Ana y Armando le comenzaron a parecer de los mas anticuado y absurdo que había escuchado. Armando dejó de ser su héroe y fue sustituido por cantantes de rock que él mismo consideraba más atrevidos que su papá. Sus amigos pasaron a ser su contacto más familiar, con ellos compartía todos sus nuevos descubrimientos e inquietudes. No había momento en que no se comunicara con ellos, cosa que no pasaba con sus papás, a los que había días en que no les dirigía la palabra y limitaba sus respuestas a gruñidos y movimientos de cabeza.

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